'La Silla Vacía' se renueva
El medio independiente cambiará el diseño de su página. Abandona el naranja y les apuesta al blanco y al negro, usando el color "sólo como eje para contar historias".
El Espectador
¿Cuáles han sido los aciertos de ‘La Silla Vacía’ en estos cuatro años?
Haber logrado proporcionar información de alta calidad sobre cómo se ejerce el poder en Colombia, innovar en narrativas digitales y construir una gran comunidad de usuarios alrededor de ‘La Silla Vacía’.
¿Y desaciertos?
El más grande fue haber matado a ‘Alfonso Cano’ seis meses antes de lo previsto. Creo que nos falta aprender mucho sobre video, es un problema que tiene ‘La Silla’, porque contamos la historia detrás de cámara, de cómo se arman las coaliciones, el poder. Son historias que no son muy visuales y tal vez no haber pensado desde el primer día en un modelo de negocio.
¿Por qué se le quebró la pata a ‘La Silla’ con lo de ‘Cano’?
Como lo expliqué en una historia que titulé “Cómo una chiva se convirtió en oso”, una alta fuente del Gobierno (la misma que nos contó que habían matado a ‘Jojoy’) me dijo que parecía que habían matado a ‘Cano’, la publiqué cuando tres fuentes me lo confirmaron (una fuente del Ejército y los ministerios del Interior y de Justicia), entonces me sentí tranquila de dar la noticia. No fue el producto de una falta de corroboración o de un acto impulsivo, pensé que tenía tres fuentes independientes y tenía solo una.
¿Qué ha sido lo más importante en la construcción de ‘La Silla’?
Tener un equipo de 60 personas que accedieron a estar en lo que llamamos La movida, una zona de debate de los líderes más influyentes de opinión. Eso le dio un impulso a ‘La Silla’ de entrada, pues no parecía un medio estudiantil o marginal. Trabajamos fuerte en construir una relación directa con la audiencia y la comunidad, y hemos ganado credibilidad con el trabajo que hemos venido realizando.
¿Es difícil mantener un medio digital ‘independiente’ en Colombia?
Mantener un medio en general, sobre todo en internet, es difícil desde los puntos de vista económico y operativo, porque todos los días debes salir con historias y en ‘La Silla’ no hemos dejado de publicar dos al día con profundidad, con la misma calidad. Ese ha sido nuestro gran esfuerzo. Nos hemos financiado en su mayoría con apoyo internacional y eso nos ha permitido mantener una independencia, sobre todo frente a la angustia de la pauta.
¿Se han abierto también al espacio académico?
Sí, cada vez tenemos más pauta de las universidades. También dictamos talleres y conferencias, y creo que ha sido un gran éxito el tema de la financiación y la independencia en la medida que llevamos cuatro años, le hemos pagado el sueldo a la gente, no hemos tenido que acudir a préstamos, etc., a pesar de que el modelo de negocio comercial de los nuevos medios no está descubierto.
¿La mayor ‘chiva’ en estos cuatro años?
La ‘chiva’ que nos disparó fue anticipar con más de 48 horas que la Corte Constitucional iba a tumbar la reelección de Uribe. Creo que esa era la historia más grande de ese año, pues eso marcaría muchas cosas en la historia de Colombia. Nos permitió no sólo dispararnos en términos de tráfico, sino consolidar una credibilidad.
Y la más frustrante, ¿indudablemente la de ‘Cano’?
Sí, la Chiva vacía (risas).
¿Pensaron alguna vez en crear un medio paralelo impreso? ¿Cómo ve este panorama en Colombia?
No. Queremos mantenernos en lo digital, porque creemos que ahí está el futuro, que ahí convergen todos los medios, todas las nuevas generaciones rara vez cogen el papel, y el sitio en el que podemos innovar y hacer algo diferente es en la web.
¿Cómo está el panorama de los portales independientes en Colombia?
Desde que ‘La Silla Vacía’ salió han surgido otros portales que son, en todo caso, diferentes a nosotros. Por ejemplo ‘Kienyke’ es un éxito comercial, pero se ha dedicado sobre todo a la farándula; a ‘Confidencial Colombia’ en realidad no le ha ido tan bien, en términos de tráfico, pues ha hecho una apuesta complicada a competir con los grandes medios, pero con una nómina menor; ‘Verdad abierta’ tiene una financiación puramente filantrópica, y es un medio al que admiro muchísimo.
¿Tienen un referente internacional?
Para mí el modelo en términos de la calidad de la información es ‘político.com’. Hemos creado una especie de red de medios independientes como ‘La Silla’ en otras partes de América Latina, una red de amigos, que se mantiene en contacto. Ahí está ‘El Faro’, que es el más antiguo medio digital del continente, ‘Animal político’ en México, ‘Puerco espín’ en Argentina, ‘La patilla’ en Venezuela y ‘Plaza pública’ en Guatemala.
¿Cuál es el número de visitas que tienen aproximadamente?
Tenemos un número aproximadamente de 300 mil usuarios únicos al mes (ips conectadas al computador, a la red). Aunque esto oscila, pues en elecciones es más, por ejemplo, y en Navidad menos.
¿Y el mayor número que han tenido?
Cuando fue la fiebre de la ola verde con Mockus llegamos a 420 mil usuarios, el tope máximo al que esperamos volver en estas elecciones.
¿Han sido censurados alguna vez?
No.
¿Y autocensurados?
Desde ‘La Silla’, que no tenemos el backup de una familia política o un grupo económico, nos cuidamos mucho de publicar información que no tengamos muy verificada, pues otro error como el de ‘Cano’ puede ser letal. Cuando nos censuramos es porque nos falta confirmar un dato y no publicamos, pero no hemos dejado de publicar algo porque nos dé miedo o alguien nos diga que no.
¿Cuál es el libro que recomienda?
Te digo el último que me leí, que me pareció maravilloso, “La gran casa”, de Nicole Krauss. Esa autora me encanta, leo sobre todo novelas, me encantan, y mejor si son de autores ingleses.
Estudió derecho, aunque en su campo de alguna manera lo ha ejercido, ¿no pensó en dedicarse de lleno a esta materia?
El derecho me ha servido mucho para darme un entendimiento del Estado y todo de alguna manera se presenta en términos legales. En realidad, desde que estaba muy pequeña y leí “Entrevista con la historia”, de Orianna Falacci, dije: yo quiero ser periodista. Y estudié derecho pensando que era la carrera más propicia para cumplir ese objetivo.
¿Cómo ve la salud del periodismo en Colombia?
En general, en el mundo, el periodismo está pasando por una crisis que le está abriendo oportunidades a una gente y, a otra, le está significando su agonía. Lo mismo sucede en Colombia, aunque no lo hemos sentido tan fuerte. El tema de los impresos empieza a tener muchas amenazas. Hay angustia en el periodismo y una apuesta a lo comercial. El buen periodismo raras veces es rentable. Hay unas sinergias que empiezan a ser más importantes que la misma credibilidad. Hay una apuesta fácil por reproducir sólo declaraciones, contar las verdades oficiales sin ir más allá.
¿Qué viene para ‘La Silla’?
Lanzaremos el rediseño de la página esta semana. Cambiaremos el naranja, que es un paso radical, porque muchos medios han empezado a emplearlo. Usaremos algo más sobrio, en blanco y negro, con un poco de azul. Todas las fotos serán en blanco y negro porque queremos que el color empiece a contar cosas, cuando éste sea totalmente relevante. Y elevar el eje de ‘La Silla’ hacia los cubrimientos en vivo. Tendremos una página más robusta. En internet si no te renuevas, empiezas a parecer viejo.
¿Cuáles han sido los aciertos de ‘La Silla Vacía’ en estos cuatro años?
Haber logrado proporcionar información de alta calidad sobre cómo se ejerce el poder en Colombia, innovar en narrativas digitales y construir una gran comunidad de usuarios alrededor de ‘La Silla Vacía’.
¿Y desaciertos?
El más grande fue haber matado a ‘Alfonso Cano’ seis meses antes de lo previsto. Creo que nos falta aprender mucho sobre video, es un problema que tiene ‘La Silla’, porque contamos la historia detrás de cámara, de cómo se arman las coaliciones, el poder. Son historias que no son muy visuales y tal vez no haber pensado desde el primer día en un modelo de negocio.
¿Por qué se le quebró la pata a ‘La Silla’ con lo de ‘Cano’?
Como lo expliqué en una historia que titulé “Cómo una chiva se convirtió en oso”, una alta fuente del Gobierno (la misma que nos contó que habían matado a ‘Jojoy’) me dijo que parecía que habían matado a ‘Cano’, la publiqué cuando tres fuentes me lo confirmaron (una fuente del Ejército y los ministerios del Interior y de Justicia), entonces me sentí tranquila de dar la noticia. No fue el producto de una falta de corroboración o de un acto impulsivo, pensé que tenía tres fuentes independientes y tenía solo una.
¿Qué ha sido lo más importante en la construcción de ‘La Silla’?
Tener un equipo de 60 personas que accedieron a estar en lo que llamamos La movida, una zona de debate de los líderes más influyentes de opinión. Eso le dio un impulso a ‘La Silla’ de entrada, pues no parecía un medio estudiantil o marginal. Trabajamos fuerte en construir una relación directa con la audiencia y la comunidad, y hemos ganado credibilidad con el trabajo que hemos venido realizando.
¿Es difícil mantener un medio digital ‘independiente’ en Colombia?
Mantener un medio en general, sobre todo en internet, es difícil desde los puntos de vista económico y operativo, porque todos los días debes salir con historias y en ‘La Silla’ no hemos dejado de publicar dos al día con profundidad, con la misma calidad. Ese ha sido nuestro gran esfuerzo. Nos hemos financiado en su mayoría con apoyo internacional y eso nos ha permitido mantener una independencia, sobre todo frente a la angustia de la pauta.
¿Se han abierto también al espacio académico?
Sí, cada vez tenemos más pauta de las universidades. También dictamos talleres y conferencias, y creo que ha sido un gran éxito el tema de la financiación y la independencia en la medida que llevamos cuatro años, le hemos pagado el sueldo a la gente, no hemos tenido que acudir a préstamos, etc., a pesar de que el modelo de negocio comercial de los nuevos medios no está descubierto.
¿La mayor ‘chiva’ en estos cuatro años?
La ‘chiva’ que nos disparó fue anticipar con más de 48 horas que la Corte Constitucional iba a tumbar la reelección de Uribe. Creo que esa era la historia más grande de ese año, pues eso marcaría muchas cosas en la historia de Colombia. Nos permitió no sólo dispararnos en términos de tráfico, sino consolidar una credibilidad.
Y la más frustrante, ¿indudablemente la de ‘Cano’?
Sí, la Chiva vacía (risas).
¿Pensaron alguna vez en crear un medio paralelo impreso? ¿Cómo ve este panorama en Colombia?
No. Queremos mantenernos en lo digital, porque creemos que ahí está el futuro, que ahí convergen todos los medios, todas las nuevas generaciones rara vez cogen el papel, y el sitio en el que podemos innovar y hacer algo diferente es en la web.
¿Cómo está el panorama de los portales independientes en Colombia?
Desde que ‘La Silla Vacía’ salió han surgido otros portales que son, en todo caso, diferentes a nosotros. Por ejemplo ‘Kienyke’ es un éxito comercial, pero se ha dedicado sobre todo a la farándula; a ‘Confidencial Colombia’ en realidad no le ha ido tan bien, en términos de tráfico, pues ha hecho una apuesta complicada a competir con los grandes medios, pero con una nómina menor; ‘Verdad abierta’ tiene una financiación puramente filantrópica, y es un medio al que admiro muchísimo.
¿Tienen un referente internacional?
Para mí el modelo en términos de la calidad de la información es ‘político.com’. Hemos creado una especie de red de medios independientes como ‘La Silla’ en otras partes de América Latina, una red de amigos, que se mantiene en contacto. Ahí está ‘El Faro’, que es el más antiguo medio digital del continente, ‘Animal político’ en México, ‘Puerco espín’ en Argentina, ‘La patilla’ en Venezuela y ‘Plaza pública’ en Guatemala.
¿Cuál es el número de visitas que tienen aproximadamente?
Tenemos un número aproximadamente de 300 mil usuarios únicos al mes (ips conectadas al computador, a la red). Aunque esto oscila, pues en elecciones es más, por ejemplo, y en Navidad menos.
¿Y el mayor número que han tenido?
Cuando fue la fiebre de la ola verde con Mockus llegamos a 420 mil usuarios, el tope máximo al que esperamos volver en estas elecciones.
¿Han sido censurados alguna vez?
No.
¿Y autocensurados?
Desde ‘La Silla’, que no tenemos el backup de una familia política o un grupo económico, nos cuidamos mucho de publicar información que no tengamos muy verificada, pues otro error como el de ‘Cano’ puede ser letal. Cuando nos censuramos es porque nos falta confirmar un dato y no publicamos, pero no hemos dejado de publicar algo porque nos dé miedo o alguien nos diga que no.
¿Cuál es el libro que recomienda?
Te digo el último que me leí, que me pareció maravilloso, “La gran casa”, de Nicole Krauss. Esa autora me encanta, leo sobre todo novelas, me encantan, y mejor si son de autores ingleses.
Estudió derecho, aunque en su campo de alguna manera lo ha ejercido, ¿no pensó en dedicarse de lleno a esta materia?
El derecho me ha servido mucho para darme un entendimiento del Estado y todo de alguna manera se presenta en términos legales. En realidad, desde que estaba muy pequeña y leí “Entrevista con la historia”, de Orianna Falacci, dije: yo quiero ser periodista. Y estudié derecho pensando que era la carrera más propicia para cumplir ese objetivo.
¿Cómo ve la salud del periodismo en Colombia?
En general, en el mundo, el periodismo está pasando por una crisis que le está abriendo oportunidades a una gente y, a otra, le está significando su agonía. Lo mismo sucede en Colombia, aunque no lo hemos sentido tan fuerte. El tema de los impresos empieza a tener muchas amenazas. Hay angustia en el periodismo y una apuesta a lo comercial. El buen periodismo raras veces es rentable. Hay unas sinergias que empiezan a ser más importantes que la misma credibilidad. Hay una apuesta fácil por reproducir sólo declaraciones, contar las verdades oficiales sin ir más allá.
¿Qué viene para ‘La Silla’?
Lanzaremos el rediseño de la página esta semana. Cambiaremos el naranja, que es un paso radical, porque muchos medios han empezado a emplearlo. Usaremos algo más sobrio, en blanco y negro, con un poco de azul. Todas las fotos serán en blanco y negro porque queremos que el color empiece a contar cosas, cuando éste sea totalmente relevante. Y elevar el eje de ‘La Silla’ hacia los cubrimientos en vivo. Tendremos una página más robusta. En internet si no te renuevas, empiezas a parecer viejo.