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Durante la temporada que pasó prestando servicios a la comunidad como parte de la condena que le impuso un juzgado de California por haber violado la libertad condicional en 2011, Lindsay Lohan (28) se vio obligada durante su trabajo en la morgue del centro forense de Los Ángeles a trasladar el cuerpo de Whitney Houston -quien falleció ahogada en la bañera tras consumir cocaína el 11 de febrero de 2012 a los 48 años.
"Fue una p**a mier** y totalmente fuera de lugar, porque muchas otras personas estaban encargadas de hacerlo, pero decían: 'No, no pueden hacerlo. Lohan sí'. La experiencia es diferente para mí de lo que sería para otra persona, como si nadie hubiera tenido la obligación de trabajar en la morgue de Los Ángeles y trasladar una bolsa con el cuerpo de Whitney Houston dentro... Sé que suena realmente oscuro y extraño, pero pensaba que podría ser mucho peor", confesó la artista en una entrevista al periódico The Daily Telegraph.
Desde octubre de 2011 hasta marzo de 2012 la actriz estadounidense trabajó en la morgue en turnos de 12 horas, una experiencia de la que se siente orgullosa, en especial al darse cuenta de que allí tomó conciencia de algunos de sus problemas.
"Tuve que controlar muchas cosas. Le decía a la gente: 'No has doblado bien esa hoja', porque tengo un trastorno obsesivo-compulsivo con las cosas dobladas. Con el tiempo me di cuenta y dije: 'Vale, espera. Hay que cambiar algo, y creo que soy yo'", confesó.
Una vez dejado atrás su controvertido pasado, Lindsay Lohan quiere retomar sus proyectos profesionales -actualmente prepara su debut teatral en Londres con la adaptación de la obra 'Speed-the-Plow' de David Marmet- para recuperar así la confianza que el público tenía en ella.
"Me gusta la idea de luchar por lo que he perdido, básicamente. Perdí bastante... no creo que sea 'respeto' la palabra, 'confianza', por parte de la gente, y quiero ganarla de nuevo", explicó.