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Pese a las muchas certezas, internet sigue siendo un hábitat muy extraño. Hace unos días, por alguna razón que no es clara, una vieja entrevista a la periodista y expresentadora de “Día a Día”, Marcela Sarmiento y que se revivió en el mundillo digital, puso de nuevo sobe la mesa unas reflexiones que la presentadora hizo hace tres años sobre la vida y sobre la muerte. Sus palabras no pierden vigencia. No son noticia. Son algo así como lecciones de vida motivadas por la muerte.
“He recibido miles de mensajes cariñosos y respetuosos que atesoro. Quiero agradecer a quienes han estado conmigo en los buenos y difíciles momentos, y darle la bienvenida a los nuevos seguidores que llegan a asomarse por aquí a mis publicaciones. La vida continúa y no he perdido nunca la esperanza” escribió Sarmiento hace unos días luego de que sus palabras del pasado volvieran al presente.
¿Qué fue lo que dijo Marcela Sarmiento?
El 7 de noviembre de 2019 la periodista colombiana, en una entrevista para el programa de Telemundo “Despierta América”, habló de dos de los momentos más difíciles que ha tenido que enfrentar. La muerte de su hijo Miguel, quien falleció el día del parto y la muerte de su esposo, el periodista y locutor colombiano, Alejandro Nieto Molina, quien perdió la vida el 8 de febrero de 2016 luego de sufrir un infarto en Miami, Estados Unidos. Tenía 47 años. Este miércoles se cumplen siete años de su fallecimiento.
En aquella entrevista, Sarmiento reconoció que se fue de Colombia y “Día a Día”, programa en el que era la presentadora estrella, como una forma de escape a los recuerdos y la presencia de Miguel.
La presentadora vivió su segundo embarazo, el de Miguel, prácticamente frente a las cámaras. “Yo estuve embarazada durante todo el programa de televisión. Durante los nueve meses estuve al aire, pero el día parto hay un accidente en mi barriga y se enreda el cordón umbilical en Miguel y no recibió más oxígeno y murió”. El duelo, dijo en aquella entrevista, es poco superable. “En el fondo no lo superas, uno aprende a vivir con esa situación, uno aprende a vivir con ese dolor. Yo tuve que salir de Colombia para poder recuperarme porque estaba muy triste, estaba muy mal. Y tomamos la decisión por el bienestar personal de Paulina (su hija) y Alejandro (su esposo), que también era una persona pública, de venir a Estados Unidos y para que yo me recuperara física y mentalmente para poder volver”. Le invitamos a leer: Marcela Sarmiento, una periodista con mil historias
No hubo opción de volver. Mientras en Miami se recuperaban de la pérdida, Alejandro Nieto Molina recibió una oferta laboral en España. En el 2010 fue nombrado director general de la Cadena SER y la familia se trasladó a Madrid.
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Seis años más tarde surgió la posibilidad de volver a Estados Unidos porque Nieto Molina asumió el mando de Univisión Radio, pero días después de asumir sus nuevas funciones, mientras Sarmiento estaba en España su esposo sufre el infarto en el gimnasio del edificio vivía temporalmente
“Estábamos en la mitad de la mudanza, vine a EE.UU. y dejamos casi todo listo, me volví a España y me llaman del edificio donde él estaba viviendo temporalmente mientras yo llegaba con las niñas y me dicen que a Alejandro le están haciendo Resucitación Cardiorrespiratoria. Yo me quedé en blanco. Lo que estaba pasando no era una película de terror, no era una cosa inventada, era una cosa real y me estaba pasando a mí”. Mientras a Nieto Molina lo atienden, Marcela Sarmiento estaba en España.
“Empecé a ayudar a algunos amigos para que me ayudaran. Esas horas después fueron las peores de mi vida. Fue muy difícil de aceptar y de vivirlo a larga distancia”.
¿Cómo se vuelve a sonreír?, le Francisca Lachapel a Marcela Sarmiento. “El proceso del duelo es un proceso muy largo. Son oleadas de mucha esperanza, pero unas oleadas de mucha tristeza. Más que afán por volver a sonreír es afán por estabilizarse y cuando uno se serena y se estabiliza y toma con aplomo las cosas, la sonrisa sale sola Cuando uno no ha vivido el dolor profundo no sabe de qué es capaz, uno solo sabe de qué es capaz cuando ha salido de ahí. Fue mi pareja toda la vida, él único amor que he tenido y pienso en él pero sobre todo por mis hijas porque yo las veo y lo veo a él”.
¿Cómo fue para ellas?, le pregunta Lachapel
“Lo que te puedo decir es que a este mundo vinimos a gozar, pero también a sufrir. Tenemos dos cuotas. La de la felicidad y el dolor y tenemos que aceptar que el dolor hace parte de la vida, pero también de nuestra existencia y que, si tocamos el dolor, vamos a saber realmente lo que es la felicidad. A Alejandro le dije todo lo que le tenía que decir en vida. Quisiera que me dijera que lo estoy haciendo bien”