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Narrativas desde la nostalgia

La artista mexicana se presentará en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, en Bogotá, y mostrará fragmentos de su disco ‘Pecados y milagros’, así como canciones de su próximo álbum.

Juan Carlos Piedrahíta B.
16 de mayo de 2014 - 03:42 a. m.
Lila Downs nació en Oaxaca, México, y dice que de su tierra resalta el colorido en los textiles y la riqueza cultural.  / Cortesía Idartes
Lila Downs nació en Oaxaca, México, y dice que de su tierra resalta el colorido en los textiles y la riqueza cultural. / Cortesía Idartes
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Lo único que no le gustaba a Lila Downs de cantar los temas tradicionales indígenas era que tan sólo podía aportarles su voz. Todo lo demás era ajeno, estaba escrito o arraigado en la memoria y, por respeto, no se podían cambiar versos o modernizar estrofas. Esa característica, que empezó a tornarse en limitante, la impulsó a estrenarse como compositora, un término que le permitía explorar más y, sobre todo, opinar.

Nunca se ha apartado de las manifestaciones indígenas de México y Centro América porque gracias a su profesión de Antropóloga pudo aproximarse sin reservas a sus raíces. Sin embargo, sintió la necesidad de mezclar esos cantos con algo genuino, un condimento que nadie más podía ofrecer, lo que se tradujo en su visión particular sobre los acontecimientos.

“Como mujer he tenido la bendición de componer sobre narrativas que aluden a los roles femeninos que nos hacen cada día más fuertes, y eso no lo podía expresar dentro de las temáticas indígenas. Por eso me sentía algo incómoda abordando solamente un tipo de música denominado tradicional”, cuenta Lila Downs quien creció en Estados Unidos donde se encontró con muchos casos de discriminación indígena que más adelante la inspiraron para componer y, además, hacer denuncias sociales.

Para que la artista mexicana fuera consciente de la opción vital que le ofrecía la música tuvo que perderse de la sociedad tradicional. Le tocó renunciar a la formación académica del canto para establecer que su estilo estaba más ligado a lo que se escucha en una cantina que a lo que se puede leer en un programa de mano en la ópera. Allí, en la penumbra, aclaró sus pasos y le empezó a dar identidad a su propuesta artística sin olvidar a su natal Oaxaca.

“De Oaxaca extraño mucho la comida porque es muy regional. Tiene mucho reconocimiento internacional y también me hace falta su cielo por la altura que tenemos la luz es muy particular. Por eso somos tan visuales y tenemos tanta tradición con los textiles, que están llenos de vibración y de color. Yo siempre me he movido en la nostalgia porque viajo mucho y estoy la mayor parte del tiempo alejada de mi tierra”, dice Downs, quien incorpora en sus espectáculos un impactante desarrollo visual. Sus vestidos y la decoración del escenario establecen de inmediato la procedencia de la artista.

Ocho álbumes de estudio tiene esta cantautora. Su vida discográfica comenzó con La sandunga (1999), un registro de exploración al que le siguieron El árbol de la vida (2000), La línea (2001) y Una sangre (2004). Su reconocimiento internacional empezó a forjarse a partir de la aparición del trabajo discográfico La cantina (2006), que junto a Ojo de culebra (2008) le representaron el tiquete para presentarse por primera vez en territorio colombiano. Desde hace tres años Lila Downs está concentrada en expandir los alcances del disco Pecados y milagros, al que le ha dedicado una extensa gira.

“Cada disco va contando un fragmento de mi historia y hace referencia a un momento específico, en el que se incluyen elementos del entorno y las características sociales y políticas. Por eso antes hablé de la migración, pero también hice referencia a la cantina, que es un lugar vital para mi surgimiento como artista. Pecados y milagros trata sobre las condiciones de América Latina porque tenemos escenarios milagrosos pero nos encanta vivir en el pecado, confiesa esta mujer que ha aparecido en la pantalla gigante en cintas como Frida, Fados y Hasta el último trago corazón.

Lila Downs se presentará en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, de Bogotá, donde mostrará buena parte del material que integra su producción Pecados y milagros, pero también exhibirá temas inéditos como Mano negra, cuya temática está relacionada con el espíritu ceremonial de América Latina, y una exaltación especial al chocolate.

A través de sus canciones, la mexicana se libera, se divierte y también encuentra un estímulo para su nostalgia, su contacto más directo con la raíz.

 

 

 

jpiedrahita@elespectador.com

Mayo 16 y 17, 8:00 p.m. Teatro Jorge Eliécer Gaitán. Información y boletería: 5936300 y www.tuboleta.com

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

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