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Archiconocido por las críticas tenaces que les ha hecho al presidente Uribe y a sus funcionarios, Zuleta, nieto del presidente Alberto Lleras Camargo, habla de los “pecadores” de su partido, de la forma como enfrentará a sus poderosos enemigos, de su amistad con los ex mandatarios Ernesto Samper y César Gaviria, y de los derechos de los homosexuales.
Cecilia Orozco Tascón.- ¿Por qué un columnista como usted, crítico ácido de los políticos del país, se lanza al Senado, una de las instituciones más desprestigiadas del país?
Felipe Zuleta Lleras.- Le voy a contestar sin rodeos, aunque parezca brusco: porque las alcantarillas sólo se pueden limpiar desde adentro y porque la política es una actividad demasiado seria para dejársela sólo a los políticos. Desde luego, no hay que desconocer que hay congresistas serios y respetables; lastimosamente, son la minoría.
C.O.T.- Supongo que se lanza como liberal para honrar a su abuelo, el presidente Alberto Lleras Camargo, pero el liberalismo de esta época ha tenido inocultables culpas. ¿Va a ser menos duro con los pecados de su partido que con los del uribismo?
F.Z.Ll.- Por supuesto que no. No tendría una ética verdadera si viera sólo la paja en el ojo ajeno. El liberalismo tiene pecados criticables, como el Proceso 8.000, algunos parapolíticos y unos ‘ilustres’ ex miembros suyos que a pesar de que recibieron honores y cargos por cuenta del partido se voltearon sin remordimientos de conciencia sólo para mantenerse en el poder. Pero el Partido Liberal es más importante que esos casos.
C.O.T.- La gente sabe los que estuvieron involucrados en el 8.000 y en la parapolítica. Pero dígame los nombres de los que “recibieron honores” y se voltearon…
F.Z.Ll.- Usted los conoce tanto como yo. Pero si quiere que le diga unos cuantos ejemplos, ahí están Juan Manuel Santos, Rodrigo Rivera e incluso Germán Vargas.
C.O.T.- Vargas es Vargas Lleras, familiar suyo. ¿Va a atacarlo?
F.Z.Ll.- Si me tocara hacerlo por razones éticas y políticas, lo haría.
C.O.T.- El Partido Conservador ha dicho que no dejará por fuera de sus listas a los familiares de los parapolíticos presos. Todo indica que el liberalismo hará lo mismo. ¿Qué diría si le propusieran hacer fórmula con el hijo o el hermano de un ex congresista condenado?
F.Z.Ll.- No lo aceptaría, pero entienda que esa es la única decisión que me puedo tomar. Lo que quiero decir es que no intervengo en la elaboración de listas y el resto de las decisiones de la campaña, porque eso le corresponde al candidato liberal y no seré yo, que soy un soldado que acabo de ingresar a la causa, quien le diga al jefe de la colectividad lo que debe hacer.
C.O.T.- ¿Por qué cree que Rafael Pardo lo invitó a ser candidato al Senado en un puesto tan alto, puesto que se dice que usted será primero o segundo en la lista? ¿Por qué los electores votarían por usted?
F.Z.Ll.- Me imagino que el doctor Pardo vio en mí a un representante de la verdadera ideología liberal. No podría ser diferente porque, tal como usted lo recuerda, nací y me crié en un hogar caracterizado por esos principios. En cuanto a la segunda parte de su pregunta, ¿sabe qué ventaja tengo sobre otros candidatos al Senado a pesar de aspirar por primera vez? Que muchos votantes y los lectores de El Espectador tienen perfectamente claro cómo pienso y cómo soy. No en vano he sido columnista semanal de este diario durante 11 años.
C.O.T.- Precisamente hablando de su oficio de columnista, se sabe que usted va directo a la yugular de quienes son objeto de sus ataques. ¿Va a aplicar el mismo procedimiento con sus opositores políticos?
F.Z.Ll.-. Claro que sí, pero no se olvide decir que soy leal en mis confrontaciones por duras que parezcan mis palabras, y que nunca acudo a los golpes bajos. Quienes pretendan atacarme con ese tipo de métodos, es mejor que midan las consecuencias de sus actos antes de meterse en ese lío, porque cuando respondo no soy políticamente ‘correcto’.
C.O.T.- ¿En qué sentido?
F.Z.Ll.- En el sentido de que no envuelvo en papel de regalo las verdades feas, sino que digo en voz alta todo lo que sé y lo que pienso.
C.O.T.- Los candidatos a corporaciones públicas se exponen a quedar en la mira de los medios. ¿Está preparado para ese cambio de posición, después de pertenecer al lado de los que ‘disparan’ críticas, pero no de los que las reciben?
F.Z.Ll.- Estoy preparado y déjeme decirle que aquí estoy esperando a mis críticos con mucha tranquilidad. Me preocupan las balas de verdad. Por eso viví en el exilio diez años.
Las ‘balas’ de los medios de comunicación y de quienes ahora son mis ex colegas no me asustan en absoluto, porque entiendo que esa es su labor, como fue la mía, muchas veces mal entendida porque mientras criticaba conductas, había gente que creía que yo la odiaba personalmente. Nada más equivocado.
C.O.T.- ¿Va a hacer curso intensivo de político de aquí a marzo o cómo piensa prepararse en caso de que salga elegido?
F.Z.Ll.- Llevo muchos años estudiando y analizando los temas del país. Ese es un curso que espero que me sirva. Y como tengo claro que no pienso abordar los problemas con mentalidad de político tradicional, es mejor no aprender de ellos.
C.O.T.- ¿Cómo pretende ser político sin serlo?
F.Z.Ll.- De la única manera en que se ejerce honestamente la actividad pública: tratando de proteger los intereses colectivos.
C.O.T.- ¿Va a echar discursos veintejulieros o qué tipo de campaña hará?
F.Z.Ll.- Sí voy a echar discursos, pero no serán veintejulieros. Haré una campaña exclusivamente de opinión, porque no soy la clase de persona que para conquistar votos compra ediles, concejales o diputados.
C.O.T.- Eso es lo ideal, pero en Colombia no se llega al Congreso sólo con opinión.
F.Z.Ll.- Contrario a lo que se cree, los colombianos están listos para elegir congresistas diferentes a los tradicionales, porque están hastiados de la clase política. Hagamos una encuesta a ver cuántos le contestan que están satisfechos con el Congreso de hoy.
C.O.T.- Es cierto que las encuestas revelan el desprestigio del Congreso. Sin embargo, la gente sigue votando por los mismos de siempre.
F.Z.Ll.- Si no tienen otras opciones, votarán por lo que da la tierrita. Esto es lo que pretendemos cambiar y por eso acepté candidatizarme al Senado. Mi reto es convencer a mis potenciales votantes que puedo servirles sin necesidad de contraprestación material alguna.
C.O.T.- Imagine que es elegido y le toca asumir un debate en plenaria. Primero, ¿le daría temor hablar en ese escenario de ‘tiburones’? Segundo, ¿es buen orador?
F.Z.Ll.- No me da ningún temor hablar en público, porque aunque usted no lo crea, porque no me conoce en ese escenario, soy buen orador, pues lo que se hereda no se hurta. ¿Ha oído alguna vez en los archivos la potencia de los discursos de mi abuelo Alberto Lleras Camargo? No soy tan prepotente como para compararme con Lleras Camargo, pero le aseguro que si él me pudiera escuchar, no se sonrojaría de la pena.
C.O.T.- ¿Cómo y con cuáles profesionales piensa hacer su campaña? ¿De dónde va a sacar recursos económicos y cuánto va a invertir en esta aventura?
F.Z.Ll.- Mi equipo de campaña serán mis amigos y la gente que cree en mí. En cuanto a la financiación, sorpréndase usted: muchos empresarios, entre ellos varios uribistas, me han ofrecido su apoyo económico porque consideran que al Congreso deben llegar personas con las manos limpias.
C.O.T.- La estrategia de quienes serán sus opositores, por ejemplo los uribistas, consiste en muchos casos en desprestigiar a los contendores. ¿Se siente débil y fácil de atacar y en cuáles aspectos de su vida?
F.Z.Ll.- Quienes se están sintiendo débiles son el Presidente y sus seguidores. De ahí las barbaridades que están haciendo para perpetuarse en el poder. Todos tenemos posibilidades de que nos ataquen, pero eso a mí no me preocupa porque no tengo nada que ocultar.
C.O.T.- Usted estuvo muchos años fuera de Colombia. A su regreso, ¿en cuáles aspectos notó que había avanzado el país y en cuáles que había retrocedido?
F.Z.Ll.- Aunque usted crea que estoy loco, veo que el país ha retrocedido en la era del presidente Uribe. Aparte de la posibilidad de viajar por carretera y de haber disminuido el número de secuestrados, en todo lo demás Colombia va para atrás. ¿Cree usted que una nación está mejor que antes cuando es posible la ejecución de crímenes como los mal llamados falsos positivos?
C.O.T.- Como periodista usted hizo una investigación sobre este tema, ¿qué lo ha impactado más?
F.Z.Ll.- Que a la fecha hay más de 1.766 casos documentados y probados de falsos positivos y que, pese a la bulla de la prensa —por cierto muy inferior a la que ha debido existir—, hay muy pocas condenas. También me impactó que este país se impresiona más con la muerte de un hipopótamo que con el asesinato sistemático de tantos seres humanos. Voy a acompañar la causa de las madres de Soacha hasta ver a los culpables tras las rejas, en Colombia o en el exterior.
C.O.T.- No puedo dejar de preguntarle por el ex presidente Ernesto Samper, su gran amigo. Dicen que usted va al Congreso como su escudero.
F.Z.Ll.- No pienso subirme sobre los hombros del ex presidente Samper para hacer política. Y tampoco voy a sumarme a los que lo insultan en público mientras lo tratan con toda deferencia en privado.
C.O.T.- Se ha dicho que en lo único en que se han puesto de acuerdo los ex presidentes Samper y Gaviria en los últimos años es en su candidatura. ¿Es usted muy amigo de ellos dos?
F.Z.Ll.- Sí. Tengo el privilegio de contar con el reconocimiento y la amistad de los dos ex presidentes. Eso no quiere decir que ellos sean responsables de mi carrera política, como sí lo es, por fortuna, Rafael Pardo, una persona que admiro, respeto y apoyaré incondicionalmente.
Alberto Lleras Camargo, abuelo ilustre
Alberto Lleras Camargo fue Presidente de Colombia de 1945 a 1946 y de 1958 a 1962. Nació en Bogotá en julio de 1903 y murió en enero de 1990. Es considerado como uno de los Jefes de Estado más importantes, inteligentes e influyentes del siglo XX. Hizo estudios superiores en el Rosario y en el Externado de Colombia. Obtuvo doctorado honoris causa en las universidades de Harvard, Princeton, Columbia, Johns Hopkins, Georgetown y California, entre otras. Desde los 24 años de edad se dedicó al periodismo y a la política. Además de haber sido dos veces Mandatario, fue congresista, ministro, embajador y secretario general de la Unión Panamericana y de la OEA. Fue director y colaborador de El Tiempo, El Espectador, La Tarde, El Liberal, revista Semana y revista Visión. Se casó con la chilena Berta Puga y tuvo cuatro hijos, la mayor de los cuales, Consuelo, es la madre de Felipe Zuleta Lleras, ahora aspirante al Senado. Zuleta también estudió Derecho en el Externado y fue columnista de El Espectador por más de 10 años. Fue consejero de Comunicaciones del presidente Virgilio Barco, director de la antigua Inravisión y diplomático y director de varios medios. A diferencia de su abuelo, nunca fue político activo hasta ahora cuando aspira a que lo elijan congresista después de muchos años de que su rama familiar había abandonado el ejercicio del poder público.
“Tengo el privilegio de haber adoptado hace 16 años”
Cecilia Orozco T.- Usted ha asumido su homosexualidad con franqueza e incluso contrajo matrimonio con su pareja bajo la ley canadiense ¿Qué piensa de los derechos de las comunidades gay de Colombia?
Felipe Zuleta Ll.- Que hay que otorgárselos a plenitud y no de manera solapada y vergonzante como lo ha hecho el Congreso que les ha negado varias veces la igualdad constitucional entre otros falsos argumentos, con los de la religión. En una sociedad laica no puede convertirse en motivo de desigualdad y no puede ser delito o contravención lo que la Iglesia considera como pecado. Para hablar en términos de los curas, ellos olvidan que todos los seres humanos, incluyendo los homosexuales, somos hijos de Dios.
C.O.T.- A propósito de este tema, ¿qué opina de la oposición del procurador Ordóñez a que las parejas homosexuales o lesbianas adopten legalmente niños?
F.Z.Ll.- El Procurador, el Presidente y los congresistas del uribismo derechizaron el país recortándoles casi todos los derechos a los colombianos. Hay que luchar por ampliar la dosis mínima de libertades que nos han dejado con la disculpa de una falsa moral, unas creencias religiosas y una sensación imaginaria de seguridad.
C.O.T.- ¿Usted adoptaría un niño?
F.Z.Ll.- Ya lo hice. Tengo el privilegio y el orgullo de haber adoptado hace más de 16 años.