Lugar para la armonía y el cuidado integral

Fue la visión de la maternidad la que la hizo querer salirse de los horarios fijos y de los 15 días de vacaciones al año. Después de haber trabajado mucho tiempo  como gerente técnica en el laboratorio de la multinacional suiza Firmenich, que se dedica a hacer sabores y olores para diferentes productos, Claudia Elena Vásquez cumplió su sueño de ser independiente y  dueña de su propio negocio.

Siempre había tenido en mente crear una línea de productos y entre sus viajes de trabajo se dio cuenta de que una de las tendencias era el tema del bienestar y la armonía. Todo comenzó a conectarse y a tomar forma de spa, palabra que viene del acrónimo en latín “salus per aquas”, es decir, “salud a través del agua”. Empezó a viajar por el mundo de la mano de sus socios para empaparse sobre la cultura del spa, tan popular en los países nórdicos y en Europa en general, y conocer la realidad y la dimensión de ese universo. En el Viejo Continente a los balnearios y a las aguas termales se les hace un templo que va más allá de los conceptos del cuidado de la belleza. Funcionan más como una comunión con la naturaleza, donde el cuerpo empieza a olvidarse de lo terrenal para entrar a paisajes más aéreos.

Teniendo en cuenta estos preceptos, quisieron crear en la misma línea un spa que le rindiera culto a la biodiversidad colombiana que lleva el nombre de Charaima,  inspirado por  los reconocidos antropólogos Gerardo Reichel Dolmatoff y  Alicia Dussán. Ellos fueron los primeros en llegar a uno de los  asentamientos taironas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ese lugar se llamaba Chairama, donde el manejo del acueducto, el riego y las terrazas eran ejemplares, y por ello se le denominaba la ciudad del agua.

“Nos dimos cuenta de que aquí en Colombia montan un centro de estética y lo llaman spa: todo y nada al mismo tiempo. Vamos a educar al consumidor en el tema de la hidroterapia y a mostrarle lo que es uno verdadero”, afirma Claudia Elena. Por eso dedicaron un piso entero a la hidroterapia, que estudia el poder del agua y su aplicación sobre el cuerpo. En él se encuentra una piscina lúdica que cuenta con bancos oxigenantes y camas de burbujas; duchas que ofrecen chorros para tonificar el cuerpo, activar la circulación o limpiar las toxinas; piscinas frías de 14 grados o calientes de 40 grados que transmiten los beneficios del termocontraste. También está el Flotarium, una piscina de sales saturadas con 30% de magnesio donde se emula la sensación de flotar que se experimenta en el mar Muerto, perfecta para contrarrestar los efectos del jet lag o el insomnio.

Además, nueve cabinas insonorizadas fueron especialmente concebidas para ofrecer rituales en vez de tratamientos que purifican el cuerpo, relajan la mente y desconectan a la persona del mundo exterior. Los productos que se utilizan son de unas marcas francesa e italiana especializadas en spa, los cuales se complementan con los que fueron creados por Claudia Elena pensando en el trópico. “Quería que fuera una línea sensorial, que huela delicioso y que deje una sensación rica en la piel”. El mango, la guayaba, el café y el cacao vienen en forma de leche y mantequilla corporales, exfoliante y gel de ducha.

Los servicios no terminan ahí. El Yoga, los Pilates y el Tai Chi tienen su espacio dentro de este gran templo dedicado al cuidado del cuerpo, que no podía dejar por fuera la alimentación. Cocina Spa es un concepto saludable de aromas y sabores creado por el chef de Nazca, Miguel Castillo.

Chairama ha sido pensado de la A a la Z. Nada se ha elaborado sin una intención, desde el diseño del edificio, la gráfica de los interiores, la música creada por Carlos Vives para cada piso, los uniformes, la comida de la terraza, los olores de los productos hasta el trato silencioso y respetuoso de los empleados hacia los clientes.

La Sierra Nevada de Santa Marta abrió sucursal en este espacio bogotano que cree en el poder del agua y la tierra, así como en la armonía entre cuerpo y mente.

www.chairamaspa.com

Tel.: 3212400344.

Fue la visión de la maternidad la que la hizo querer salirse de los horarios fijos y de los 15 días de vacaciones al año. Después de haber trabajado mucho tiempo  como gerente técnica en el laboratorio de la multinacional suiza Firmenich, que se dedica a hacer sabores y olores para diferentes productos, Claudia Elena Vásquez cumplió su sueño de ser independiente y  dueña de su propio negocio.

Siempre había tenido en mente crear una línea de productos y entre sus viajes de trabajo se dio cuenta de que una de las tendencias era el tema del bienestar y la armonía. Todo comenzó a conectarse y a tomar forma de spa, palabra que viene del acrónimo en latín “salus per aquas”, es decir, “salud a través del agua”. Empezó a viajar por el mundo de la mano de sus socios para empaparse sobre la cultura del spa, tan popular en los países nórdicos y en Europa en general, y conocer la realidad y la dimensión de ese universo. En el Viejo Continente a los balnearios y a las aguas termales se les hace un templo que va más allá de los conceptos del cuidado de la belleza. Funcionan más como una comunión con la naturaleza, donde el cuerpo empieza a olvidarse de lo terrenal para entrar a paisajes más aéreos.

Teniendo en cuenta estos preceptos, quisieron crear en la misma línea un spa que le rindiera culto a la biodiversidad colombiana que lleva el nombre de Charaima,  inspirado por  los reconocidos antropólogos Gerardo Reichel Dolmatoff y  Alicia Dussán. Ellos fueron los primeros en llegar a uno de los  asentamientos taironas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ese lugar se llamaba Chairama, donde el manejo del acueducto, el riego y las terrazas eran ejemplares, y por ello se le denominaba la ciudad del agua.

“Nos dimos cuenta de que aquí en Colombia montan un centro de estética y lo llaman spa: todo y nada al mismo tiempo. Vamos a educar al consumidor en el tema de la hidroterapia y a mostrarle lo que es uno verdadero”, afirma Claudia Elena. Por eso dedicaron un piso entero a la hidroterapia, que estudia el poder del agua y su aplicación sobre el cuerpo. En él se encuentra una piscina lúdica que cuenta con bancos oxigenantes y camas de burbujas; duchas que ofrecen chorros para tonificar el cuerpo, activar la circulación o limpiar las toxinas; piscinas frías de 14 grados o calientes de 40 grados que transmiten los beneficios del termocontraste. También está el Flotarium, una piscina de sales saturadas con 30% de magnesio donde se emula la sensación de flotar que se experimenta en el mar Muerto, perfecta para contrarrestar los efectos del jet lag o el insomnio.

Además, nueve cabinas insonorizadas fueron especialmente concebidas para ofrecer rituales en vez de tratamientos que purifican el cuerpo, relajan la mente y desconectan a la persona del mundo exterior. Los productos que se utilizan son de unas marcas francesa e italiana especializadas en spa, los cuales se complementan con los que fueron creados por Claudia Elena pensando en el trópico. “Quería que fuera una línea sensorial, que huela delicioso y que deje una sensación rica en la piel”. El mango, la guayaba, el café y el cacao vienen en forma de leche y mantequilla corporales, exfoliante y gel de ducha.

Los servicios no terminan ahí. El Yoga, los Pilates y el Tai Chi tienen su espacio dentro de este gran templo dedicado al cuidado del cuerpo, que no podía dejar por fuera la alimentación. Cocina Spa es un concepto saludable de aromas y sabores creado por el chef de Nazca, Miguel Castillo.

Chairama ha sido pensado de la A a la Z. Nada se ha elaborado sin una intención, desde el diseño del edificio, la gráfica de los interiores, la música creada por Carlos Vives para cada piso, los uniformes, la comida de la terraza, los olores de los productos hasta el trato silencioso y respetuoso de los empleados hacia los clientes.

La Sierra Nevada de Santa Marta abrió sucursal en este espacio bogotano que cree en el poder del agua y la tierra, así como en la armonía entre cuerpo y mente.

www.chairamaspa.com

Tel.: 3212400344.