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Una declaración de libertad, un ritual, el arte corporal ha acompañado a la humanidad por milenios y ha sido un referente de épocas, culturas y civilizaciones. Culturas de todas las latitudes, han contado una historia pigmentada, se han convertido en lienzos que trascienden el dolor para ser memoria individual o colectiva.
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En su historia más reciente, la dinámica del tatuaje se ha vuelto una expresión globalizada, convirtiéndose en un bien intangible de la sociedad moderna. Hoy en día todo tipo de personas se están tatuando, sin embargo, el mundo de quienes se dedican a este arte parece permanecer oculto y muchas veces la gente desconoce todo lo que hay detrás de un tatuaje y quien lo hace.
Bogotá se está convirtiendo en una ciudad con un sin número de talentos del tatuaje, sin embargo, hay algunos casos con peculiaridades que le dan un valor agregado al arte corporal capitalino. Este es el caso de Nico Guarnizo, un humanista y un creativo que llega al mundo del tatuaje para plantear una manera distinta de plasmarlo y entenderlo; sin dejar de lado el lenguaje de lo que podría considerarse un estilo clásico, Nico dedica su trabajo a una búsqueda en la historia, la espiritualidad y los símbolos para desarrollar un trabajo original que empieza a ser reconocido nacional e internacionalmente.
Como historiador de la Pontificia Universidad Javeriana, Guarnizo cuenta con una perspectiva que enriquece su trabajo desde una búsqueda de un sentido profundo en cada uno de sus trabajos. “Desde niño me sentí maravillado con el tatuaje, en una época en la que su existencia seguía bajo el yugo de la marginalidad, lo que lo hacía fascinante, pero, lo más revelador fue cuando empecé a tatuarme en mi adolescencia y vi todo lo que había detrás de esas imágenes en el cuerpo, fue ahí cuando me di cuenta de que realmente quería estar del otro lado de la aguja”, señala el artista bogotano.
Su destino como tatuador estaba marcado y el camino comenzó en el 2012 cuando tuvo, como él dice, la fortuna de dar con algunos de los más grandes exponentes del tatuaje argentino en Buenos Aires. Los internacionalmente renombrados, Diego Apu y Hugo Barbosa, fueron sus principales bastiones y le transmitieron una visión clara del oficio desde sus tradiciones, su historia y su lenguaje visual, siendo guías y acompañando el proceso que lo llevó a convertirse en lo que es hoy: un renombrado profesional con una trayectoria sobresaliente y plena de seguidores que ponen en sus manos su lienzo más preciado.
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“Mis cimientos alrededor del tatuaje tradicional y el cuerpo de toda mi propuesta estética tiene raíces en el tatuaje porteño”, dice y hace énfasis en el amor que siente por su oficio y en la importancia que tiene para él entender la raíz de las cosas para construir desde ahí. Y es que su arte está marcado por una curiosidad intelectual que lo ha llevado a investigar en los orígenes del tatuaje y que seguramente ha sido catalizadora a la hora de posicionarlo como un artista diferente.
De regreso en Bogotá, Nico trabajó en el conocido Big Brother Tattoo Studio, donde pudo optimizar su técnica y en el 2017 fue invitado como tatuador a estudios de España, Suiza y Alemania, donde su trabajo recibió gran acogida. Posteriormente, en 2020, empezó a trabajar en el internacionalmente reconocido True Fellas en el Parkway, donde se consolidó como uno de los referentes en el tatuaje tradicional en Bogotá.
En 2022, tras su creciente reconocimiento internacional, fue invitado a participar en convenciones de alta reputación en los Estados Unidos, donde su participación en la Baltimore Tattoo Arts Festival destacó por la obtención de tres premios: Mejor Tatuaje en la categoría Tradicional, segundo lugar en la categoría Color y tercero en la categoría Tatuajes en Manos y Cuellos, destacándose como uno de los mejores en un evento que convocó a más de 800 artistas de todo el mundo.
Poco después surge el interés por hacer una exposición individual que materializara su recorrido creativo y al mismo tiempo contribuyera a la historia que está forjando True Fellas Tattoo Parlour como referente del tatuaje colombiano. La idea, que se materializó en octubre del 2022, contó con una asistencia masiva que marcó un hito en la historia del tatuaje local como la primera muestra artística individual de un tatuador y como una referencia contemporánea del tatuaje bogotano. Además, se convirtió en un proyecto colectivo que pretende abrirle las puertas a futuros expositores.
Nico Guarnizo, sigue avanzando, dibujando, pintando y se prepara para varias exposiciones en el exterior que seguramente aumentarán su lista de reconocimientos. Mientras tanto, en Bogotá sus seguidores esperan su turno para ser lienzos de un artista que hace historia con su arte.
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En el marco de la exposición, salió a la luz una colección de ropa con diseños del artista en colaboración con la marca local Dontcare, con una excelente acogida. “Cuando me senté a diseñar la colección de Dontcare pensé en vincular algunos de los símbolos sacros que han estado presentes en mi trabajo más reciente, donde planteo un diálogo visual entre la iconografía cristiana occidental y el budismo tibetano. Todo esto en un diseño de prenda que navegara en la vanguardia de lo que es el streetwear contemporáneo”, destaca Guarnizo.
“La idea de hacer una colaboración con Nico estaba en remojo desde hacía un tiempo, su trabajo en el tatuaje tradicional ha sido notable y queríamos vincular un poco de su propuesta estética con la marca porque sabíamos que iba a tener buena acogida, como se demostró en el lanzamiento de la colección”, señaló, por su parte, Daniel Felipe Sanchez fundador de Dontcare.