María Auxilio Vélez, la cara real de una imitadora
La humorista, reconocida por sus imitaciones de Amparo Grisales, Margarita Rosa de Francisco y María Lucía Fernández, habla de su experiencia en “Sábados Felices”, programa que celebra 49 años.
¿Cuál es su pensamiento cuando recuerda que está en “Sábados Felices”, el programa más antiguo de la televisión colombiana?
Es una alegría poder llegar a 49 años, un programa que obtuvo el Guinness Récord como el más antiguo del mundo. Es un agradecimiento con todas las personas que nos ven cada sábado y que ha tocado el corazón de muchos, porque en algún momento un colombiano ha tenido que verlo.
¿Qué ha significado “Sábados Felices” para María Auxilio Vélez?
Yo tengo un agradecimiento inmenso con Dios, porque me puso en los tiempos que eran. Toda la vida anhelé estar en televisión y él me puso en el mejor programa de humor a nivel nacional y el que se ha mantenido también en el mundo. Para mí, ese programa es vida, porque cuando lo hago me río y me lo gozo.
¿Cómo ha visto la transformación del programa a lo largo de los 18 años que lleva participando en él?
Lo he visto avanzar. Van entrando talentos nuevos y eso es lo que necesitamos. Si uno ve Sábados Felices, desde su inicio hasta ahora, notablemente hemos visto el cambio de ir acorde con la tecnología.
Está en “Sábados Felices” desde 2003. ¿En algún momento se ha sentido abrumada por las rutinas o las jornadas de grabación?
Nunca, nunca ha pasado por mi mente. Cuando estamos haciendo Voz Populi TV, a mí, por ejemplo me llamaban a las cinco de la mañana para que caracterizara a Amparo Grisales y eso demora alrededor de dos horas, luego me quitaban la de ella y me colocaban la de María Fernanda Cabal o la de María Lucía Fernández. Otra caracterización fue la de Dinora Rosales. Nos gastamos alrededor de dos horas por personaje y llegué a mi casa ese día a las dos de la mañana. No sentía el cansancio. En ningún momento ha pasado por mi mente dejar Sábados Felices o .
¿Qué significó alejarse durante un mes de la televisión cuando estuvo incapacitada por la mordedura de una serpiente?
Ya puedo decir que soy una mujer picada. Aunque había algunos programas ya grabados, sin embargo, en Blu Radio me tocó un mes alejada, y se me hizo eterno; porque eso es vida para mí. Yo amo trabajar; cuando uno hace lo que le apasiona, no siente que sea trabajo porque lo está disfrutando todo el tiempo.
¿Cómo es el proceso para elegir a cuál personaje imitar?
Se proponen personajes que uno ve que pueden estar para imitar. Por ejemplo, hay una vocera de Medellín, que es una periodista y la imité por su acento muy particular. Amparo Grisales me encanta porque gesticula con las manos, con el cabello, entonces esos son los personajes que a uno le parecen muy agradecidos, ya que son fáciles de imitar. En cambio, hay personajes que son demasiado blancos y no se tiene de dónde agarrarse.
¿Recuerda algún personaje que se le haya dificultado hacer?
Ahorita que hice el Desatino traté de imitar a una participante, que se me hizo un poco más complicado, porque no tenía una voz marcada para cogerle la tonalidad; pero si me pegué de las lloradas.
¿Cuánto tiempo tarda en desarrollar un personaje?
Hay personajes muy fáciles de imitar, porque tienen esas características en la voz. Yo me puedo bajar de un ascensor y cuando salgo ya termino haciendo como una persona que estaba ahí. Hay otros que sí son un poco más complicados, que necesitan más tiempo. Por lo general los imitadores tenemos muy buen oído.
Antes de la pandemia podían reunirse todos juntos para el programa. ¿Recuerda alguna anécdota?
Definitivamente la pandemia nos cambió la vida a todos. Pensamos que el programa se iba a acabar. Por eso decidimos comprar luces y trípodes para trabajar desde casa. En el set es un solo goce, porque el uno habla, el otro imita, los compañeros entran para ver con qué va a salir María Auxilio, como dice la gordita Fabiola. Como nos veíamos cada quince días, tratábamos de aprovecharlos al máximo. Cuando Lucerito llevaba empanadas para vender empezamos a molestar diciéndole: “Oiga, Lucerito, nosotros le compramos empanadas para ayudarla porque usted está pasando hambre, pero esto no tiene carne por ningún lado...” y todos nos reíamos. Si nosotros sacáramos un programa con todo lo que ocurre detrás del set, la gente lo disfrutaría muchísimo también.
¿Todavía recuerda cuando llegó al programa?
Entré como imitadora. Recuerdo que fue una parodia de Yo, José Gabriel. César Mora era el director de la orquesta y mi primer personaje fue Claudia de Colombia. Todavía estaba Pacheco y él decía que quién era esa mujer que había imitado a Claudia de Colombia y me invitó a su programa.
¿Cómo es María Auxilio Vélez en su día a día fuera de las cámaras?
Yo tengo una frase que dice: “Con el huevo arriba” y procuro estar siempre feliz, porque yo no sé si es mi último día y no me voy a preocupar o amargar antes de tiempo. De vez en cuando hago mis apuntes, mis chistes, pero no es de todos los humoristas. Hay personas que creen que porque uno es humorista tiene que estar echando chistes todo el tiempo y más que todo soy imitadora. Aunque siempre trato de ser positiva. Es más fácil estar viendo lo negativo, pero digo: “No, no, no”, por eso evito ver noticias y cuando me tocan los programas, lo que hago es leerme El Espectador o revisar las tendencias para estar informada.
¿Cuál es su pensamiento cuando recuerda que está en “Sábados Felices”, el programa más antiguo de la televisión colombiana?
Es una alegría poder llegar a 49 años, un programa que obtuvo el Guinness Récord como el más antiguo del mundo. Es un agradecimiento con todas las personas que nos ven cada sábado y que ha tocado el corazón de muchos, porque en algún momento un colombiano ha tenido que verlo.
¿Qué ha significado “Sábados Felices” para María Auxilio Vélez?
Yo tengo un agradecimiento inmenso con Dios, porque me puso en los tiempos que eran. Toda la vida anhelé estar en televisión y él me puso en el mejor programa de humor a nivel nacional y el que se ha mantenido también en el mundo. Para mí, ese programa es vida, porque cuando lo hago me río y me lo gozo.
¿Cómo ha visto la transformación del programa a lo largo de los 18 años que lleva participando en él?
Lo he visto avanzar. Van entrando talentos nuevos y eso es lo que necesitamos. Si uno ve Sábados Felices, desde su inicio hasta ahora, notablemente hemos visto el cambio de ir acorde con la tecnología.
Está en “Sábados Felices” desde 2003. ¿En algún momento se ha sentido abrumada por las rutinas o las jornadas de grabación?
Nunca, nunca ha pasado por mi mente. Cuando estamos haciendo Voz Populi TV, a mí, por ejemplo me llamaban a las cinco de la mañana para que caracterizara a Amparo Grisales y eso demora alrededor de dos horas, luego me quitaban la de ella y me colocaban la de María Fernanda Cabal o la de María Lucía Fernández. Otra caracterización fue la de Dinora Rosales. Nos gastamos alrededor de dos horas por personaje y llegué a mi casa ese día a las dos de la mañana. No sentía el cansancio. En ningún momento ha pasado por mi mente dejar Sábados Felices o .
¿Qué significó alejarse durante un mes de la televisión cuando estuvo incapacitada por la mordedura de una serpiente?
Ya puedo decir que soy una mujer picada. Aunque había algunos programas ya grabados, sin embargo, en Blu Radio me tocó un mes alejada, y se me hizo eterno; porque eso es vida para mí. Yo amo trabajar; cuando uno hace lo que le apasiona, no siente que sea trabajo porque lo está disfrutando todo el tiempo.
¿Cómo es el proceso para elegir a cuál personaje imitar?
Se proponen personajes que uno ve que pueden estar para imitar. Por ejemplo, hay una vocera de Medellín, que es una periodista y la imité por su acento muy particular. Amparo Grisales me encanta porque gesticula con las manos, con el cabello, entonces esos son los personajes que a uno le parecen muy agradecidos, ya que son fáciles de imitar. En cambio, hay personajes que son demasiado blancos y no se tiene de dónde agarrarse.
¿Recuerda algún personaje que se le haya dificultado hacer?
Ahorita que hice el Desatino traté de imitar a una participante, que se me hizo un poco más complicado, porque no tenía una voz marcada para cogerle la tonalidad; pero si me pegué de las lloradas.
¿Cuánto tiempo tarda en desarrollar un personaje?
Hay personajes muy fáciles de imitar, porque tienen esas características en la voz. Yo me puedo bajar de un ascensor y cuando salgo ya termino haciendo como una persona que estaba ahí. Hay otros que sí son un poco más complicados, que necesitan más tiempo. Por lo general los imitadores tenemos muy buen oído.
Antes de la pandemia podían reunirse todos juntos para el programa. ¿Recuerda alguna anécdota?
Definitivamente la pandemia nos cambió la vida a todos. Pensamos que el programa se iba a acabar. Por eso decidimos comprar luces y trípodes para trabajar desde casa. En el set es un solo goce, porque el uno habla, el otro imita, los compañeros entran para ver con qué va a salir María Auxilio, como dice la gordita Fabiola. Como nos veíamos cada quince días, tratábamos de aprovecharlos al máximo. Cuando Lucerito llevaba empanadas para vender empezamos a molestar diciéndole: “Oiga, Lucerito, nosotros le compramos empanadas para ayudarla porque usted está pasando hambre, pero esto no tiene carne por ningún lado...” y todos nos reíamos. Si nosotros sacáramos un programa con todo lo que ocurre detrás del set, la gente lo disfrutaría muchísimo también.
¿Todavía recuerda cuando llegó al programa?
Entré como imitadora. Recuerdo que fue una parodia de Yo, José Gabriel. César Mora era el director de la orquesta y mi primer personaje fue Claudia de Colombia. Todavía estaba Pacheco y él decía que quién era esa mujer que había imitado a Claudia de Colombia y me invitó a su programa.
¿Cómo es María Auxilio Vélez en su día a día fuera de las cámaras?
Yo tengo una frase que dice: “Con el huevo arriba” y procuro estar siempre feliz, porque yo no sé si es mi último día y no me voy a preocupar o amargar antes de tiempo. De vez en cuando hago mis apuntes, mis chistes, pero no es de todos los humoristas. Hay personas que creen que porque uno es humorista tiene que estar echando chistes todo el tiempo y más que todo soy imitadora. Aunque siempre trato de ser positiva. Es más fácil estar viendo lo negativo, pero digo: “No, no, no”, por eso evito ver noticias y cuando me tocan los programas, lo que hago es leerme El Espectador o revisar las tendencias para estar informada.