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Liss Pereira es una experta elaborando hojas de vida. Por lo general, no le toca hacerlas para ella, más bien emplea su tiempo realizando un diagnóstico completo de cada uno de los personajes que se inventa para sus rutinas como humorista. Esa misma práctica, así de obsesiva, la hacía durante sus días de radio, cuando prestaba su garganta y su voz para relatar historias ajenas.
A Miguelito, un niño más bien precoz y apasionado por los esféricos, Liss Pereira le creó una atmósfera para que tuviera una supervivencia honrosa, por lo menos. El personaje fue muy exitoso en varias emisoras y en diferentes programas, incluido el Carrusel, de Caracol Radio, pero antes de salir al aire con él y empezar a rasgar su voz, le tenía un currículo claro, avanzado y generoso. Sabía de quién era hijo, cuáles eran las ocupaciones de sus padres, en qué curso estaba, cómo caminaba y cuál era su pinta favorita.
Ese esquema del personaje se volvía un mapa de ruta para que Liss Pereira pudiera trabajar y fortalecer sus creaciones. El máximo conocimiento sobre él era directamente proporcional a la libertad para ir imprimiéndole aspectos vitales, conseguir elementos novedosos para su interpretación y volver creíble su invención. Miguelito llegó a tener voz propia gracias a que su gestora siempre tuvo claro de dónde venía y hasta dónde quería que llegara.
Le pasó con Miguelito, le sucede con otros nombres de personas que menciona sin contemplaciones durante sus rutinas como comediante, y también con individuos con los que se cruza en la calle en su vida cotidiana. Su cabeza tiende a ir en sexta velocidad y eso le permite evolucionar en la creación. Tiene el ojo muy desarrollado y a partir de lo que ve, a toda carrera, comienza a establecer los cimientos para los personajes de su porvenir como artista.
En lo que sí se toma el tiempo Liss Pereira es la escritura. Ese proceso es tan vital para ella como dispendioso. Lo que no se escribe a mano no se ha aprendido del todo, dice, y eso lo aplica en los shows que presenta y en los que se encarga de gritar verdades envueltas en el empaque balsámico del humor.
A mano, de su puño y letra, ha gestado las frases que la han hecho célebre y, aunque dice que no es chistosa porque no se sabe ningún chiste, lo que provoca de inmediato después de algún comentario es una sonora carcajada o un silencio manifestado entre signos de interrogación. El resultado final después de que Liss Pereira expone una idea siempre es la risa, porque lo que busca es poner en común algunos hechos cotidianos. Su profesión de comunicadora social le ha servido para identificar que las anécdotas particulares son, de alguna manera, generales también.
Empezó su periplo por los medios de comunicación en una emisora comunitaria llama Sardinata Estéreo. Allí desplegó su fascinación por la música y la literatura. Con la misma facilidad con la que puede escuchar The Dark Side of the Moon, de Pink Floyd, que fue uno de los primeros discos que tuvo en su poder, Liss Pereira puede adentrarse en extensas improvisaciones del jazz o en las creaciones urbanas de J. Balvin.
Después pasó por estaciones de RCN y de Caracol en las que marcó su estilo y puso a los oyentes a sintonizarse con su voz. De manera simultánea, y para darles salidas a las múltiples ideas que se le ocurrían por segundo, empezó a escribir historias para sus stand up. Entre lo primero que gestó estaba el espectáculo Personajes de Estirpe Radial Rebuscando Algún Sustento (P.E.R.R.A.S.).
Más adelante aparecieron segmentos como La calle está dura y Perdone lo poquito, en el que surge la historia de Sofía Klauss, otro de esos personajes a los que Liss Pereira tuvo que diseñarle un completo prontuario para poder traerlo a colación durante sus funciones. Según la comediante, Sofía Klauss es su antítesis.
Desde hace poco más de año y medio presenta Venga que sí es pa’ eso, tal vez el espectáculo que más ovaciones le ha merecido. Con él casi le ha dado la vuelta a Colombia, ha tenido presencia internacional y, sobre todo, tiene muchas propuestas para viajar. Con este show aborda distintas aristas, como la soltería y las diferencias de crianza entre hombres y mujeres, y, como siempre hace, expone por completo su vida y sus pasiones.
En Venga que sí es pa’ eso, Liss Pereira, cuyo nombre completo es Lizeth Johanna Pereira Ordóñez, muestra sus distintas facetas, exhibe sus habilidades para la improvisación y deja claro que ya tiene asimilada la rutina para hacer reír.
Liss Pereira, Venga que sí es pa’eso. Sábados 10 y 17 de marzo, 6:00 y 8:00 p.m., teatro Astor Plaza, en Bogotá. Información y boletería en www.tuboleta.com.