'Me río cuando me tomo en serio': Julio César Londoño
habla sobre su libro más reciente, '¿Por qué es negra la noche?', una recopilación de ensayos.
El Espectador
¿Cómo describiría este libro?
Como una chocolatina con mucha sustancia.
Al parecer usted es un hombre bastante curioso…
Sí, pero creo que no soy yo, es la especie la que es curiosa.
Pero algunos dicen que la curiosidad mató al gato…
Pero el gato tiene siete vidas.
¿Siempre busca la lógica o algunas veces le da concesiones a la fantasía?
Un desarrollo lógico con un desenlace paradójico es la combinación perfecta.
El dato que más lo sorprendió haciendo el libro.
Descubrir que un problema astronómico lo había resuelto un poeta borracho que era Edgar Allan Poe.
Un dato contradictorio.
El condón del Vaticano, aprobado por la Iglesia, sí tenía huecos para que no fuera anticonceptivo, es decir, pecaminoso.
¿Cómo escogió los temas que quería tratar?
Los temas van llegando. Por ejemplo me entero de que un Papa cierra el infierno y otro lo abre como si fuera un bar, ahí hay un tema...
¿De verdad cree que el clítoris es un descubrimiento moderno?
Es probable que haya funcionado toda la vida en las alcobas, pero como un descubrimiento de la ciencia, es más bien reciente.
¿Y ya sabe por qué es negra la noche?
Porque la luz de las últimas estrellas aún no ha llegado. Esa es la respuesta que dio Poe y la que aceptan los profesionales.
¿Hay buenas y malas palabras?
Hay palabras pertinentes e impertinentes.
¿Cuál tema sin explicación aparente le sigue sacando canas?
La influencia de la música sigue siendo un misterio para mí.
¿Cuál es el secreto de los genios?
El genio es antes que un vocablo preciso, una interjección de asombro.
Muchos escritores se rehúsan a tocar el tema de la religión, ¿por qué asumió el riesgo?
Porque Dios es un superpersonaje.
¿Va a volver a transitar los caminos de la novela?
Dios me libre.
¿Qué ventajas tienen los ensayistas sobre los novelistas?
Somos mucho más inteligentes. El ensayista puede tener ficción y mucho más pensamiento que un novelista.
¿Qué tan paradójica es la inteligencia?
La respuesta de Voltaire es muy bonita. “Inteligente es todo aquel que piensa como uno piensa”.
Usted dedica un capítulo al sexo, ¿cuál es el enemigo del sexo?
El matrimonio.
¿Qué tan estrecha es la relación entre el sexo y la comida?
Su relación es muy estrecha. El sexo es como comerse al otro, incorporarlo a uno.
¿Qué lo saca de casillas?
A los neuróticos cualquier cosa nos puede alterar.
¿Por qué Héctor Abad dice que usted tiene un sentido moral ‘cuidadosamente retorcido’?
Porque lo soborné cuidadosamente para que lo dijera (risas).
Hablando de ángulos, ¿hacia dónde mira el ensayista?
Hacia el hombre de la calle.
¿Qué lo hace reír?
Me río cuando me tomo en serio.
¿Qué proyecto tiene en mente?
Conseguirme una millonaria para dejar de escribir y ponerme a leer.
¿Cómo describiría este libro?
Como una chocolatina con mucha sustancia.
Al parecer usted es un hombre bastante curioso…
Sí, pero creo que no soy yo, es la especie la que es curiosa.
Pero algunos dicen que la curiosidad mató al gato…
Pero el gato tiene siete vidas.
¿Siempre busca la lógica o algunas veces le da concesiones a la fantasía?
Un desarrollo lógico con un desenlace paradójico es la combinación perfecta.
El dato que más lo sorprendió haciendo el libro.
Descubrir que un problema astronómico lo había resuelto un poeta borracho que era Edgar Allan Poe.
Un dato contradictorio.
El condón del Vaticano, aprobado por la Iglesia, sí tenía huecos para que no fuera anticonceptivo, es decir, pecaminoso.
¿Cómo escogió los temas que quería tratar?
Los temas van llegando. Por ejemplo me entero de que un Papa cierra el infierno y otro lo abre como si fuera un bar, ahí hay un tema...
¿De verdad cree que el clítoris es un descubrimiento moderno?
Es probable que haya funcionado toda la vida en las alcobas, pero como un descubrimiento de la ciencia, es más bien reciente.
¿Y ya sabe por qué es negra la noche?
Porque la luz de las últimas estrellas aún no ha llegado. Esa es la respuesta que dio Poe y la que aceptan los profesionales.
¿Hay buenas y malas palabras?
Hay palabras pertinentes e impertinentes.
¿Cuál tema sin explicación aparente le sigue sacando canas?
La influencia de la música sigue siendo un misterio para mí.
¿Cuál es el secreto de los genios?
El genio es antes que un vocablo preciso, una interjección de asombro.
Muchos escritores se rehúsan a tocar el tema de la religión, ¿por qué asumió el riesgo?
Porque Dios es un superpersonaje.
¿Va a volver a transitar los caminos de la novela?
Dios me libre.
¿Qué ventajas tienen los ensayistas sobre los novelistas?
Somos mucho más inteligentes. El ensayista puede tener ficción y mucho más pensamiento que un novelista.
¿Qué tan paradójica es la inteligencia?
La respuesta de Voltaire es muy bonita. “Inteligente es todo aquel que piensa como uno piensa”.
Usted dedica un capítulo al sexo, ¿cuál es el enemigo del sexo?
El matrimonio.
¿Qué tan estrecha es la relación entre el sexo y la comida?
Su relación es muy estrecha. El sexo es como comerse al otro, incorporarlo a uno.
¿Qué lo saca de casillas?
A los neuróticos cualquier cosa nos puede alterar.
¿Por qué Héctor Abad dice que usted tiene un sentido moral ‘cuidadosamente retorcido’?
Porque lo soborné cuidadosamente para que lo dijera (risas).
Hablando de ángulos, ¿hacia dónde mira el ensayista?
Hacia el hombre de la calle.
¿Qué lo hace reír?
Me río cuando me tomo en serio.
¿Qué proyecto tiene en mente?
Conseguirme una millonaria para dejar de escribir y ponerme a leer.