Gilberto Granja (izq.) estira una pieza de Mopa - Mopa para una de sus artesanías. Oscar, su hijo y quien heredó el oficio, le ayuda en la elaboración.
Foto: Oscar Güesguán Serpa
El árbol de mopa-mopa crece silvestre en el piedemonte amazónico y aunque han intentado cultivarlo en zonas más cercanas al centro urbano de Mocoa, capital del Putumayo, la planta se niega a crecer lejos de la selva. Indiferente, como suele ser la naturaleza con el humano, obliga a los recolectores a acampar durante una semana en su suelo para acopiar el cogollo de su hoja. En abril y en noviembre, los frutos del mopa-mopa forman una mancha negra en la selva.