Más allá de la estética y la vanidad
Hasta la fecha, Alan González ha intervenido a nueve mujeres atacadas con ese químico y 13 se encuentran en espera.
El Espectador
¿Por qué decidió operar a mujeres víctimas de ácido?
Hace ocho años les empecé a realizar cirugías a policías y soldados víctimas de guerra que presentaban quemaduras graves. En esa labor estuve cuatro años. Por ese tiempo, llegó una mujer que había sido quemada con ácido —una niña de 16 años que me impresionó mucho— y alrededor de ella empecé a encontrar otras mujeres que padecían el mismo problema. Supe que eran vulnerables, indefensas, que necesitaban ayuda y por eso lo hice.
Cuando usted recibe esas mujeres, ¿en qué fase de su problema —en términos físicos— se encuentran?
Después de que mis colegas hacen la mayor parte del trabajo de reconstrucción, les han salvado sus tejidos, trato de recuperarles su aspecto estético y, en gran medida, también su aspecto funcional, pues a veces la apertura de los ojos, la boca o los orificios de la nariz para poder respirar, queda con limitaciones. Por lo tanto es darles la posibilidad de sentirse mejor. De recuperar poco a poco su autoestima y aceptación en la sociedad.
¿Y sus cuadros psicológicos en qué derivan, cuáles son las constantes?
Hay un común denominador y son las ideas suicidas, los síntomas de desfallecimiento ante todas sus esperanzas e ilusiones y, por supuesto, el componente social de rechazo que traen esas deformidades, no sólo por parte de la sociedad, sino de su misma familia, limitaciones en el campo laboral, profesional y en la educación. Es toda una tragedia que solamente se alcanza a percibir cuando se está cerca de ellas.
¿Por qué se presentan estas agresiones?
La razón fundamental es casi siempre pasional. Son problemas relacionados con el maltrato familiar y conyugal, de hombres y mujeres que conciben la idea de que “si esta persona no es para mí, no es para nadie”, entonces le pagan una suma irrisoria a una persona para que haga la labor, o la realizan ellos mismos.
¿Ha conocidos casos de hombres víctimas de estos ataques?
A mi consultorio no ha llegado el primero. Sin embargo, ellas sí me han contado que ha habido dos o tres casos, pero lo frecuente desafortunadamente es que este crimen se presente hacia las mujeres. De hecho, las estadísticas se han incrementado en los últimos tres años: son 294 casos de agresiones.
¿Específicamente qué provoca el ácido al contacto con la piel?
Genera una reacción térmica. Se van consumiendo las proteínas que tiene el tejido y entonces se va profundizando a medida que transcurre el tiempo. Entre más exposición tenga el tejido al ácido, más profundidad va a desarrollar y mayor será la lesión. Por eso se puede hablar de que hay quemaduras de ácido que comprometen piel, grasa, músculo y hasta hueso.
¿Las cirugías que usted practica cuánto tardan en promedio?
Depende de la complejidad, pero en promedio duran entre cuatro y seis horas. Se hacen intervenciones a nivel de cuatro o seis segmentos. Por ejemplo si hacemos una cirugía facial, le liberamos las cicatrices del cuello, de los labios, sacamos injertos de una zona del cuerpo y se ponen en el rostro, por lo que ellas quedan muy agradecidas, pues no solamente tienen mejoras en su aspecto facial, sino corporal.
¿Cuántas mujeres ha intervenido?
De manera completa, nueve, y tenemos trece en nuestra lista de espera.
¿Cuánto puede costar un tratamiento de estos?
Si hablamos de una reconstrucción real, de una paciente de esas, durante año y medio, puede estar en el orden de $100 millones. Que incluye especialistas, materiales y demás.
La expectativa que tiene de ayudar a las 13 mujeres en espera, ¿cuándo será puesta en marcha?
Estoy muy interesado y comprometido en que ellas creen su asociación, que será presentada al público aproximadamente en septiembre, en cabeza de su líder, Gina Potes. A través de la asociación podrán recibir apoyo laboral, educativo, social, pues las condiciones en que ellas viven son absolutamente deplorables. Obviamente lo seguiré haciendo en la medida en que el tiempo y los recursos me lo permitan. Pero esto me apasiona y que me hace sentir que en realidad lo que hago tiene un sentido y es el de lograr que las personas mejoren su calidad de vida.
¿Por qué decidió operar a mujeres víctimas de ácido?
Hace ocho años les empecé a realizar cirugías a policías y soldados víctimas de guerra que presentaban quemaduras graves. En esa labor estuve cuatro años. Por ese tiempo, llegó una mujer que había sido quemada con ácido —una niña de 16 años que me impresionó mucho— y alrededor de ella empecé a encontrar otras mujeres que padecían el mismo problema. Supe que eran vulnerables, indefensas, que necesitaban ayuda y por eso lo hice.
Cuando usted recibe esas mujeres, ¿en qué fase de su problema —en términos físicos— se encuentran?
Después de que mis colegas hacen la mayor parte del trabajo de reconstrucción, les han salvado sus tejidos, trato de recuperarles su aspecto estético y, en gran medida, también su aspecto funcional, pues a veces la apertura de los ojos, la boca o los orificios de la nariz para poder respirar, queda con limitaciones. Por lo tanto es darles la posibilidad de sentirse mejor. De recuperar poco a poco su autoestima y aceptación en la sociedad.
¿Y sus cuadros psicológicos en qué derivan, cuáles son las constantes?
Hay un común denominador y son las ideas suicidas, los síntomas de desfallecimiento ante todas sus esperanzas e ilusiones y, por supuesto, el componente social de rechazo que traen esas deformidades, no sólo por parte de la sociedad, sino de su misma familia, limitaciones en el campo laboral, profesional y en la educación. Es toda una tragedia que solamente se alcanza a percibir cuando se está cerca de ellas.
¿Por qué se presentan estas agresiones?
La razón fundamental es casi siempre pasional. Son problemas relacionados con el maltrato familiar y conyugal, de hombres y mujeres que conciben la idea de que “si esta persona no es para mí, no es para nadie”, entonces le pagan una suma irrisoria a una persona para que haga la labor, o la realizan ellos mismos.
¿Ha conocidos casos de hombres víctimas de estos ataques?
A mi consultorio no ha llegado el primero. Sin embargo, ellas sí me han contado que ha habido dos o tres casos, pero lo frecuente desafortunadamente es que este crimen se presente hacia las mujeres. De hecho, las estadísticas se han incrementado en los últimos tres años: son 294 casos de agresiones.
¿Específicamente qué provoca el ácido al contacto con la piel?
Genera una reacción térmica. Se van consumiendo las proteínas que tiene el tejido y entonces se va profundizando a medida que transcurre el tiempo. Entre más exposición tenga el tejido al ácido, más profundidad va a desarrollar y mayor será la lesión. Por eso se puede hablar de que hay quemaduras de ácido que comprometen piel, grasa, músculo y hasta hueso.
¿Las cirugías que usted practica cuánto tardan en promedio?
Depende de la complejidad, pero en promedio duran entre cuatro y seis horas. Se hacen intervenciones a nivel de cuatro o seis segmentos. Por ejemplo si hacemos una cirugía facial, le liberamos las cicatrices del cuello, de los labios, sacamos injertos de una zona del cuerpo y se ponen en el rostro, por lo que ellas quedan muy agradecidas, pues no solamente tienen mejoras en su aspecto facial, sino corporal.
¿Cuántas mujeres ha intervenido?
De manera completa, nueve, y tenemos trece en nuestra lista de espera.
¿Cuánto puede costar un tratamiento de estos?
Si hablamos de una reconstrucción real, de una paciente de esas, durante año y medio, puede estar en el orden de $100 millones. Que incluye especialistas, materiales y demás.
La expectativa que tiene de ayudar a las 13 mujeres en espera, ¿cuándo será puesta en marcha?
Estoy muy interesado y comprometido en que ellas creen su asociación, que será presentada al público aproximadamente en septiembre, en cabeza de su líder, Gina Potes. A través de la asociación podrán recibir apoyo laboral, educativo, social, pues las condiciones en que ellas viven son absolutamente deplorables. Obviamente lo seguiré haciendo en la medida en que el tiempo y los recursos me lo permitan. Pero esto me apasiona y que me hace sentir que en realidad lo que hago tiene un sentido y es el de lograr que las personas mejoren su calidad de vida.