“Pacho” Vergara: maestro y sobreviviente
El bajo barítono vallecaucano está en Bogotá liderando el montaje de “Otello”, obra que se presentará en el Teatro Colón a finales de junio.
El Espectador
¿La ópera ya forma parte de la cultura de Colombia o aún falta conquistar el público?
El público ha tomado conciencia de que el arte es una profesión también. Antes, si querías estudiar arte, te pedían que hicieras algo “de verdad”, porque es una profesión difícil. En mi época sólo existía una beca cultural para el exterior, ahora las cosas han cambiado.
Usted ha aportado su tiempo y conocimiento para fortalecer la ópera nacional, ¿cuál ha sido su motivación?
Ayudar. Hay personas con mucho talento, pero con dificultades, y mi misión es ayudarlos a abrirse el camino, estudiar y entrar a la ópera. Cuando viví en Alemania recibí a muchos actores, cantantes, maquilladores y luminotécnicos en mi apartamento, a quienes invitaba para que aprendieran desde allá; incluso llegué a alquilar un apartamentico extra porque ya no cabíamos.
¿Su objetivo es que lleguen hasta donde usted llegó?
Hasta ahí y más. Hay que darles espacios a nuevos talentos. ¡Yo feliz! Es momento de escuchar, no nombres reconocidos, sino grandes voces.
¿Cuánto tiempo lleva sin cantar?
Me jubilé en 2005, después me propusieron otros contratos, pero preferí dejar las presentaciones porque ya canté lo que tenía que cantar. Es mejor que digan “qué pena que ya no está ‘Pacho’ Vergara”, a que me vean en el escenario y piensen “otra vez ‘Pacho’ Vergara”. Además, luego de la operación para extraer el tumor de la cuerda bucal izquierda, quedé afónico… Ese era uno de los riesgos de la cirugía.
¿Ya se curó?
Los médicos vieron otra masa cuando me extrajeron el tumor. He tenido dos intervenciones por tumores y una cirugía a corazón abierto, pero hoy estoy bien. Mi mamá decía que de herencia familiar nos había tocado el cáncer, el infarto y el juanete. No sé si me muera mañana o en unos años (risas).
¿Qué implica mantener viva la ópera en Colombia?
Ha sido mucho esfuerzo. Construir un espacio como el Teatro Colón, por ejemplo, que cumpla con altos estándares, conseguir apoyos a través de los años, traer a personas que de verdad sepan de ópera para que participen en los montajes y consolidar la ópera de Colombia.
¿Por qué hacer la ópera de “Otello”?
Se había hecho una vez en la ópera de Colombia. Para esta ocasión revisamos las obras recientes de Willy Decker, pero eran muy grandes para reducirlas a nuestro escenario o era muy difícil conseguir el personal que las haría acá. “Otello” es una obra completa y madura, que se podía traer, por eso la elegimos.
“Otello” es una creación de hace 130 años con problemáticas que perduran en la actualidad, ¿qué dramas se reflejan en la obra?
Está el primer drama, que es el de los celos, los matrimonios de hoy están pegados casi con babas. También el problema racial, la envidia y las diferencias entre culturas y razas, algo que seguimos viviendo.
¿Qué sueña para la ópera colombiana?
Que exista una base. Todo este empeño ha sido para lograr que quede un punto de partida para escenógrafos, realizadores y diseñadores, para animar a los muchachos cantantes a estudiar. Quiero que salgan, vean otros horizontes, tengan maestros buenos. Es importante que la gente vea una obra montada con todas las de la ley.
¿La ópera ya forma parte de la cultura de Colombia o aún falta conquistar el público?
El público ha tomado conciencia de que el arte es una profesión también. Antes, si querías estudiar arte, te pedían que hicieras algo “de verdad”, porque es una profesión difícil. En mi época sólo existía una beca cultural para el exterior, ahora las cosas han cambiado.
Usted ha aportado su tiempo y conocimiento para fortalecer la ópera nacional, ¿cuál ha sido su motivación?
Ayudar. Hay personas con mucho talento, pero con dificultades, y mi misión es ayudarlos a abrirse el camino, estudiar y entrar a la ópera. Cuando viví en Alemania recibí a muchos actores, cantantes, maquilladores y luminotécnicos en mi apartamento, a quienes invitaba para que aprendieran desde allá; incluso llegué a alquilar un apartamentico extra porque ya no cabíamos.
¿Su objetivo es que lleguen hasta donde usted llegó?
Hasta ahí y más. Hay que darles espacios a nuevos talentos. ¡Yo feliz! Es momento de escuchar, no nombres reconocidos, sino grandes voces.
¿Cuánto tiempo lleva sin cantar?
Me jubilé en 2005, después me propusieron otros contratos, pero preferí dejar las presentaciones porque ya canté lo que tenía que cantar. Es mejor que digan “qué pena que ya no está ‘Pacho’ Vergara”, a que me vean en el escenario y piensen “otra vez ‘Pacho’ Vergara”. Además, luego de la operación para extraer el tumor de la cuerda bucal izquierda, quedé afónico… Ese era uno de los riesgos de la cirugía.
¿Ya se curó?
Los médicos vieron otra masa cuando me extrajeron el tumor. He tenido dos intervenciones por tumores y una cirugía a corazón abierto, pero hoy estoy bien. Mi mamá decía que de herencia familiar nos había tocado el cáncer, el infarto y el juanete. No sé si me muera mañana o en unos años (risas).
¿Qué implica mantener viva la ópera en Colombia?
Ha sido mucho esfuerzo. Construir un espacio como el Teatro Colón, por ejemplo, que cumpla con altos estándares, conseguir apoyos a través de los años, traer a personas que de verdad sepan de ópera para que participen en los montajes y consolidar la ópera de Colombia.
¿Por qué hacer la ópera de “Otello”?
Se había hecho una vez en la ópera de Colombia. Para esta ocasión revisamos las obras recientes de Willy Decker, pero eran muy grandes para reducirlas a nuestro escenario o era muy difícil conseguir el personal que las haría acá. “Otello” es una obra completa y madura, que se podía traer, por eso la elegimos.
“Otello” es una creación de hace 130 años con problemáticas que perduran en la actualidad, ¿qué dramas se reflejan en la obra?
Está el primer drama, que es el de los celos, los matrimonios de hoy están pegados casi con babas. También el problema racial, la envidia y las diferencias entre culturas y razas, algo que seguimos viviendo.
¿Qué sueña para la ópera colombiana?
Que exista una base. Todo este empeño ha sido para lograr que quede un punto de partida para escenógrafos, realizadores y diseñadores, para animar a los muchachos cantantes a estudiar. Quiero que salgan, vean otros horizontes, tengan maestros buenos. Es importante que la gente vea una obra montada con todas las de la ley.