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¿En qué se parece usted a su personaje de Carolina?
En que no le tengo miedo a la vida, soy una mujer que toma decisiones. Sólo que lo aplico para realizar mis proyectos y para progresar, no para hacerles daño a los demás.
¿Y a usted también le suena el modelaje o se queda con la actuación?
Claro que me suena el modelaje, me emociono cuando estoy ensayando para hacer las escenas de pasarela en la novela.
Su secreto para mantenerse bella.
Ser feliz, hacer lo que me gusta a diario, comer lo que me gusta, estar con personas que me den buena energía, verle el lado bonito a todo, incluso a lo “malo”. Y por aquello de la fuerza de gravedad voy al gimnasio, de vez en cuando me hago masajes, me aplico cremas para el rostro y cuerpo. Tomo agua y como fruta.
¿Qué tan apegada es a la moda?
Nada apegada, sencillamente uso lo que me gusta y me hace sentir cómoda.
Lo más difícil de hacer un personaje antagónico.
Que mi personaje le bote tanta energía a decir y hacer cosas tan perversas, además de no caer en la exageración.
¿Cómo le fue representando a Colombia en el concurso de la agencia Intermodels en México?
Fue la primera vez que viajé a México, no pasó nada en el sentido del modelaje, porque ni sé en qué puesto quedé (risas), pero me enamoré de un mexicano y además recibí una oferta de Televisa para hacer un personaje. Pero apenas tenía en ese entonces 19 años y me dio miedo quedarme y enfrentar otro mundo.
¿Qué tan cachaca es?
La verdad, no mucho. Amo a Bogotá y soy feliz viviendo acá, pero toda mi familia es paisa y crecí con las costumbres de ellos.
El mejor recuerdo que tiene de su época como Miss Barbie.
Cuando me disfrazaban como la muñeca, entregaba los regalos a los niños en los centros comerciales y me tomaba fotos con ellos.
El papel que la sacó del anonimato.
Sin duda mi primer personaje: el de Jenny en Padres e hijos. A nivel internacional fue el de Ximena en Sin tetas no hay paraíso.
Una anécdota durante las grabaciones de esa serie.
Una vez que estábamos grabando y Andrés Toro (Byron en la serie) se fue a dar una vuelta en la moto sin papeles y llegó como a los diez minutos huyéndole a la policía, pálido porque se lo iban a llevar detenido.
Lo más difícil de interpretar a una prepago.
Saber que es una realidad y vivirla. En donde grabamos las escenas, vimos las niñas menores de edad sentadas en las piernas de hombres sólo para que les den dinero para llevar comida a su casa.
¿Y en dónde dejó la administración de empresas?
Esa sigue en mi vida ahora más que nunca, la llevo en la sangre y también la aplico en mi diario vivir. Este año comencé por el lado de las comunicaciones, tengo una empresa de sistemas; tengo pensado abrir, por tardar en junio, mi página web y también tengo un proyecto del que pronto sabrán, que también tiene que ver con internet.
¿Después de ‘Amor en custodia’ qué sigue?
Decirlo en este momento es muy difícil, hay varias propuestas en teatro y televisión. También si puedo tomarme un tiempo de descanso me gustaría ir a estudiar a Nueva York, pero todo depende de cómo se den las cosas.
Un proyecto a largo plazo.
Me gustaría vincularme al cuidado del medio ambiente. En un futuro, crear una empresa con productos reciclables y biodegradables.