Nicolás Buenaventura Vidal: “El teatro es el eterno efímero”
El Teatro Jorge Eliécer Gaitán, en el marco de su franja Gaitán Escénico, presenta el próximo 4 de septiembre a las 5:00 p.m. “La guerra de los cuervos y de los búhos”. Su guionista habló sobre su interpretación de la exitosa obra basada en uno de los más grandes clásicos de la llamada literatura oral: “El panchatantra”.
Comparable con Las mil y una noches, El Panchatantra es uno de los textos fundamentales de la cultura de la India. El show estará a cargo del cuentero, escritor y guionista Nicolás Buenaventura Vidal y el ruidero León David Cobo, compositor, productor y artista sonoro. Entradas en Tuboleta.
El clásico de la literatura oral fue originalmente dedicado a la educación de los príncipes. Existía entonces una lengua oscura cuyos secretos sólo eran conocidos por sabios y maestros. De este libro se dice que es el origen de las fábulas, pasando por Esopo hasta La Fontaine y Samaniego.
La historia cuenta la guerra milenaria que enfrentan dos reyes, dos pueblos, dos tribus, dos clanes. Los cuervos y los búhos conviven en una decena de cuentos que se van hilando uno tras otro, salpicados constantemente de refranes, dichos y sentencias. Se decía, en su tiempo, que el buen ejercicio de la política era imposible si no se conocía esta epopeya.
“Una aventura para el entretenimiento, una aventura para la escucha, una aventura también para el corazón y los sentidos; esa es La guerra de los cuervos y de los búhos. Presentarse en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán siempre ha sido una experiencia inolvidable y estoy seguro de que esta vez no será la excepción”, comentó Nicolás Buenaventura, escritor y guionista de la puesta en escena.
El espectáculo teatral será presentado en la tarima del Teatro Jorge Eliécer Gaitán el próximo 4 de septiembre a partir de las 5:00 p.m., bajo estrictos protocolos de bioseguridad, para que toda la ciudadanía disfrute y sea parte de la reactivación artística en Bogotá. El evento, además, se suma a la celebración de los 10 años del Idartes.
Alguna vez dijo que “hay una diferencia muy grande entre crecer con cuentos y crecer sin cuentos”, ¿cuál es esa diferencia y cómo nos transforman los cuentos durante nuestra crianza?
Cuando uno crece con cuentos, uno cree que el ser más pequeñito, del tamaño de un pulgar, tendrá algún día la oportunidad de vencer a un ogro. Uno cree que tiene muchas oportunidades. Uno cree que el mundo no tiene que ser desigual, que el mundo no tiene que ser injusto, o que esté dividido entre ricos y pobres. Uno se da cuenta que esas diferencias no son naturales y que no siempre existirán. No siempre el poderoso le ganará al débil o que hay una sola respuesta para cada pregunta. Cuando uno crece sin cuentos tiende a universos cerrados, verdades únicas y menos posibilidades.
“La guerra de los cuervos y de los búhos” es una obra basada en una narración tradicional de la India. ¿Qué nos puede decir hoy a los colombianos una tradición narrativa de hace siglos de un país en Asia?
El origen de “La guerra de los cuervos y de los búhos” es la tradición oral de la India. Pero esa descripción es apenas una manera de ubicar temporal y geográficamente porque al fin y al cabo son patrimonio de la humanidad. Los cuentos y los mitos tienen una dimensión en el presente muy importante. Nuestra contemporaneidad siempre ha sido relativa. Podemos ser mucho más contemporáneos con eso que se escribió en la India de hace siglos que con algún texto de los Estados Unidos de hoy en día, desde muchos sentidos. En este caso, la guerra entre dos pueblos, los cuervos y los búhos: uno que se enceguece por la luz y el otro que no puede ver en la noche. Es una historia que he reescrito y re imaginado desde mi lengua, el español, desde mi origen, Colombia y particularmente Cali. Los personajes tienen apodos muy colombianos. La historia la re escribí desde mi experiencia de vivir en un país en guerra y por eso elegí estos cuentos: tenía que enfrentar la guerra y hacerlo desde la palabra que es mi arma para enfrentar los problemas.
¿Cuáles son las principales diferencias entre escribir para una obra de teatro, una película y una obra de narración oral?
Enrique Buenaventura decía que la materia del teatro son los actores en acción. Estoy de acuerdo pero añadiría que el actor hace parte de esa acción pero también del acontecimiento. El teatro acontece ante nuestros ojos. El cine es una pantalla y la vida no está allí ocurriendo. El teatro es el eterno efímero, cuando se cierra el telón ya no queda nada; el cine nos deja un documento como es la película. Esa diferencia es importante. Uno se juega la vida en el escenario. Para mí la narración oral es una forma teatral. A Enrique Buenaventura le dijeron que su hijo estaba contando cuentos y no haciendo teatro, entonces fue a uno de mis espectáculos y luego dijo “lo que él hace es una forma teatral cuyo secreto reside en resistir a la tentación de representar”. Esa es la gran diferencia entre una obra dramática y un espectáculo de narración. Esa fue una lección que me dio: resistir la tentación de representar. Lo que tengo son sonidos y palabras, y con eso construyo universos. Este espectáculo cuenta con los extraordinarios ruidos de León David (Cobo) que le da música y los telones de hizo Meyby Ríos, que son obras de 4x2 inspirados en el arte cuna.
Se presentan en dos escenarios diferentes: el Teatro Jorge Eliécer Gaitán y el Teatro El Ensueño. Este último en Ciudad Bolívar fue inaugurado en marzo y tiene un alto componente comunitario. ¿Cómo cree que será esa presentación ante un público que no ha tenido espacios para el teatro y las artes escénicas?
El encuentro con el público es siempre una incertidumbre. Cualquier público es una exigencia máxima para mí. No hago lecturas previas sobre el público. Estoy muy contento de ir a Ciudad Bolívar a presentar este espectáculo, es una aventura, es una experiencia y en ese sentido es muy importante. Ya he estado en varios espectáculos en comunidades en Bogotá y siempre nes una experiencia muy enriquecedora.
La obra son usted y León David Cobo, productor de música y ruidólogo. ¿Cómo fue el trabajo con León David y cuál es el aporte de esos “ruidos” a la obra?
Llevo mucho tiempo trabajando con León David, desde 1994. Con toda su experiencia investigando sonidos y ruidos, y grabando paisajes sonoros le da un aporte fundamental a la obra: haciendo que todo lo que suena adquiera movimiento y música. Elementos muy importantes para acompañar la palabra.
Vuelven a las tablas luego de un año crítico para las artes escénicas. ¿Qué reflexiones tienes para el futuro inmediato de las artes escénicas?
Tenemos que volver a la presencialidad, es fundamental. La virtualidad es subdesarrollada e incompleta. Goethe decía que la presencia es la única diosa que él adoraba y yo estoy de acuerdo. Las artes escénicas son uno de los espacios donde se puede celebrar con mayor complejidad la presencia humana. Necesitamos esos espacios donde somos y hacemos, donde haciendo somos. Ha sido un tiempo muy difícil, algunos ejercicios del poder han pretendido que nos reduzcamos a lo funcional y que toda la dimensión espiritual la dejemos de lado. No podemos reducirnos a seres determinados para resolver las necesidades inmediatas. Todos los animales necesitan juegos, necesitan encuentro y los humanos aún más. Esta ilusión virtual que hemos vivido se está agotando, necesitamos reencontrarnos y el teatro es el espacio ideal para ello.
Comparable con Las mil y una noches, El Panchatantra es uno de los textos fundamentales de la cultura de la India. El show estará a cargo del cuentero, escritor y guionista Nicolás Buenaventura Vidal y el ruidero León David Cobo, compositor, productor y artista sonoro. Entradas en Tuboleta.
El clásico de la literatura oral fue originalmente dedicado a la educación de los príncipes. Existía entonces una lengua oscura cuyos secretos sólo eran conocidos por sabios y maestros. De este libro se dice que es el origen de las fábulas, pasando por Esopo hasta La Fontaine y Samaniego.
La historia cuenta la guerra milenaria que enfrentan dos reyes, dos pueblos, dos tribus, dos clanes. Los cuervos y los búhos conviven en una decena de cuentos que se van hilando uno tras otro, salpicados constantemente de refranes, dichos y sentencias. Se decía, en su tiempo, que el buen ejercicio de la política era imposible si no se conocía esta epopeya.
“Una aventura para el entretenimiento, una aventura para la escucha, una aventura también para el corazón y los sentidos; esa es La guerra de los cuervos y de los búhos. Presentarse en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán siempre ha sido una experiencia inolvidable y estoy seguro de que esta vez no será la excepción”, comentó Nicolás Buenaventura, escritor y guionista de la puesta en escena.
El espectáculo teatral será presentado en la tarima del Teatro Jorge Eliécer Gaitán el próximo 4 de septiembre a partir de las 5:00 p.m., bajo estrictos protocolos de bioseguridad, para que toda la ciudadanía disfrute y sea parte de la reactivación artística en Bogotá. El evento, además, se suma a la celebración de los 10 años del Idartes.
Alguna vez dijo que “hay una diferencia muy grande entre crecer con cuentos y crecer sin cuentos”, ¿cuál es esa diferencia y cómo nos transforman los cuentos durante nuestra crianza?
Cuando uno crece con cuentos, uno cree que el ser más pequeñito, del tamaño de un pulgar, tendrá algún día la oportunidad de vencer a un ogro. Uno cree que tiene muchas oportunidades. Uno cree que el mundo no tiene que ser desigual, que el mundo no tiene que ser injusto, o que esté dividido entre ricos y pobres. Uno se da cuenta que esas diferencias no son naturales y que no siempre existirán. No siempre el poderoso le ganará al débil o que hay una sola respuesta para cada pregunta. Cuando uno crece sin cuentos tiende a universos cerrados, verdades únicas y menos posibilidades.
“La guerra de los cuervos y de los búhos” es una obra basada en una narración tradicional de la India. ¿Qué nos puede decir hoy a los colombianos una tradición narrativa de hace siglos de un país en Asia?
El origen de “La guerra de los cuervos y de los búhos” es la tradición oral de la India. Pero esa descripción es apenas una manera de ubicar temporal y geográficamente porque al fin y al cabo son patrimonio de la humanidad. Los cuentos y los mitos tienen una dimensión en el presente muy importante. Nuestra contemporaneidad siempre ha sido relativa. Podemos ser mucho más contemporáneos con eso que se escribió en la India de hace siglos que con algún texto de los Estados Unidos de hoy en día, desde muchos sentidos. En este caso, la guerra entre dos pueblos, los cuervos y los búhos: uno que se enceguece por la luz y el otro que no puede ver en la noche. Es una historia que he reescrito y re imaginado desde mi lengua, el español, desde mi origen, Colombia y particularmente Cali. Los personajes tienen apodos muy colombianos. La historia la re escribí desde mi experiencia de vivir en un país en guerra y por eso elegí estos cuentos: tenía que enfrentar la guerra y hacerlo desde la palabra que es mi arma para enfrentar los problemas.
¿Cuáles son las principales diferencias entre escribir para una obra de teatro, una película y una obra de narración oral?
Enrique Buenaventura decía que la materia del teatro son los actores en acción. Estoy de acuerdo pero añadiría que el actor hace parte de esa acción pero también del acontecimiento. El teatro acontece ante nuestros ojos. El cine es una pantalla y la vida no está allí ocurriendo. El teatro es el eterno efímero, cuando se cierra el telón ya no queda nada; el cine nos deja un documento como es la película. Esa diferencia es importante. Uno se juega la vida en el escenario. Para mí la narración oral es una forma teatral. A Enrique Buenaventura le dijeron que su hijo estaba contando cuentos y no haciendo teatro, entonces fue a uno de mis espectáculos y luego dijo “lo que él hace es una forma teatral cuyo secreto reside en resistir a la tentación de representar”. Esa es la gran diferencia entre una obra dramática y un espectáculo de narración. Esa fue una lección que me dio: resistir la tentación de representar. Lo que tengo son sonidos y palabras, y con eso construyo universos. Este espectáculo cuenta con los extraordinarios ruidos de León David (Cobo) que le da música y los telones de hizo Meyby Ríos, que son obras de 4x2 inspirados en el arte cuna.
Se presentan en dos escenarios diferentes: el Teatro Jorge Eliécer Gaitán y el Teatro El Ensueño. Este último en Ciudad Bolívar fue inaugurado en marzo y tiene un alto componente comunitario. ¿Cómo cree que será esa presentación ante un público que no ha tenido espacios para el teatro y las artes escénicas?
El encuentro con el público es siempre una incertidumbre. Cualquier público es una exigencia máxima para mí. No hago lecturas previas sobre el público. Estoy muy contento de ir a Ciudad Bolívar a presentar este espectáculo, es una aventura, es una experiencia y en ese sentido es muy importante. Ya he estado en varios espectáculos en comunidades en Bogotá y siempre nes una experiencia muy enriquecedora.
La obra son usted y León David Cobo, productor de música y ruidólogo. ¿Cómo fue el trabajo con León David y cuál es el aporte de esos “ruidos” a la obra?
Llevo mucho tiempo trabajando con León David, desde 1994. Con toda su experiencia investigando sonidos y ruidos, y grabando paisajes sonoros le da un aporte fundamental a la obra: haciendo que todo lo que suena adquiera movimiento y música. Elementos muy importantes para acompañar la palabra.
Vuelven a las tablas luego de un año crítico para las artes escénicas. ¿Qué reflexiones tienes para el futuro inmediato de las artes escénicas?
Tenemos que volver a la presencialidad, es fundamental. La virtualidad es subdesarrollada e incompleta. Goethe decía que la presencia es la única diosa que él adoraba y yo estoy de acuerdo. Las artes escénicas son uno de los espacios donde se puede celebrar con mayor complejidad la presencia humana. Necesitamos esos espacios donde somos y hacemos, donde haciendo somos. Ha sido un tiempo muy difícil, algunos ejercicios del poder han pretendido que nos reduzcamos a lo funcional y que toda la dimensión espiritual la dejemos de lado. No podemos reducirnos a seres determinados para resolver las necesidades inmediatas. Todos los animales necesitan juegos, necesitan encuentro y los humanos aún más. Esta ilusión virtual que hemos vivido se está agotando, necesitamos reencontrarnos y el teatro es el espacio ideal para ello.