Margalida Castro, el adiós a una actriz por casualidad
La actriz santandereana falleció este jueves a los 82 años, según confirmó su mánager, Claudia Serrato. Un recorrido por la carrera de la intérprete que marcó una época en el teatro y la televisión.
Mateo Medina Escobar
A principios de la década de los 60, Margalida Castro era una joven estudiante de arquitectura y flautista de la Universidad Nacional. La actuación, a la que se dedicó por 60 años, llegó por casualidad. “Me llamaron para tocar la flauta en una obra de teatro, allí me encontré al (futuro) papá de mis hijas, acabé mi romance con un flautista famoso que vivía en Europa, me casé a los tres meses y por él me dediqué a la actuación”, recordó Castro en una entrevista para El Espectador en 2012. La intérprete, ícono del teatro y la televisión en Colombia, falleció este jueves 19 de diciembre.
Castro, quien bromeaba diciendo que se había convertido en actriz por casualidad, murió un mes después de su cumpleaños 82. Trabajó en la profesión hasta el último momento de su vida. “Rato de no pasar por acá. He estado grabando varias miniseries y escribiendo mi quinto libro, pues muy encamellada gracias a Dios (...) Por milagros de esos que no dejan de asombrarme la capitana de las alturas, la Virgen preciosura del Carmen, intercedió para qué fuera invitada a Santiago de Chile a pasar mis 82 años. Al lado de mis dos hijas, mis dos hermosas nietas y mi super brillante nieto”, escribió la intérprete en una publicación en su cuenta de Instagram el pasado 21 de noviembre.
La vida de Margalida Castro estuvo marcada por el teatro, la televisión, el estudio, el insomnio y la locura. Los papeles de Sietelenguas en Caballo viejo (1988), Elida Pérez en Música, maestro (1990), Susy Borda de Lavalle en Gallito Ramírez (1996), Tía Chabela en Yo amo a Paquita Gallego (1998), Inés de Montes en la Viuda de la Mafia (2004) la Sibila en La Tormenta (2005), Úrsula Cabrales en Chepe Fortuna (2010), Bertha Montenegro de Matallana en Doctor Mata (2014) y otros cientos marcaron los créditos de su filmografía.
En su paso por el teatro la vio Bernardo Romero Lozano, impulsor de la televisión en Colombia, y quien no dudó en impulsar también a la actriz. “Me vio en teatro y me dijo que era muy buena para que me vieran en salas cerradas. Me llevó a la televisión y fui la protagonista de la telenovela La tercera palabra. A los ocho meses gané mi primer premio de actriz protagónica”.
Castro se consideraba una muy buena actriz porque tenía una preparación actoral amplia, pero, sobre todo, porque era de las que más estudiaba. “Yo intento no hacer como la mayoría de los actores. Que llegan y estudian el personaje un día anterior. No, yo la tengo estudiada muy bien. La gente aplaudirá mi memoria prodigiosa, pero no saben lo que he practicado y las horas dedicadas a buscar la perfección”.
La actriz tuvo la fortuna que buscan muchos en su profesión, que escribieran personajes pensando en ella. “Esta novela la escribí para Margalida Castro- en junta de RTI, y los señores le decían, pero ella está en cuatro proyectos más de Caracol, y respondió: problema de ustedes, señores, es Margalida Castro o la telenovela no va. Y se paró y se fue”, recordó la intérprete sobre Julio Jiménez cuando la contrataron para la telenovela “Yo amo a Paquita Gallego”.
La oriunda de San Gil, Santander, paso feliz su carrera en la actuación, a pesar de la cadena de eventos que la llevaron a un manicomio a los 27 años. La actriz recordó en el pódcast Meterse al Rancho, que desde que estaba en la cuna dormía poco. Su madre se asombraba al ver a esa pequeña niña callada y con los ojos activos. “¿Qué será lo que piensa esa bebecita?”, le decía. Ya de grande sufrió un accidente en el que su cráneo se fracturó. Las secuelas le ocasionaron un insomnio que se potenció con su rutina de sueño corto. Eso la llevó a tener alucinaciones y a ser internada en un manicomio.
De lo que vivió internada escribió los libros Margalida: del manicomio a la luz y Camisa de fuerza. Más adelante publicó A ti María que tomaste mi vida por asalto, en el que muestra su devoción a la Virgen. “Se me apareció a los pies de mi cama y me habló cinco horas, me dijo: Tú has sido molida en el crisol de la agonía y el tormento entre camisas de fuerza, enfermeros brutales, choques de insulina, potros de infamia, sótanos siniestros, porque mi hijo, el divino alfarero, te estaba moliendo para hacer de ti un vaso nuevo”, dijo Castro en una entrevista para el pódcast Senderos de Éxito.
Su papel de Susy Borda de Lavalle en Gallito Ramírez (1996) le valió un Premio India Catalina a Mejor actriz de reparto. En 2012 fue reconocida con el título de primerísima primera actriz de Colombia por los Premios TVyNovelas y obtuvo otro premio India Catalina por su papel de El secretario (2011). Al año siguiente recibió el premio Víctor Nieto a toda una vida en los mismos premios.
Colombia despide a una actriz que no hacía casting, que estudiaba fervientemente sus personajes como ningún otro, que vivió el sufrimiento de un manicomio y que sintió que la Virgen se le apareció. Adiós a esa actriz que llegó por casualidad a cientos de producciones y millones de televidentes.
A principios de la década de los 60, Margalida Castro era una joven estudiante de arquitectura y flautista de la Universidad Nacional. La actuación, a la que se dedicó por 60 años, llegó por casualidad. “Me llamaron para tocar la flauta en una obra de teatro, allí me encontré al (futuro) papá de mis hijas, acabé mi romance con un flautista famoso que vivía en Europa, me casé a los tres meses y por él me dediqué a la actuación”, recordó Castro en una entrevista para El Espectador en 2012. La intérprete, ícono del teatro y la televisión en Colombia, falleció este jueves 19 de diciembre.
Castro, quien bromeaba diciendo que se había convertido en actriz por casualidad, murió un mes después de su cumpleaños 82. Trabajó en la profesión hasta el último momento de su vida. “Rato de no pasar por acá. He estado grabando varias miniseries y escribiendo mi quinto libro, pues muy encamellada gracias a Dios (...) Por milagros de esos que no dejan de asombrarme la capitana de las alturas, la Virgen preciosura del Carmen, intercedió para qué fuera invitada a Santiago de Chile a pasar mis 82 años. Al lado de mis dos hijas, mis dos hermosas nietas y mi super brillante nieto”, escribió la intérprete en una publicación en su cuenta de Instagram el pasado 21 de noviembre.
La vida de Margalida Castro estuvo marcada por el teatro, la televisión, el estudio, el insomnio y la locura. Los papeles de Sietelenguas en Caballo viejo (1988), Elida Pérez en Música, maestro (1990), Susy Borda de Lavalle en Gallito Ramírez (1996), Tía Chabela en Yo amo a Paquita Gallego (1998), Inés de Montes en la Viuda de la Mafia (2004) la Sibila en La Tormenta (2005), Úrsula Cabrales en Chepe Fortuna (2010), Bertha Montenegro de Matallana en Doctor Mata (2014) y otros cientos marcaron los créditos de su filmografía.
En su paso por el teatro la vio Bernardo Romero Lozano, impulsor de la televisión en Colombia, y quien no dudó en impulsar también a la actriz. “Me vio en teatro y me dijo que era muy buena para que me vieran en salas cerradas. Me llevó a la televisión y fui la protagonista de la telenovela La tercera palabra. A los ocho meses gané mi primer premio de actriz protagónica”.
Castro se consideraba una muy buena actriz porque tenía una preparación actoral amplia, pero, sobre todo, porque era de las que más estudiaba. “Yo intento no hacer como la mayoría de los actores. Que llegan y estudian el personaje un día anterior. No, yo la tengo estudiada muy bien. La gente aplaudirá mi memoria prodigiosa, pero no saben lo que he practicado y las horas dedicadas a buscar la perfección”.
La actriz tuvo la fortuna que buscan muchos en su profesión, que escribieran personajes pensando en ella. “Esta novela la escribí para Margalida Castro- en junta de RTI, y los señores le decían, pero ella está en cuatro proyectos más de Caracol, y respondió: problema de ustedes, señores, es Margalida Castro o la telenovela no va. Y se paró y se fue”, recordó la intérprete sobre Julio Jiménez cuando la contrataron para la telenovela “Yo amo a Paquita Gallego”.
La oriunda de San Gil, Santander, paso feliz su carrera en la actuación, a pesar de la cadena de eventos que la llevaron a un manicomio a los 27 años. La actriz recordó en el pódcast Meterse al Rancho, que desde que estaba en la cuna dormía poco. Su madre se asombraba al ver a esa pequeña niña callada y con los ojos activos. “¿Qué será lo que piensa esa bebecita?”, le decía. Ya de grande sufrió un accidente en el que su cráneo se fracturó. Las secuelas le ocasionaron un insomnio que se potenció con su rutina de sueño corto. Eso la llevó a tener alucinaciones y a ser internada en un manicomio.
De lo que vivió internada escribió los libros Margalida: del manicomio a la luz y Camisa de fuerza. Más adelante publicó A ti María que tomaste mi vida por asalto, en el que muestra su devoción a la Virgen. “Se me apareció a los pies de mi cama y me habló cinco horas, me dijo: Tú has sido molida en el crisol de la agonía y el tormento entre camisas de fuerza, enfermeros brutales, choques de insulina, potros de infamia, sótanos siniestros, porque mi hijo, el divino alfarero, te estaba moliendo para hacer de ti un vaso nuevo”, dijo Castro en una entrevista para el pódcast Senderos de Éxito.
Su papel de Susy Borda de Lavalle en Gallito Ramírez (1996) le valió un Premio India Catalina a Mejor actriz de reparto. En 2012 fue reconocida con el título de primerísima primera actriz de Colombia por los Premios TVyNovelas y obtuvo otro premio India Catalina por su papel de El secretario (2011). Al año siguiente recibió el premio Víctor Nieto a toda una vida en los mismos premios.
Colombia despide a una actriz que no hacía casting, que estudiaba fervientemente sus personajes como ningún otro, que vivió el sufrimiento de un manicomio y que sintió que la Virgen se le apareció. Adiós a esa actriz que llegó por casualidad a cientos de producciones y millones de televidentes.