“Las bibliotecas no son sólo libros”: Natalia Ruiz

Usted cuenta con una larga trayectoria administrativa, ejerciendo cargos de alta dirección, como la Vicerrectoría de Investigación y la Vicerrectoría Académica de la U. Nacional, entre muchos otros. ¿Cómo ha sido combinar el trabajo de oficina con sus intereses como bióloga?

Mi trabajo administrativo comenzó luego de cursar un doctorado en ecología en Israel. Allí hice un arduo trabajo de campo y estudié la alimentación de algunos mamíferos en el desierto. Pienso que mi formación como bióloga ha sido clave para comprender las dinámicas de los procesos administrativos.

Otro de los campos en el cual se ha desempeñado y sobresalido es la educación. ¿Cuál cree que es el principal problema educativo del país?

En un país con tantas necesidades que compiten entre sí, y con un escaso presupuesto, son varios los problemas educativos. Pero para responder a su pregunta voy a señalar uno. Un estudio del Banco de la República, de hace algunos años, reveló que a quienes no les fue bien en las pruebas académicas aplicadas por el Estado al finalizar su bachillerato, tampoco les fue bien al enfrentarse a las mismas pruebas al culminar su formación universitaria. Eso muestra que tenemos falencias de base que se pueden ver en muchos escenarios, entre ellas que, muchos veces, quienes ejercen la docencia desde kínder hasta bachillerato tienen los menores niveles académicos frente a las pruebas Saber Pro. Es un tema muy discutido, en el cual se ha venido trabajado.

Quienes conocen su amplia trayectoria en la gestión académica se mostraron muy complacidos por su nombramiento. Cuéntenos de la estructura de la biblioteca.

El Banco de la República tiene un bibliotecólogo, que es el director técnico y la persona que conoce muy bien cómo debe ser el manejo de las colecciones. Pero también hay que señalar que las bibliotecas no son sólo libros. Cada sede, cada unidad de una red de bibliotecas comprende la interacción de las personas, de nuestros trabajadores, de nuestros visitantes. La Red de Bibliotecas del Banco de la República es uno de los bastiones culturales más importantes que tiene el país; siempre se ha preocupado por la formación cultural de los ciudadanos. Es por ello que puede tener en su dirección a una persona académica, porque la transformación cultural no se da únicamente con los libros, sino aplicando otros saberes.

¿Qué proyectos tiene para su gestión en la dirección?

Creo en el trabajo en red. Y la Red de Bibliotecas del Banco de la República lideró por mucho tiempo el trabajo en conexión con múltiples bibliotecas. Quiero fortalecer esa labor. Trabajar de la mano con bibliotecas en el país y el exterior. A nivel mundial, las bibliotecas se están transformando rápidamente, y esa es una tarea en la cual estamos trabajando desde hace varios años. Estuve en el proceso de redireccionamiento hace dos años, me fui el año pasado y ahora vuelvo.

Entonces, ¿conoce de primera mano las metas de la Red de Bibliotecas?

Uno de mis proyectos es el aprovechamiento de sus bases de datos, generar procesos que permitan obtener información clave para conocer y caracterizar a los usuarios y así ofrecer un mejor servicio. Sobre todo en las regiones, porque se tienen necesidades diferentes, saberes y conocimientos que difieren de los construidos en la capital. Es por ello que la agenda cultural debe responder a las necesidades y demandas de la región.

¿Cuáles son los proyectos que tiene la Red de Bibliotecas para fortalecer su presencia regional?

La apertura de tres nuevas bibliotecas, en San Andrés, Buenaventura y Manizales, que se pensaron con una nueva concepción de centro cultural para responder a la demanda regional. En Buenaventura, por ejemplo, tenemos una sala de música, pero no como la que tenemos en Bogotá, sino con los instrumentos propios de la región, es decir, también hemos incluido las sugerencias del público asistente.

Aunque usted se ha desempeñado en labores administrativas, estudió biología.

Sí. Desde que tengo recuerdos siempre me han apasionado los seres vivos. Me interesaba entender cómo interactuaban. Quería estudiar biología en la Universidad Nacional porque el programa seguía los lineamientos que permitían darle curso a mis intereses e inquietudes.

Finalmente, ¿a qué se dedica cuando no está investigando o trabajando en proyectos educativos o de desarrollo científico?

Me gusta mucho la música llanera, leer y, sobre todo, estar en contacto con la naturaleza, seguir aprendiendo de ella. Soy una apasionada por la naturaleza.

Usted cuenta con una larga trayectoria administrativa, ejerciendo cargos de alta dirección, como la Vicerrectoría de Investigación y la Vicerrectoría Académica de la U. Nacional, entre muchos otros. ¿Cómo ha sido combinar el trabajo de oficina con sus intereses como bióloga?

Mi trabajo administrativo comenzó luego de cursar un doctorado en ecología en Israel. Allí hice un arduo trabajo de campo y estudié la alimentación de algunos mamíferos en el desierto. Pienso que mi formación como bióloga ha sido clave para comprender las dinámicas de los procesos administrativos.

Otro de los campos en el cual se ha desempeñado y sobresalido es la educación. ¿Cuál cree que es el principal problema educativo del país?

En un país con tantas necesidades que compiten entre sí, y con un escaso presupuesto, son varios los problemas educativos. Pero para responder a su pregunta voy a señalar uno. Un estudio del Banco de la República, de hace algunos años, reveló que a quienes no les fue bien en las pruebas académicas aplicadas por el Estado al finalizar su bachillerato, tampoco les fue bien al enfrentarse a las mismas pruebas al culminar su formación universitaria. Eso muestra que tenemos falencias de base que se pueden ver en muchos escenarios, entre ellas que, muchos veces, quienes ejercen la docencia desde kínder hasta bachillerato tienen los menores niveles académicos frente a las pruebas Saber Pro. Es un tema muy discutido, en el cual se ha venido trabajado.

Quienes conocen su amplia trayectoria en la gestión académica se mostraron muy complacidos por su nombramiento. Cuéntenos de la estructura de la biblioteca.

El Banco de la República tiene un bibliotecólogo, que es el director técnico y la persona que conoce muy bien cómo debe ser el manejo de las colecciones. Pero también hay que señalar que las bibliotecas no son sólo libros. Cada sede, cada unidad de una red de bibliotecas comprende la interacción de las personas, de nuestros trabajadores, de nuestros visitantes. La Red de Bibliotecas del Banco de la República es uno de los bastiones culturales más importantes que tiene el país; siempre se ha preocupado por la formación cultural de los ciudadanos. Es por ello que puede tener en su dirección a una persona académica, porque la transformación cultural no se da únicamente con los libros, sino aplicando otros saberes.

¿Qué proyectos tiene para su gestión en la dirección?

Creo en el trabajo en red. Y la Red de Bibliotecas del Banco de la República lideró por mucho tiempo el trabajo en conexión con múltiples bibliotecas. Quiero fortalecer esa labor. Trabajar de la mano con bibliotecas en el país y el exterior. A nivel mundial, las bibliotecas se están transformando rápidamente, y esa es una tarea en la cual estamos trabajando desde hace varios años. Estuve en el proceso de redireccionamiento hace dos años, me fui el año pasado y ahora vuelvo.

Entonces, ¿conoce de primera mano las metas de la Red de Bibliotecas?

Uno de mis proyectos es el aprovechamiento de sus bases de datos, generar procesos que permitan obtener información clave para conocer y caracterizar a los usuarios y así ofrecer un mejor servicio. Sobre todo en las regiones, porque se tienen necesidades diferentes, saberes y conocimientos que difieren de los construidos en la capital. Es por ello que la agenda cultural debe responder a las necesidades y demandas de la región.

¿Cuáles son los proyectos que tiene la Red de Bibliotecas para fortalecer su presencia regional?

La apertura de tres nuevas bibliotecas, en San Andrés, Buenaventura y Manizales, que se pensaron con una nueva concepción de centro cultural para responder a la demanda regional. En Buenaventura, por ejemplo, tenemos una sala de música, pero no como la que tenemos en Bogotá, sino con los instrumentos propios de la región, es decir, también hemos incluido las sugerencias del público asistente.

Aunque usted se ha desempeñado en labores administrativas, estudió biología.

Sí. Desde que tengo recuerdos siempre me han apasionado los seres vivos. Me interesaba entender cómo interactuaban. Quería estudiar biología en la Universidad Nacional porque el programa seguía los lineamientos que permitían darle curso a mis intereses e inquietudes.

Finalmente, ¿a qué se dedica cuando no está investigando o trabajando en proyectos educativos o de desarrollo científico?

Me gusta mucho la música llanera, leer y, sobre todo, estar en contacto con la naturaleza, seguir aprendiendo de ella. Soy una apasionada por la naturaleza.