Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
¿Quién es Delio Villamizar?
Es el antagonista de la serie Amar y vivir. Es la definición del malo que todos llevamos dentro. Un ser humano que no es obvio, que tiene su complejidad, es muy denso y además con una particularidad: se muestra como si fuera el salvador de todos, pero es todo lo contrario, asfixiante, sin escrúpulos...
Delio Villamizar ama el tango, ¿Mario Duarte también?
A mí me gusta toda la música, es como la comida. Debo tener alguna excepción, pero no lo voy a decir para no meterme en problemas con los que hacen esa música. En general la música me encanta, y el tango en particular es tremendo género. Hay un cantante de tango que se llama Daniel Melingo y está dentro de mis artistas musicales más destacados. Es un género que nunca perderá vigencia.
¿Qué piensa de los “remakes” que se hacen en la televisión colombiana?
Me parece bien que se hagan. En el caso de Amar y vivir, que es de los 80, es una novela que está bien escrita. Alguien me dijo por ahí en redes sociales que qué falta de creatividad y yo le contesté: “Pues como es tan fácil, por qué no te escribes una y yo la leo y miramos qué hacemos”. Es absurdo que hagan ese tipo de comentarios. Realmente las grandes obras que tenemos en el terreno audiovisual colombiano han sido fruto de grandes cabezas, de gente muy interesante, de valores increíbles y eso es lo que hay que rescatar.
¿Qué tiene usted de Delio Villamizar?
Comparto el ego desmedido de creer que uno tiene la razón. Habrá cosas también de macho colombiano, muy marcadas. Mi gran privilegio fue crecer entre mujeres; eso se lo agradezco a la vida, pero con eso y todo sé que tengo comportamientos machistas.
¿Por qué le abrió la puerta a la actuación?
Siento una profunda admiración por los actores. Cuando era pequeño veía películas y me parecía buenísimo lo que hacía esa gente. Después cuando empecé a tocar, a hacer rock, venían algunos actores a los conciertos, y me tocó cerca de un círculo de gente que estaba relacionada con el medio audiovisual... Es curioso porque me gustaba disfrazarme, ser otra persona. Siempre al caracterizar hay un desdoblamiento, eso es muy interesante, vivir otra vida... ser otra persona. Otra cosa es que me aburro mucho conmigo mismo.
¿Por qué es tan serio?
¿Soy serio? De pronto serio en lo que hago, porque no veo otra manera de hacer las cosas, sí sé que hay gente que me malinterpreta y piensa que soy repelente. Tengo una anécdota. Una vez en Rock al Parque tuve que cantar con una sinfónica, estaba muy preocupado, imagínate tocar con ochenta músicos; ensayé veinte minutos antes del espectáculo, solo estaba tratando de no desafinarme y la gente me tildó de odioso y engreído, pero detrás de las acciones siempre hay una razón de ser. Los humanos juzgamos demasiado.
¿Quién está detrás de Mario Duarte?
Yo diría más bien quién está delante de mí. Mis amigos, algunas compañeras de la vida. Ahora tengo una bebé, la mamá de la bebé, mis mamás (porque tengo dos), mis hermanas, pero realmente yo no sabría qué hacer sin mis amigas, ellas han sido claves en todo mi proceso de vida.
Una herencia de su banda: La Derecha...
Me ha dejado muchas cosas chéveres. Muchos recuerdos, amigos, buenos “parches”, y también me ha dejado un montón de cicatrices que con el paso del tiempo me va a tocar consentir.
La música, ¿hasta cuándo?
No sé. La música va a seguir ahí, espero hacer más cosas, de pronto como director.
Una canción que no se canse de escuchar...
Te podría hacer una lista porque todos los días escucho algo. Casualmente esta mañana mientras me estaba bañando estuve oyendo a Stevie Wonder, que tiene unas canciones tremendas, me puso en un muy buen ritmo para llegar acá.
Un dicho que caracterice a Mario Duarte...
Me gusta pensar que en esta vida lo más importante es no exagerar. Exagerar el éxito, el fracaso, el dolor, la felicidad.
Un sabor agrio...
No lo llamaría traición, ni una cosa exagerada, pero sí la deslealtad de los amigos. En el fondo entiendo que alguien sea medio “caspa” contigo por alguna razón, allá verá él.
La cosa más dulce...
Creo que el amor sigue siendo una cosa súper dulce.
¿El cielo o el infierno?
Depende dónde. Aquí no más, aquí está todo eso: el cielo y el infierno.
¿Soledad o compañía?
Ambas cosas son totalmente necesarias. Creo que no se entiende una sin la otra. Es difícil, pero debería haber un equilibrio entre ambas.