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El insomnio es un trastorno común del sueño que en la mayoría de los casos está definido por la imposibilidad o dificultad de quedarse dormido. Dentro de su sintomatología se pueden encontrar causas como: baja productividad laboral, falta de atención, depresión, mal genio, ansiedad e incluso estrés. También le puede interesar: (Meditación guiada para calmar la ansiedad)
Existen dos tipos de insomnio: el agudo y el crónico. El primero está asociado con todas aquellas reacciones emocionales y de conducta que se originan por las preocupaciones, la angustia, el trabajo o la familia. Aunque este tipo de insomnio puede normalizarse en ciertos momentos, es importante tener en cuenta que, si permanece más de dos semanas, debe considerarse un tratamiento oportuno para “combatirlo”.
El insomnio crónico, en cambio, se caracteriza por manifestarse como resultado de algunos problemas que están relacionados directamente con la salud. Es decir, con el consumo de algunas medicinas recetadas para tratar otro tipo de enfermedades, que pueden terminar alterando el sistema, produciendo desvelos constantes y falta de concentración. La duración de este trastorno del sueño, en este caso puede durar meses. Escuche también: (Meditación guiada para enfrentar el miedo)
Aunque el insomnio está caracterizado por la falta de sueño, también puede causar sueño excesivo, lo que ha permitido identificar a la comunidad científica entender este trastorno como un problema, incluso neurológico. “Las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson son ejemplos de trastornos neurológicos comunes que pueden causar insomnio”.
¿Cómo pueden tratarse estos trastornos?
Teniendo en cuenta que existen diferentes clasificaciones en este tipo de trastornos, algunos de los tratamientos para “combatir” el insomnio pueden ser: cambios en el estilo de vida, terapias psicológicas, e incluso medicinas que pueden ayudar a equilibrar este trastorno para hacerlo más llevadero.
Escuche meditación guiada para combatir el insomnio
La meditación es otra alternativa para encontrar solución a este trastorno. Además de ayudar a equilibrar las energías, se convierte en un agente motivador para reducir el estrés, y relajar el cuerpo y la mente a través de la respiración y la mente, y aunque en principio no es un ejercicio sencillo de adaptar a la vida diaria, su práctica constante permite encontrar bienestar físico y emocional, con tan solo dedicarle unos minutos al día.