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Héctor Ulloa, tal vez sin proponérselo, le hizo un homenaje a la clase popular colombiana. Con su personaje de don Chinche quiso reflejar la cotidianidad de una buena porción del país y lo consiguió sin la necesidad de llevar al ridículo a nadie. Para la construcción del mecánico, que en realidad no tenía muchas nociones del oficio, lo fue ensamblando a partir de algunas percepciones externas.
Don Chinche nació como una propuesta radial y el personaje respondía al nombre completo de Francisco Eladio Chemas Mahecha. Ahí empiezan a esbozarse las colaboraciones de terceros, porque fue el presentador Fernando González Pacheco quien le otorgó la denominación de Chinche, que lo acompañó dentro y fuera del ámbito artístico desde la tarima del programa Operación Ja Ja, el núcleo humorístico de lo que fue más adelante Sábados Felices. (Vea: ¿Qué pasó con los personajes de la serie "Don Chinche"?)
La corbata, tan característica, fue un obsequio estrambótico que recibió Ulloa y que guardó para “engalanar” al rol que lo consagró definitivamente en la pantalla chica. Contaba el actor que gracias a esa prenda de pepas que el público veía los domingos en la noche de forma casi religiosa, empezó a recibir como regalo todo tipo de corbatas, y algunas de ellas le fueron útiles durante su labor como diputado a la Asamblea de Cundinamarca durante los últimos años del siglo XX.
Por todas esas casualidades, Héctor Ulloa tenía que ser don Chinche, y ese estilo de colombiano brincó de la radio a la televisión sin mucho esfuerzo. Se coló en el seriado Yo y tú, de la mano de Alicia del Carpio, y algunos años después fue el responsable de un espacio entrañable que tuvo a Pepe Sánchez en la dirección durante su época más exitosa.
El rol protagónico se conjugaba con otros personajes que le hacían la segunda a Ulloa para el lucimiento de todos. Eutimio Pastrana Polanía (Hernando Casanova), don Joaco (Silvio Ángel), Rosalbita (Gloria Gómez), la señorita Elvia (Paula Peña), el doctor Pardito (Víctor Hugo Morant) y hasta la lora Pastora estaban ahí para demostrar que el trabajo en equipo podía ser una realidad y que el público percibía su sincronía en cada capítulo del seriado.
Héctor Horacio Ulloa Rodríguez, el nombre de pila del Chinche, sin tener mucha conciencia de que esa actividad sería la principal en su vida, era un apasionado de la actuación desde los seis años. En el colegio San Bartolomé, en Bogotá, lideró los montajes artísticos y, además de protagonizarlos, ejerció como director, productor y hasta musicalizador de las obras.
Se formó como radioactor, aspecto que le dio la versatilidad necesaria para enfrentar cualquier proyecto sin miedo. Lo que más valoraba de su paso como uno de los integrantes del elenco infantil de la Radio Nacional era la facilidad con la que su imaginación volaba para crear mundos paralelos. Con el ingenio de su lado, se atrevió a componer y fue por lo alto, porque su creación Cinco centavitos fue interpretada por las voces más recocidas del espectro latinoamericano, como la de Julio Jaramillo.
Ulloa, quien también participó en producciones como La caponera y en la película Roa, fue centro de muchos homenajes. Algunos de ellos los recibió en el marco del Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci), donde Don Chinche fue reconocida como la serie más importante de la televisión colombiana en el siglo XX. También obtuvo el premio honorífico Víctor Nieto a toda una vida (2012) y el premio Vida de Palabras (2016).
Nació en La Vega (Cundinamarca), el 14 de julio de 1936 y murió a los 82 años el 5 de octubre de 2018. Se fue el autor de los Cinco centavitos, el creador de Don Chinche y el hombre que retrató a la clase popular colombiana sin ridiculizarla.