'La pereza es mi pecado': Luis Eduardo Arango
El actor colombiano personificará a John, lugarteniente de un poderoso narco en 'El cartel 2'.
El Espectador
¿En qué se parece su personaje de John a usted?
Nos parecemos en el amor por los hijos, es lo que motiva en John el deseo de cambiar de vida.
¿Qué tiene de novedoso la segunda parte de ‘El cartel’?
Me parece que ofrece una versión mucho más humanizada de los personajes.
¿Cómo se preparó para interpretar su personaje?
Hurgando con maña en su personalidad, sensibilidad y psicología, más que en su aspecto físico.
¿Cómo ve el tema del narcotráfico en el país?
Lo veo con la angustia que provoca el derrumbe de una sociedad.
¿Cree que la época de los grandes capos ya se terminó?
Sí, ahora estamos en la época de los capos medios. No se sabe aún qué es peor.
¿A cuál gran narcotraficante le hubiera gustado conocer?
¿Gustado?, lo que se dice gustado... ¡no creo!
¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar por dinero?
A esta altura de mi vida, y con todo lo que he tenido que trabajar para ganarme el pan nuestro, esa pregunta no procede.
¿Por qué que las series con temas acerca de drogas, narcos y sicarios han tenido tanto éxito en el país?
Porque en nuestro país han tenido mucho éxito las drogas, los narcos y los sicarios.
¿Prefiere ser el bueno o el malo del paseo?
Me gusta interpretar buenos que sientan algo malo y malos que sientan algo bueno.
Una anécdota durante las grabaciones de ‘El cartel 2’.
Siempre estuve a punto de caerme, a punto de fracturarme, a punto de derretirme (de calor, claro), a punto de congelarme.
¿Cómo llegó a la actuación?
Una tarde iba a jugar billar con unos compañeros del colegio y caí, de carambola, en la trampa de un grupo de teatro.
El papel que lo lanzó a la fama.
William Guillermo, en Don Chinche y luego en Romeo y Buseta.
El que no tuvo el reconocimiento que esperaba.
El Negro, en Alicia en el país de las mercancías y El informante.
¿Al lado de quién le gustaría actuar?
De Róbinson Díaz, en una obra de teatro.
¿Qué le ha dejado la fama?
Me prestan plata en los bancos con un formulario menos.
El secreto de su éxito.
La evidencia y la sinceridad de mis sentimientos. Se me nota todo.
¿Cuál es su lado oscuro?
Mi pecado capital, la pereza.
¿En dónde dejó la ingeniería?
La ingeniería me dejó a mí, por fortuna.
Entre el cine, el teatro y la televisión, ¿con cuál se queda?
Sigo con los tres... en esta profesión no se puede uno quedar.
Su primer trabajo.
Los relámpagos de agosto, en teatro.
¿En qué se gastó su primer sueldo?
En pagar los almuerzos que me había fiado una vecina generosa.
¿Y la actuación sí da para vivir?
Sólo sé actuar y estoy vivo... estamos, mi familia y yo.
Su película favorita.
La vida de los otros.
La película colombiana que más le ha gustado.
Bluff y La estrategia del caracol.
¿Y la novela?
Caballo viejo y Betty, la fea.
El mejor director colombiano.
Pepe Sánchez.
El director que le sacó la leche.
Julio César Luna.
Y con el que le gustaría trabajar.
Mario Ribero.
El que más lo ha marcado.
Parezco un catálogo de supertienda, estoy lleno de marcas. Todas diferentes.
El que más trabajo le costó.
El que no logré en El hombre elefante.
¿Cómo maneja la fama?
Acordándome de la definición del Diccionario del Diablo. Famoso: “notoriamente miserable”.
¿Qué tiene su hijo Santiago de usted?
El buen humor y la bonhomía.
¿Qué tan buen padre se considera?
Soy mejor papá cuando no me considero.
¿Y qué es lo más difícil de ser un papá famoso?
Evitar que los consejos a los hijos les entren por un oído y les salgan por la televisión.
Una embarrada.
Hay una lista larguísima
¿En quién cree?
En los seres humanos... a pesar de todo.
¿Y a quién no le cree?
A los fanáticos.
Lo más difícil del mundo artístico.
Contestar cuestionarios.
¿En qué se parece su personaje de John a usted?
Nos parecemos en el amor por los hijos, es lo que motiva en John el deseo de cambiar de vida.
¿Qué tiene de novedoso la segunda parte de ‘El cartel’?
Me parece que ofrece una versión mucho más humanizada de los personajes.
¿Cómo se preparó para interpretar su personaje?
Hurgando con maña en su personalidad, sensibilidad y psicología, más que en su aspecto físico.
¿Cómo ve el tema del narcotráfico en el país?
Lo veo con la angustia que provoca el derrumbe de una sociedad.
¿Cree que la época de los grandes capos ya se terminó?
Sí, ahora estamos en la época de los capos medios. No se sabe aún qué es peor.
¿A cuál gran narcotraficante le hubiera gustado conocer?
¿Gustado?, lo que se dice gustado... ¡no creo!
¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar por dinero?
A esta altura de mi vida, y con todo lo que he tenido que trabajar para ganarme el pan nuestro, esa pregunta no procede.
¿Por qué que las series con temas acerca de drogas, narcos y sicarios han tenido tanto éxito en el país?
Porque en nuestro país han tenido mucho éxito las drogas, los narcos y los sicarios.
¿Prefiere ser el bueno o el malo del paseo?
Me gusta interpretar buenos que sientan algo malo y malos que sientan algo bueno.
Una anécdota durante las grabaciones de ‘El cartel 2’.
Siempre estuve a punto de caerme, a punto de fracturarme, a punto de derretirme (de calor, claro), a punto de congelarme.
¿Cómo llegó a la actuación?
Una tarde iba a jugar billar con unos compañeros del colegio y caí, de carambola, en la trampa de un grupo de teatro.
El papel que lo lanzó a la fama.
William Guillermo, en Don Chinche y luego en Romeo y Buseta.
El que no tuvo el reconocimiento que esperaba.
El Negro, en Alicia en el país de las mercancías y El informante.
¿Al lado de quién le gustaría actuar?
De Róbinson Díaz, en una obra de teatro.
¿Qué le ha dejado la fama?
Me prestan plata en los bancos con un formulario menos.
El secreto de su éxito.
La evidencia y la sinceridad de mis sentimientos. Se me nota todo.
¿Cuál es su lado oscuro?
Mi pecado capital, la pereza.
¿En dónde dejó la ingeniería?
La ingeniería me dejó a mí, por fortuna.
Entre el cine, el teatro y la televisión, ¿con cuál se queda?
Sigo con los tres... en esta profesión no se puede uno quedar.
Su primer trabajo.
Los relámpagos de agosto, en teatro.
¿En qué se gastó su primer sueldo?
En pagar los almuerzos que me había fiado una vecina generosa.
¿Y la actuación sí da para vivir?
Sólo sé actuar y estoy vivo... estamos, mi familia y yo.
Su película favorita.
La vida de los otros.
La película colombiana que más le ha gustado.
Bluff y La estrategia del caracol.
¿Y la novela?
Caballo viejo y Betty, la fea.
El mejor director colombiano.
Pepe Sánchez.
El director que le sacó la leche.
Julio César Luna.
Y con el que le gustaría trabajar.
Mario Ribero.
El que más lo ha marcado.
Parezco un catálogo de supertienda, estoy lleno de marcas. Todas diferentes.
El que más trabajo le costó.
El que no logré en El hombre elefante.
¿Cómo maneja la fama?
Acordándome de la definición del Diccionario del Diablo. Famoso: “notoriamente miserable”.
¿Qué tiene su hijo Santiago de usted?
El buen humor y la bonhomía.
¿Qué tan buen padre se considera?
Soy mejor papá cuando no me considero.
¿Y qué es lo más difícil de ser un papá famoso?
Evitar que los consejos a los hijos les entren por un oído y les salgan por la televisión.
Una embarrada.
Hay una lista larguísima
¿En quién cree?
En los seres humanos... a pesar de todo.
¿Y a quién no le cree?
A los fanáticos.
Lo más difícil del mundo artístico.
Contestar cuestionarios.