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Harold Orozco fue el responsable de que iniciativas como el Show de los Frenéticos y Fantasía de Cristal tuvieran un impacto mayúsculo en el ámbito musical en Colombia. Con su talento y las ganas, que en un comienzo brillaban más que la madera de su guitarra, hizo que el público acostumbrado a seguir las carreras de los talentos foráneos, centrara su mirada en una voz nacional.
Nació el 16 de febrero de 1947 en el barrio San Fernando de Cali. Allí empezó a mostrar sus habilidades musicales y, contrario a lo que pasaba en los jóvenes de su generación, inclinó su curiosidad por el sonido provocado por las cuerdas de una guitarra eléctrica. En su poder tenía una acústica, pero, según su concepto, el poder de la música tenía que ser amplificado.
Ya en Bogotá, Harold Orozco se dio a conocer en el Show de los Frenéticos, de la cadena Caracol, aunque también brilló en Fantasía de Cristal, un espacio en el que compartían micrófono personalidades de la radio y la televisión colombiana, como Gloria Valencia de Castaño, Fernando González Pacheco y Otto Greiffestein.
En la consolidación de la propuesta musical de Harold, Alfonso Lizarazo fue una figura determinante. Como locutor en Radio 15 y después como director del espacio televisivo Estudio 15, les otorgó a los artistas en plena etapa de desarrollo la posibilidad de mostrar su trabajo. Allí se fogueaban en vivo y en directo, mostraban sus nuevas creaciones y compartían los estilos rockeros nacientes en Colombia.
“Hemos volcado la música en general. El público está aceptando día a día más nuestra música. Tenemos dos clases, la estridente, que es la gogó rock, y la otra, que son las baladas”, manifestó en alguna oportunidad Harold Orozco cuando le preguntaron por su propuesta sonora revolucionaria para la década de 1960, cuando los músicos nacionales hacían folclor o canciones románticas.
Al lado de Fausto, Óscar Golden, Vicky y otros nombres nacientes en la escena local, Harold Orozco se destacó en el Club del Clan. Exploró su función como compositor al componer baladas, música del interior del país y canciones cercanas al rock, que registró en trabajos discográficos como “Enamorado y feliz”, “Siempre te amaré” y “Destino la ciudad”, una de sus creaciones representativas.
En los últimos años estaba dedicado a la música para comerciales. En 2012 sufrió un infarto al miocardio, del que se recuperó parcialmente. Murió en Medellín a los 70 años, a causa de una deficiencia cardiaca.