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Mauricio Gómez Escobar fue un hombre de varias pasiones. Hijo del político Álvaro Gómez Hurtado, cargaba a sus espaldas un gran legado que quiso continuar a través del Derecho. Esa fue la carrera que estudió en la Universidad Javeriana, pero nunca la ejerció como tal.... después de un viaje a Inglaterra donde exploró otro tipo de disciplinas regresó a Colombia a mediados de los 70 y empezó a trabajar en El Siglo, periódico que pertenecía a su abuelo paterno Laureano Gómez Castro, quien para ese entonces ya era expresidente de la República.
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A sus 30 años, Mauricio ya había logrado manejar las páginas internacionales de uno de los periódicos más importantes del país, y además, consolidarse como el director del noticiero 24 Horas... era exitoso a pesar de no haber estudiado periodismo, pero el pasado de su padre lo seguía como una sombra. Debido a varias amenazas de muerte que recibió, tuvo que recurrir al exilio y se fue para Estados Unidos. En ese país siguió trabajando y ejerciendo el oficio de periodista en la famosa cadena CNN, y de allí pasó a Univisión.
Su impecable trabajo lo llevó a trabajar para varios de los medios más populares de Estados Unidos, pero aun así decidió regresar a Colombia para trabajar como cronista televisivo en CM&. Justo en ese trabajo explotó sus dotes de escritor, tanto, que logró obtener un espacio propio llamado Crónicas de Mauricio Gómez, en el que sus informes destacaban por su profundo desarrollo. Uno de sus trabajos más recordados es el reportaje que realizó contando en primera mano la realidad que se vivía en San Andrés y Providencia, que según él “seguía siendo un corredor de la droga hacia Estados Unidos”.
Luego de su etapa en CM&, Gómez comenzó a trabajar en Noticias Caracol de la mano de los periodistas más reconocidos, liderando informes e investigaciones que salían al aire en las diferentes emisiones. Sus allegados lo recuerdan como un hombre sumamente inteligente, con grandes habilidades y pasiones, realista y con un gran corazón. El pasado viernes se conoció la noticia de su fallecimiento a sus 73 años debido a una enfermedad que padecía desde hace algún tiempo, y aunque en cuerpo no está presente, su legado sigue y seguirá siendo un ejemplo para todos los jóvenes que decidan dedicarse al oficio del periodismo. Sin duda, será un referente por varias décadas.