Miguel Böhmer: “Se está moviendo mucho el arte por medio de las subastas”
Dice que con su arte quiere transmitir ilusión y belleza, así que participa en la subasta solidaria, este 3 de diciembre en el sitio web de Espacio Odeón, para ayudar a Providencia.
¿Cómo ha sido este año para usted?
Este 2020 ha sido un año de sorpresas y mucho aprendizaje, porque me ha tocado buscar la luz en medio de la oscuridad, de alguna manera. También me he reinventado en varios aspectos y he tomado todas las oportunidades para lograr esa reinvención, como la de Johnnie Walker.
Su trabajo se nutre de las ciencias naturales, pero también estuvo ligado a la moda.
Estudié Bellas Artes en la Universidad de los Andes, la concentración la hice en pintura y la opción la hice en moda. Cuando me vine a vivir a Francia, la vida me presentó la oportunidad de unirme a las casas de moda en el área comercial. Decidí hacer una pausa y desvincularme del arte, pero lo retomé. Ahora, he venido trabajando las ciencias naturales desde hace veinte años, cuando me consolidé como artista. Me seducen las formas orgánicas y encuentro en la sensualidad de las figuras marinas una alusión al cuerpo humano. Mis cuadros de erizos, conchas y caracoles son retratos en sí.
Las subastas están ligadas al arte, pero este año cambió el concepto, porque se realizaron varias para ayudar a artistas, y ahora se unen para apoyar a Providencia.
Son una buena iniciativa para ayudar, una buena manera para que el público conozca a los artistas y compre obras a precios asequibles, porque, como se trata de ayudar, se consiguen obras a precios interesantes. Hoy en Colombia se está moviendo mucho el arte por medio de las subastas, con resultados superiores en ventas a las que podría llegar a tener una exposición colectiva. Las subastas se han vuelto una posibilidad de exhibir y trabajar, y es fenomenal.
Conceptualmente, ¿cómo intervino el caminante?
Me pregunté cómo desvirtuar la realidad del caminante. Creé una ilusión de espejos y lo puse dentro de la caja, en el centro porque representa más o menos lo que es el artista con todo lo que es el ego y su mundo alrededor. El espectador lo encuentra en la caja por la cara de adelante y así es como reitero la frase “caminar siempre hacia adelante”. Al interior los múltiples reflejos evocan el constante movimiento al caminar. Al exterior, el espectador se refleja a sí mismo y se convierte en el caminante. La obra se llama Viernes al alba, que son medidas de tiempo, al igual que los pasos del caminante son medidas de espacio.
Este año el arte se volcó a las redes sociales. ¿Cómo le va con la experiencia estética y la comunicación digital?
Hay que adaptarse, porque las redes sociales son un nuevo lenguaje, con más repercusión hoy que los medios impresos. Toca tener presencia en digital, y todo depende de la manera como te presentas, te haces conocer y comunicas. Hoy no es suficiente la habilidad que se tiene para realizar una obra, también es importante la habilidad de comunicación; porque el arte es transmitir, así que hay que hacerlo de una manera y de otra.
Dice que “el arte es transmitir”, y al arte se le ha dado una función. En este momento, ¿qué quisiera transmitir con su arte?
Yo siempre quiero transmitir ilusión y belleza, algo que haga soñar, que despierte los sentidos evocando belleza y armonía.
Ahora mismo expone “Ammonites humpriesianus”, ¿cómo le ha ido?
Este año ha sido increíble la respuesta del mercado en las redes sociales. El éxito de las ventas se debe en gran parte al éxito de las comunicaciones allí.
Esto que dice es curioso porque durante el año escuchamos que el sector artístico estaba en crisis.
A ver… sí hubo una crisis enorme durante los primeros cuatro o cinco meses de la cuarentena. Sin embargo, en el medio del arte los que tienen presencia digital han aprovechado esas posibilidades. Tal vez porque, desde junio, la gente se acostumbró a que en internet todo se consigue, y como ahora estamos la mayor parte del tiempo en la casa, han aumentado las ventas de obras de arte vs. otros insumos (moda, por ejemplo). Ahora toca reinventarse y es por eso que realicé una exposición de cuadros y serigrafías basados en la noción de serialidad.
Vive entre París y Normandía, Francia, pero está muy ligado a Colombia. ¿Dónde está su público?
Mi público en su mayoría son colombianos viviendo dentro y fuera del país. El internet y la presencia en las redes me han facilitado el contacto directo en el mercado.
¿Qué lo enamoró de Normandía?
Los días grises, la humedad, la arquitectura y el hecho de que queda cerca de París. Soy de Cali, pero me encantan los días grises porque la luz es pareja, el tiempo se detiene y la piel se ve mucho mejor.
¿Qué queda para Miguel Böhmer lo que resta de 2020?
De este año todavía falta mucho, ya que tengo varios proyectos marchando. Esta semana, además de la subasta Siempre adelante, de Johnnie Walker, estaré lanzando un calendario 2021 junto con otros artistas y una nueva colección de tapabocas que he diseñado para con el apoyo de OndadeMar. También vinculado a dos otras subastas con el Museo Nacional y Educambio en Cali; y organizando mi próximo viaje en enero a Bogotá, donde haremos un evento alrededor de la exposición Ammonites humpriesianus con el mismo tema, pero con nuevas obras.
¿Cómo ha sido este año para usted?
Este 2020 ha sido un año de sorpresas y mucho aprendizaje, porque me ha tocado buscar la luz en medio de la oscuridad, de alguna manera. También me he reinventado en varios aspectos y he tomado todas las oportunidades para lograr esa reinvención, como la de Johnnie Walker.
Su trabajo se nutre de las ciencias naturales, pero también estuvo ligado a la moda.
Estudié Bellas Artes en la Universidad de los Andes, la concentración la hice en pintura y la opción la hice en moda. Cuando me vine a vivir a Francia, la vida me presentó la oportunidad de unirme a las casas de moda en el área comercial. Decidí hacer una pausa y desvincularme del arte, pero lo retomé. Ahora, he venido trabajando las ciencias naturales desde hace veinte años, cuando me consolidé como artista. Me seducen las formas orgánicas y encuentro en la sensualidad de las figuras marinas una alusión al cuerpo humano. Mis cuadros de erizos, conchas y caracoles son retratos en sí.
Las subastas están ligadas al arte, pero este año cambió el concepto, porque se realizaron varias para ayudar a artistas, y ahora se unen para apoyar a Providencia.
Son una buena iniciativa para ayudar, una buena manera para que el público conozca a los artistas y compre obras a precios asequibles, porque, como se trata de ayudar, se consiguen obras a precios interesantes. Hoy en Colombia se está moviendo mucho el arte por medio de las subastas, con resultados superiores en ventas a las que podría llegar a tener una exposición colectiva. Las subastas se han vuelto una posibilidad de exhibir y trabajar, y es fenomenal.
Conceptualmente, ¿cómo intervino el caminante?
Me pregunté cómo desvirtuar la realidad del caminante. Creé una ilusión de espejos y lo puse dentro de la caja, en el centro porque representa más o menos lo que es el artista con todo lo que es el ego y su mundo alrededor. El espectador lo encuentra en la caja por la cara de adelante y así es como reitero la frase “caminar siempre hacia adelante”. Al interior los múltiples reflejos evocan el constante movimiento al caminar. Al exterior, el espectador se refleja a sí mismo y se convierte en el caminante. La obra se llama Viernes al alba, que son medidas de tiempo, al igual que los pasos del caminante son medidas de espacio.
Este año el arte se volcó a las redes sociales. ¿Cómo le va con la experiencia estética y la comunicación digital?
Hay que adaptarse, porque las redes sociales son un nuevo lenguaje, con más repercusión hoy que los medios impresos. Toca tener presencia en digital, y todo depende de la manera como te presentas, te haces conocer y comunicas. Hoy no es suficiente la habilidad que se tiene para realizar una obra, también es importante la habilidad de comunicación; porque el arte es transmitir, así que hay que hacerlo de una manera y de otra.
Dice que “el arte es transmitir”, y al arte se le ha dado una función. En este momento, ¿qué quisiera transmitir con su arte?
Yo siempre quiero transmitir ilusión y belleza, algo que haga soñar, que despierte los sentidos evocando belleza y armonía.
Ahora mismo expone “Ammonites humpriesianus”, ¿cómo le ha ido?
Este año ha sido increíble la respuesta del mercado en las redes sociales. El éxito de las ventas se debe en gran parte al éxito de las comunicaciones allí.
Esto que dice es curioso porque durante el año escuchamos que el sector artístico estaba en crisis.
A ver… sí hubo una crisis enorme durante los primeros cuatro o cinco meses de la cuarentena. Sin embargo, en el medio del arte los que tienen presencia digital han aprovechado esas posibilidades. Tal vez porque, desde junio, la gente se acostumbró a que en internet todo se consigue, y como ahora estamos la mayor parte del tiempo en la casa, han aumentado las ventas de obras de arte vs. otros insumos (moda, por ejemplo). Ahora toca reinventarse y es por eso que realicé una exposición de cuadros y serigrafías basados en la noción de serialidad.
Vive entre París y Normandía, Francia, pero está muy ligado a Colombia. ¿Dónde está su público?
Mi público en su mayoría son colombianos viviendo dentro y fuera del país. El internet y la presencia en las redes me han facilitado el contacto directo en el mercado.
¿Qué lo enamoró de Normandía?
Los días grises, la humedad, la arquitectura y el hecho de que queda cerca de París. Soy de Cali, pero me encantan los días grises porque la luz es pareja, el tiempo se detiene y la piel se ve mucho mejor.
¿Qué queda para Miguel Böhmer lo que resta de 2020?
De este año todavía falta mucho, ya que tengo varios proyectos marchando. Esta semana, además de la subasta Siempre adelante, de Johnnie Walker, estaré lanzando un calendario 2021 junto con otros artistas y una nueva colección de tapabocas que he diseñado para con el apoyo de OndadeMar. También vinculado a dos otras subastas con el Museo Nacional y Educambio en Cali; y organizando mi próximo viaje en enero a Bogotá, donde haremos un evento alrededor de la exposición Ammonites humpriesianus con el mismo tema, pero con nuevas obras.