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A Óscar Domínguez Giraldo lo definen sus textos. En sus columnas de opinión, crónicas y reportajes, el lector se encuentra con un periodista con el lenguaje afinado y la pluma medida. Un escritor que halló en el sentido del humor un maridaje con la rigurosidad.
Sin embargo, a Domínguez también lo define la que escucha. Radio hablada como excusa, pero la música como fundamento. Su fundamento. De periodismo sabe bastante, pero de fracasos, ilusiones y amoríos que se cantan sabe más. A Gloria Luz Duque, su esposa, la invitó a salir con la excusa de que le presentara amigas y, además, para que compartieran música de Leonardo Favio, Sandro, Leo Dan, Camilo Sesto, Serrat, Aznavour, Cortez, entre otros. Allí encontró la calma que hoy refleja en sus textos, pero en The Beatles y The Rolling Stones halló el rock y el golpe de sus letras.
“En la balada de Leo Dan, la primera canción del CD que grabamos como recuerdo de nuestras bodas de oro, el enamorado le pide a Dios que no lo separe nunca de Celia, su amor. También Dios estuvo de nuestro lado y seguimos juntos”, escribió en un texto que se publicó en El Espectador recientemente.
En el mismo texto recuerda cuando decidió viajar a Bogotá porque en Medellín “no le encontraba la comba al palo”. Era un momento de confusión en su vida, de crisis existencial, de no tener claro el futuro ni el presente, así que decidió abandonar sus estudios de periodismo en la Universidad de Antioquia e irse a la casa de su amigo Álvaro Vasco, a quien define como su alma gemela y que lo invitó a probar suerte en la capital.
Domínguez sigue escribiendo semanalmente columnas para El Colombiano y El Tiempo, “nunca me ha costado tanto escribirlas y nunca las he disfrutado tanto” afirma en la crónica, asegurando “medio en chiste, medio en serio” que su seguro excequial siempre está al día, y que en su próxima encarnación espera toparse de nuevo con Gloria, el amor de su vida.
CPB, un premio y un reconocimiento
En la ceremonia de los premios del Circulo de Periodistas de Bogotá, que se llevó a cabo este este jueves 8 de febrero en el Teatro Cafam, se homenajeó al periodista, reportero y director de medios, Óscar Domínguez Giraldo con el “Mérito Periodístico Guillermo Cano Isaza”. La junta directiva del CPB reconoció el trabajo del periodista, quien a lo largo de su carrera se ha explorado lenguajes diversos Ha sido columnista de varios medios, entre ellos, El Tiempo, El Colombiano y La Patria. Domínguez también ha publicado reportajes, crónicas y columnas en El Espectador.
Trabajó en Todelar, RCN y Súper. En prensa, laboró en La República, El Espacio y en las agencias de noticias CIEP (Centro Informativo El País), Alaprensa y Colprensa, de la cual fue reportero, jefe de redacción y director. Fue corresponsal de La Voz de Alemania y de Radio Francia Internacional.
“El Premio al Mérito Periodístico Guillermo Cano Isaza es la exaltación de la trayectoria de un notable periodista con el Premio Mérito en memoria del célebre director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza, inmolado el 17 de diciembre de 1986. Este galardón se concede a quien haya dedicado su vida al periodismo, teniendo en cuenta su calidad profesional, ética y honorabilidad, que sea ejemplo para las actuales y futuras generaciones de periodistas y, en especial, un buen ser humano. La elección la hace la Junta Directiva del Círculo de Periodistas de Bogotá. En ningún caso se puede otorgar este Premio en más de una ocasión a la misma persona”, fueron las palabras leídas antes de entregar el reconocimiento al periodista antioqueño.
“La junta directiva del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) eligió a Óscar Domínguez como ganador del Premio Mérito Periodístico Guillermo Cano Isaza, por haber sido y, ser, un reportero a carta cabal toda su vida. Con un claro y esmerado manejo del lenguaje, fiel a la verdad y a la realidad, escribe en forma magistral. Lo acompaña un exquisito sentido del humor. Su sencillez es admirable y es incondicional compañero de sus compañeros. Un hombre recto y honesto”.
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Además de su pasión por la investigación, el periodismo y la radio, también es cronista. Le encanta escribir y contar historias desde sus vivencias, fue por eso que en un momento de su carrera se aventuró a escribir un libro titulado “¿Adónde van los días que pasan?”, que se publicó en 2016 bajo el sello de la editorial Luna Libros.
“Domínguez tiene oído para recoger palabras que se potencian por el solo hecho de escribirlas. Domínguez es reportero y se pesca la pertinencia del comentario de sus hijos o de sus nietos. Así, con la paciencia del reportero, él ha encontrado joyas en la red, ha recibido mensajes de gente —mamás, papás, maestros—que le cuenta las cosas que dicen los chicos. Domínguez tiene el oído alerta y así recogió los materiales de donde sale este libro, que ahora se ordenan por temas”, escribió Darío Jaramillo Agudelo en la presentación del libro mencionado.
Hace poco, Domínguez escribió para un especial de El Espectador un texto sobre cómo ha sido la vida junto a Gloria Luz Duque, su esposa. Habla también de los amigos, las adversidades y los hijos que surgieron en el camino.
“Como en la balada de Leo Dan, nos conocimos un domingo, pero no hablamos de pasión. Lo mío con Gloria fue amor a segunda vista. Los dos imberbes ilusos que la abordamos a ella y a su amiga Vicky esa tarde de domingo en la avenida Junín, en pleno centro de Medellín, quedamos flechados por la misma catorceañera que se decidió por mi amigo Víctor; años después fue uno de nuestros padrinos de matrimonio. Yo me encarreté con Vicky”, cuenta Domínguez en “Crónica de un matrimonio: las bodas de oro de Óscar y Gloria”, publicada en la página web de El Espectador.
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