La otra cara de Sara Uribe
Siempre tuvo claro que no quería ser actriz, sino presentadora. Aunque recientemente estuvo en la mira de los medios por su vida personal, vuelve para darle un vuelco a su carrera e incursionar en la radio.
Mónica Rivera Rueda
De pequeña trabajó para ayudarle a su familia...
Empecé a los 13 años a vender dulces y pulseras en el colegio porque tuvimos una crisis económica muy fuerte. Luego una tía me ayudó a conseguir trabajo en El Hueco, un lugar en Medellín donde venden muchas cosas de textiles, donde Carlos Fidel, un señor invidente al que le ayudaba a organizar la bodega y empacar los bultos de ropa. Además él me daba mercancía para poder venderla en el colegio. Entonces desde muy chiquita comencé a ser comerciante y vender cositas y todo eso. Con mi mamá también vendíamos tortas, quesos y todo lo que saliera.
¿Sintió desde muy pequeña la responsabilidad de velar por su mamá y su hermano Tomás?
Sí, porque mi mamá tuvo una época en que estuvo muy enferma. Mi papá estaba pasando por una extraña situación emocional y decidió irse y compartir su vida con otra persona. Tuvimos que hacernos responsables de nosotras y desde entonces he ayudado en mi casa.
Estudió comunicación por una beca, ¿cómo la consiguió?
Salí becada del colegio Salazar Herrera, porque el padre vio lo trabajadora que era y porque las necesidades que pasaba que eran muy evidentes en el colegio, para estudiar administración de empresas, pero no me gustaba esa carrera y no me sentía muy conforme con lo que estaba haciendo, entonces por medio del tío de mi novio de esa época llegué al Instituto Metropolitano de Educación, donde me valieron la beca que tenía con la otra universidad, para esta vez estudiar comunicación. Sólo tenía que sostenerla y prácticamente toda la carrera fui becada, además tuve una mención de honor por las prácticas, que hice en Teleantioquia, donde me quedé como presentadora por tres años.
¿Qué representó “Protagonistas de novela” para usted?
Fue el juego de mi vida, la mejor experiencia que haya tenido y la oportunidad para darme a conocer y llegar a tantas personas que de una u otra forma llenaron mi corazón y mi carrera profesional.
¿Fue difícil tomar la decisión de no dedicarse a la actuación?
Siempre tuve claro que no quería ser actriz. No descarto hacerlo en algún momento, pero es una carrera que significa preparación, concentración disciplina y amor, pero también las carreras de periodismo y modelaje necesitan mucha disciplina y siempre quise que esto fuera mi vida. No quise estudiar en la escuela Crea de RCN, principalmente porque no tenía dónde vivir en Bogotá.
¿Siempre tuvo claro que quería ser presentadora de televisión?
Empecé el periodismo en la parte escrita, pero no me sentía bien. Siempre quise estar en televisión y que me vieran, entonces mi enfoque fue más hacia lo audiovisual, pero de pequeña jugaba a ser videojockey, y ahora que puedo hacer radio, pero complementada con televisión es para mi un gran crecimiento profesional.
En su paso por “Estilo RCN” tuvo que hacer muchos cambios en su vida. ¿Qué fue lo más duro?
Mi mamá siempre me enseñó a ser humilde, había veces en que solo teníamos para comer bien una o dos veces al día cuando estuvimos en crisis, y a pesar de eso los valores siempre fueron bien inculcados. La gente me decía que había cambiado mucho cuando salí del reality, pero fue la misma sociedad la que me hizo cambiar. En Medellín el pelo se maneja de una forma, se usan extenciones y más rubio, pero en Bogotá uno se enfrenta a una realidad diferente en la que no se usan colores vivos, donde las curvas deben disminuir para no verte tan voluptuosa, el comportamiento es diferente y toca cambiar para ser aceptada. Es moldearse a donde uno esté y eso no hace que las normas básicas que aprendiste en la casa cambien. muchas cosas del aspecto físico, el comportamiento, las amistades y a donde ir y no ir si variaron, para pertenecer a un mundo laboral en el que estaba en ese momento.
¿Por qué se quitó los implantes en sus senos?
Fue un cambio con el que me siento bien ahora, pero a veces pienso que no me veía mal con ellas. Una cirugía no te hace más ni menos, pero a veces ayuda a tu autoestima, te hace sentir más sexy o te hace ver más bonita. No voy en contra de las cirugías, mientras sea para sentirse bien con uno y no para complacer a otras personas, como me pasó la primera vez que me las puse. Cuando me las quité me sentí muy rara porque me las veía caídas, ya no sentía la seguridad de ponerme una blusa y eso me causó una reacción emocional muy fuerte, porque cuando me quitaba la ropa no sabía si le iba a gustar a mi novio, por el estereotipo de belleza que uno tiene, pero ahora me siento bien así, aunque no le digo no a las cirugías.
¿Le gusta tomar riesgos?
Soy de ciclos y me aburro fácilmente, entonces si ya no me causa pasión lo que estoy haciendo busco que eso florezca en mí nuevamente. Si me equivoco no me importa, pero por lo menos no me quedé con la intriga de que no lo hice.
¿Cómo llegó a la emisora La Kalle?
Precisamente por un riesgo que tomé, viajé a Miami para tocar puertas. Un día recibí una llamada para hacer un casting para un nuevo proyecto de Caracol, pero no lo acepté porque no me quería devolverme al país. Cuando volví, llamé a preguntar si podría presentarlo y a los tres días me dijeron que necesitaban a una persona abierta, popular en Colombia y que causara emociones en las personas, y acepté. Estoy en el morning show de seis a diez de la mañana y tengo un espacio en televisión, Caracol HD, para que la gente pueda verme.
¿Varía mucho el trabajo como presentadora en radio respecto al de televisión?
No, pero siempre he hecho televisión y muchas veces me confundo y digo: “aquí estamos viendo”, cuando la gente me está escuchando. Encuentro siempre ese choque de cómo hablarle a la gente, pero sé que voy a ser capaz.
¿Y la música?
La música me enamora, me pone feliz, me acompaña en mis tristezas y es mi compañía. Ha sido una parte fundamental en mi vida y ahora estar con música regional mexicana es genial, porque este género tiene corazón y eso me parece excelente.
¿Qué le gusta escuchar?
Eso depende. Cuando me levanto muy alegre me gusta escuchar reggaetón, pongo Marc Antony, salsa y cosas muy alegres que me transmiten alegría. Cuando estoy triste me gusta escuchar pop o cosas que me hagan recordar personas o tiempos.
¿Cómo va con su vida sentimental, después de lo que ocurrió con el futbolista Fredy Guarín?
Fredy Guarín es un tema del pasado, una experiencia más de vida y un aprendizaje. Hubo muchas anécdotas pero es un tema cerrado. Ahora estoy dispuesta a aprender y estoy muy enamorada de mi trabajo y de la mujer tan guerrera que soy. Mi dignidad fue pisoteada y me sentí muy deprimida muchas veces, porque veía que se derrumbaba mi carrera. Dios me sacó de todo esto y me volvió a enaltecer y a poner en los medios y ahora no me interesa ningún tipo de relación, pero si aparece, será bienvenido.
De pequeña trabajó para ayudarle a su familia...
Empecé a los 13 años a vender dulces y pulseras en el colegio porque tuvimos una crisis económica muy fuerte. Luego una tía me ayudó a conseguir trabajo en El Hueco, un lugar en Medellín donde venden muchas cosas de textiles, donde Carlos Fidel, un señor invidente al que le ayudaba a organizar la bodega y empacar los bultos de ropa. Además él me daba mercancía para poder venderla en el colegio. Entonces desde muy chiquita comencé a ser comerciante y vender cositas y todo eso. Con mi mamá también vendíamos tortas, quesos y todo lo que saliera.
¿Sintió desde muy pequeña la responsabilidad de velar por su mamá y su hermano Tomás?
Sí, porque mi mamá tuvo una época en que estuvo muy enferma. Mi papá estaba pasando por una extraña situación emocional y decidió irse y compartir su vida con otra persona. Tuvimos que hacernos responsables de nosotras y desde entonces he ayudado en mi casa.
Estudió comunicación por una beca, ¿cómo la consiguió?
Salí becada del colegio Salazar Herrera, porque el padre vio lo trabajadora que era y porque las necesidades que pasaba que eran muy evidentes en el colegio, para estudiar administración de empresas, pero no me gustaba esa carrera y no me sentía muy conforme con lo que estaba haciendo, entonces por medio del tío de mi novio de esa época llegué al Instituto Metropolitano de Educación, donde me valieron la beca que tenía con la otra universidad, para esta vez estudiar comunicación. Sólo tenía que sostenerla y prácticamente toda la carrera fui becada, además tuve una mención de honor por las prácticas, que hice en Teleantioquia, donde me quedé como presentadora por tres años.
¿Qué representó “Protagonistas de novela” para usted?
Fue el juego de mi vida, la mejor experiencia que haya tenido y la oportunidad para darme a conocer y llegar a tantas personas que de una u otra forma llenaron mi corazón y mi carrera profesional.
¿Fue difícil tomar la decisión de no dedicarse a la actuación?
Siempre tuve claro que no quería ser actriz. No descarto hacerlo en algún momento, pero es una carrera que significa preparación, concentración disciplina y amor, pero también las carreras de periodismo y modelaje necesitan mucha disciplina y siempre quise que esto fuera mi vida. No quise estudiar en la escuela Crea de RCN, principalmente porque no tenía dónde vivir en Bogotá.
¿Siempre tuvo claro que quería ser presentadora de televisión?
Empecé el periodismo en la parte escrita, pero no me sentía bien. Siempre quise estar en televisión y que me vieran, entonces mi enfoque fue más hacia lo audiovisual, pero de pequeña jugaba a ser videojockey, y ahora que puedo hacer radio, pero complementada con televisión es para mi un gran crecimiento profesional.
En su paso por “Estilo RCN” tuvo que hacer muchos cambios en su vida. ¿Qué fue lo más duro?
Mi mamá siempre me enseñó a ser humilde, había veces en que solo teníamos para comer bien una o dos veces al día cuando estuvimos en crisis, y a pesar de eso los valores siempre fueron bien inculcados. La gente me decía que había cambiado mucho cuando salí del reality, pero fue la misma sociedad la que me hizo cambiar. En Medellín el pelo se maneja de una forma, se usan extenciones y más rubio, pero en Bogotá uno se enfrenta a una realidad diferente en la que no se usan colores vivos, donde las curvas deben disminuir para no verte tan voluptuosa, el comportamiento es diferente y toca cambiar para ser aceptada. Es moldearse a donde uno esté y eso no hace que las normas básicas que aprendiste en la casa cambien. muchas cosas del aspecto físico, el comportamiento, las amistades y a donde ir y no ir si variaron, para pertenecer a un mundo laboral en el que estaba en ese momento.
¿Por qué se quitó los implantes en sus senos?
Fue un cambio con el que me siento bien ahora, pero a veces pienso que no me veía mal con ellas. Una cirugía no te hace más ni menos, pero a veces ayuda a tu autoestima, te hace sentir más sexy o te hace ver más bonita. No voy en contra de las cirugías, mientras sea para sentirse bien con uno y no para complacer a otras personas, como me pasó la primera vez que me las puse. Cuando me las quité me sentí muy rara porque me las veía caídas, ya no sentía la seguridad de ponerme una blusa y eso me causó una reacción emocional muy fuerte, porque cuando me quitaba la ropa no sabía si le iba a gustar a mi novio, por el estereotipo de belleza que uno tiene, pero ahora me siento bien así, aunque no le digo no a las cirugías.
¿Le gusta tomar riesgos?
Soy de ciclos y me aburro fácilmente, entonces si ya no me causa pasión lo que estoy haciendo busco que eso florezca en mí nuevamente. Si me equivoco no me importa, pero por lo menos no me quedé con la intriga de que no lo hice.
¿Cómo llegó a la emisora La Kalle?
Precisamente por un riesgo que tomé, viajé a Miami para tocar puertas. Un día recibí una llamada para hacer un casting para un nuevo proyecto de Caracol, pero no lo acepté porque no me quería devolverme al país. Cuando volví, llamé a preguntar si podría presentarlo y a los tres días me dijeron que necesitaban a una persona abierta, popular en Colombia y que causara emociones en las personas, y acepté. Estoy en el morning show de seis a diez de la mañana y tengo un espacio en televisión, Caracol HD, para que la gente pueda verme.
¿Varía mucho el trabajo como presentadora en radio respecto al de televisión?
No, pero siempre he hecho televisión y muchas veces me confundo y digo: “aquí estamos viendo”, cuando la gente me está escuchando. Encuentro siempre ese choque de cómo hablarle a la gente, pero sé que voy a ser capaz.
¿Y la música?
La música me enamora, me pone feliz, me acompaña en mis tristezas y es mi compañía. Ha sido una parte fundamental en mi vida y ahora estar con música regional mexicana es genial, porque este género tiene corazón y eso me parece excelente.
¿Qué le gusta escuchar?
Eso depende. Cuando me levanto muy alegre me gusta escuchar reggaetón, pongo Marc Antony, salsa y cosas muy alegres que me transmiten alegría. Cuando estoy triste me gusta escuchar pop o cosas que me hagan recordar personas o tiempos.
¿Cómo va con su vida sentimental, después de lo que ocurrió con el futbolista Fredy Guarín?
Fredy Guarín es un tema del pasado, una experiencia más de vida y un aprendizaje. Hubo muchas anécdotas pero es un tema cerrado. Ahora estoy dispuesta a aprender y estoy muy enamorada de mi trabajo y de la mujer tan guerrera que soy. Mi dignidad fue pisoteada y me sentí muy deprimida muchas veces, porque veía que se derrumbaba mi carrera. Dios me sacó de todo esto y me volvió a enaltecer y a poner en los medios y ahora no me interesa ningún tipo de relación, pero si aparece, será bienvenido.