#MeToo: cuando más mujeres alzaron la voz
Gracias a las redes sociales y campañas en contra del abuso, poderosos personajes cayeron de sus pedestales. El movimiento, que empezó con la caída del empresario del cine Harvey Weinstein, terminó destapando la olla en escenarios políticos, musicales, artísticos y deportivos. ¿En qué va la revolución más viral de los últimos cinco años?
El poder transformador de los movimientos ciudadanos ha quedado en evidencia en los últimos años, particularmente para las mujeres, que gracias a movimientos como Ni Una Menos, La Marea Verde, Causa Justa y el #MeToo, entre otros, consiguieron no solo importantes logros en temas como el aborto, la violencia machista y la igualdad, sino que hicieron que el silencio fuera cosa del pasado.
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El poder transformador de los movimientos ciudadanos ha quedado en evidencia en los últimos años, particularmente para las mujeres, que gracias a movimientos como Ni Una Menos, La Marea Verde, Causa Justa y el #MeToo, entre otros, consiguieron no solo importantes logros en temas como el aborto, la violencia machista y la igualdad, sino que hicieron que el silencio fuera cosa del pasado.
Cada vez ellas alzan con más fuerza la voz para decir que nadie legisla con sus cuerpos, no las acosan, no las violan, no las matan y, lo más importante, las deben escuchar. Hubo un punto de quiebre en 2017, cuando comenzó un fenómeno, el #MeToo, que despertó conciencias y tumbó de sus pedestales a varios de los hombres más poderosos del mundo: magnates, políticos, leyendas de Hollywood y hasta expresidentes fueron acusados de acoso, conducta sexual inapropiada y abuso.
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Si bien fue hace cinco años cuando el #MeToo se hizo viral, gracias a la fuerza de las redes sociales, que viralizaron una ola de denuncias por acoso sexual contra el productor Harvey Weinstein, hoy condenado, el #MeToo fue usado por primera vez en 2006 por la activista social estadounidense Tarana Burke, quien hacía un llamado a las mujeres negras que habían sido violentadas sexualmente.
Aunque en 2015 ya la prensa hablaba de los abusos que involucraban a Weinstein, fue solo hasta 2017 cuando la actriz Ashley Judd habló públicamente en un artículo publicado por The New York Times de su experiencia con el empresario cinematográfico. El poder de esas denuncias y el alcance de las plataformas sociales desataron la ola e inspiraron a otras mujeres de Hollywood a alzar la voz.
Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow alzaron su voz y se unieron a la larga lista de mujeres que fueron acosadas por Weinstein. Sin saberlo, la actriz Alyssa Milano tomó el legado de Burke, invitando a las mujeres a usar #Metoo en sus cuentas de Twitter para denunciar estas conductas inapropiadas. La lista fue interminable y los efectos impensables.
Fue la propia Milano quien se encargó de que estas dos palabras, unidas por un hashtag, se convirtieran en una campaña que inundó las redes sociales de manera casi inmediata y que recopiló millones de testimonios de mujeres que fueron agredidas sexualmente.
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Lady Gaga, Rosario Dawson, Evan Rachel Wood, Gabrielle Union, Lea Thompson y Suki Waterhouse, entre muchas otras actrices, se unieron a la campaña… La voz fue agarrando más fuerza, y la bola de nieve para todos los abusadores de la industria que seguían intactos se iba haciendo más y más grande.
Más de 80 mujeres del entretenimiento acusaron al dueño de The Weinstein Company y uno de los empresarios del cine más exitosos en Estados Unidos. Las denuncias lograron que un tribunal de Nueva York lo condenara a 23 años de cárcel. La investigación publicada por el Times fue realizada por Megan Twohey, y Jodi Kantor desnudó lo que sucedía detrás de las cámaras y desde entonces las denuncias han sido imparables.
Megan habló en una entrevista con el periódico El País de España sobre su investigación que les otorgó a ella y a su compañera el premio Pulitzer de 2017. “No conocíamos a ninguna actriz ni a nadie de Hollywood. No es lo que cubrimos normalmente. Y sabíamos que las actrices pagan por estar blindadas. No puedes llamar a sus agentes y pedirles una entrevista sobre una agresión sexual. Pero a medida que comenzamos a hacer más y más llamadas, encontramos a gente que había oído rumores sobre Weinstein y que nos querían ayudar. Nos empezaron a pasar el número de teléfono de esta actriz, el correo electrónico privado de esta otra”.
El impacto de #Me Too
Las mujeres comenzaron a hablar y se apropiaron de un espacio global en el que se sentían escuchadas y apoyadas. Todo Hollywood empezó a movilizarse, y después de Hollywood vinieron otros sectores detrás: el arte, la política, la música, el deporte, entre otros campos, empezaron a sumarse a lo que hoy en día conocemos como el movimiento que bajó del pedestal a personalidades tan reconocidas en todas partes como el actor Kevin Spacey, el cantante R. Kelly, el también actor Bill Cosby y hasta el propio Woody Allen.
El #MeToo les abrió los ojos a las personas y les hizo ver lo grave del problema, lo fuerte de las miles de denuncias de mujeres que fueron abusadas desde hace décadas, y que nunca se atrevieron a decir nada porque recibieron amenazas que atentaban contra su carrera y su propia vida.
El efecto fue global. De EE. UU. el movimiento llegó a Canadá, donde varios casos se hicieron emblemáticos y obligaron a varios a renunciar; en América Latina también sacudió las entrañas del periodismo, el arte y la literatura. Ni el deporte ni la política se escaparon. Entrenadores, jugadores, candidatos, presidentes y exmandatarios también fueron señalados. La campaña #MeToo se extendió a otros países e idiomas a través de las redes sociales.
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En Europa su impacto fue tan grande, que el Parlamento aprobó una resolución sobre la lucha contra el acoso y los abusos, y se puso en marcha un plan de acción contra el acoso sexual en todas las instituciones y a todos los niveles. No parece que las revelaciones vayan a acabar a corto plazo, la revolución se convirtió en gasolina para empujar cambios.
En 2020, un importante logro fue que el movimiento #MeToo llegó a Oriente Medio con protestas feministas y nuevas regulaciones para proteger sus derechos. En Egipto, por ejemplo, comenzó un movimiento de denuncia de acoso y violencia en redes. En Pakistán, Irak, Siria, Sudán e India las manifestaciones no paran. La olla se destapó en la industria del entretenimiento, y hoy cinco años después de la viralización, el planeta sigue contemplando cómo mujeres famosas y poderosas, pero también anónimas, relatan cómo las han acosado, vejado y maltratado.
¿Por qué no hablaron antes?
Una pregunta bastante recurrente siempre ha sido: “¿Por qué no hablaron antes?”, cuando las víctimas revelan acosos y abusos que sufrieron hace varios años. La respuesta es simple, cuando te acosa o te abusa alguien como Harvey Weinstein, o Bill Cosby, y estás tratando de construir una carrera en Hollywood desde cero, las amenazas siempre van a ser de tipo: “Abre la boca y destruyo tu carrera”, “nadie te va a contratar”, “no vas a ser nadie”, “voy a encargarme de destruir tu reputación” y, por supuesto, la típica: “A quién le van a creer, ¿a ti que no eres nadie, o a mí que soy famoso y tengo el poder?”. Así lo confesaron varias de las mujeres que fueron víctimas de alguno de estos sujetos… en su momento algunas de ellas eran, incluso, menores de edad.
“A muchas nos enseñan a callar, nuestros hijos deben aprender a hablar sin miedo a represalias, esa debe ser nuestra nueva guía”, dijo la actriz Laura Dern en los Globo de Oro 2018, solo un año después de que la olla se destapara. Una premiación fuertemente marcada por el #MeToo y también el Time’s Up, un movimiento contra el abuso sexual al que se sumaron más de 300 actrices, cantantes, guionistas y productoras alrededor del mundo, entre ellas Jennifer Lawrence, Reese Whiterspoon, Cate Blanchett y Emma Stone.
Más allá del movimiento
El #MeToo está lejos de acabar por completo los casos de abuso por parte de personas poderosas. De hecho, el movimiento hizo que varios hombres de la industria audiovisual respondieran el hashtag con otro expresando su apoyo: #HowIWillChange (¿Cómo voy a cambiar?), logrando que se abriera un debate en el que proponían formas de cambio.
Ese fue el caso del actor Benjamin Law, que por medio de su Twitter publicó una serie de trinos en los que proponía ideas para ayudar a las mujeres a combatir la problemática. “Detener a los hombres que conozco que son sexistas y denunciarlos por violación, eso haré. Tengo menos que perder que las mujeres que hacen lo mismo”, expresó en una de sus publicaciones.
Fuera de la esfera del cine, el #MeToo ha servido hasta hoy para derribar a grandes del campo político, pues senadoras como Heidi Heitkamp, Mazie Hirono, Claire McCaskill y Elizabeth Warren denunciaron haber sido víctimas de políticos poderosos. Gracias a las denuncias se realizó una manifestación para mostrar apoyo a las mujeres.
Las denuncias por violación, acoso y abuso no paran y las plataformas y las redes sociales, como TikTok, Instagram y Twitter, han servido para darles voz a todas esas mujeres que no la tienen, que no son actrices ni cantantes famosas. Falta un largo camino por recorrer, pero el #MeToo hizo algo que no se había dado antes: creó un conocimiento común sobre el comportamiento depredador de millones de Harvey Weinsteins del mundo. Ya ellas no callan.
¿El #MeToo impactó a Colombia?
El impacto que tuvo el movimiento en otros países hizo que en Colombia y otros territorios latinoamericanos se encendieran las alarmas con respecto a abusos sexuales contra mujeres. Justo en 2018, la organización feminista Sisma Mujeres publicó que cada 24,5 minutos una mujer era agredida sexualmente y que por cada siete víctimas de delitos sexuales, seis eran mujeres en Colombia. El tema de abuso sexual no era nada nuevo, pero gracias a las manifestaciones a escala mundial que inspiró el movimiento, en Colombia empezaron a hacerse protestas de manera artística, y el #MeToo empezó a tomarse varios escenarios culturales. Las artes plásticas, la danza y la música se convirtieron en una voz que, hasta el día de hoy, lucha por los derechos de las mujeres en el país.
Murales hechos por colectivos feministas, galerías con exposiciones dedicadas al tema y cientos de mujeres artistas utilizan su talento a diario para reivindicar los derechos de las mujeres.