Patricia Bernal, el arte con más silencio y menos ruido
La artista, que realizó parte de su formación en China, dice que le gusta más dejar pistas que mensajes completos en sus obras y que su propuesta es un híbrido entre Occidente y Oriente.
Giancarlo Calderón
Los inicios, la madre artista
Mi madre ha caminado de la mano del arte desde que tengo memoria: pintura y tejido han sido sus expresiones durante toda la vida. Tengo un recuerdo muy bonito de ella trabajando en una obra de gran formato sobre la lavadora, la cual hacía las veces de caballete. Era un collage enorme, recuerdo que nos dejaba ayudarle a recortar y pegar segmentos… Me encanta aún lo que hace, siento que inconscientemente fue una influencia importante para mí.
La formación
Hice mi pregrado en la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, y creo que fueron los años más felices de mi vida. Recuerdo que en principio decía que quería “aprender a pintar bien”. Para este objetivo estuve rodeada de grandes maestros como Fredy Serna y Armando Montoya, entre otros. La técnica heredada de estos maestros empezaba a generar frutos verdes, ahora faltaba trabajar mucho. Después vinieron preguntas más profundas de investigación, de silencios, preguntas espirituales, me di cuenta de que el camino del arte no se fundamenta en la técnica, que es un camino espiritual más profundo por el que se puede trasegar.
El río
En 2009 decidí interrumpir mis estudios de arte y me fui a Guangzhou, China, en donde tuve la posibilidad de estudiar en un instituto pequeño llamado Fei Tian Arts Academy, de pintura china tradicional (no pude vincularme a una universidad allí, debido a mi mandarín tan deficiente). Entendía poco, pero me las arreglaba con compañeros que hablaban inglés y con una traductora que a veces me acompañaba a clases particulares de pintura china.
Mi trabajo de investigación-creación se focalizó en el río La Perla y las actividades que allí se realizaban diariamente. Sentía que en este sitio se daban gritos por no perder aspectos muy importantes de su cultura ancestral: la caligrafía con agua sobre el asfalto, los elevadores de cometas, los pescadores entusiastas en un río muy contaminado, los practicantes de tai chi, etc. Energías que se condensaban como respuesta al capitalismo salvaje que ya se respiraba en las nuevas generaciones. Fruto de esta investigación fue mi primera exposición individual allí, llamada Río La Perla efímero.
El arte, ¿qué es?
Yo creo que es una herramienta espiritual. Todos somos artistas, es innato en la especie humana. El 70 % de nosotros se “frustra” aproximadamente a los once años cuando somos conscientes de la perspectiva, y se nos empieza a insistir sobre otras cuestiones (nada más nocivo que la clase de dibujo técnico). Creo que el arte es una necesidad urgente a la que hay que volver para “palear” lo que la sociedad de consumo quiere imponernos; el humano necesita expresarse, crear, volver a ser niños, no necesita bienes materiales, necesita volver a conectarse con lo primario: crear, tejer, escribir, tocar y amasar la tierra, dibujar, esculpir, cosas simples que te hacen más feliz a todas las edades, es muy simple.
Las fuentes
Estudio mucho los pintores de oriente, el Tao en la pintura: hacer silencios más que gritos compulsivos. Me gusta dejar pistas e indicios más que mensajes completos, una invitación a que el espectador termine la obra. Pensar en el espacio en blanco y en lo que se calla como lo más importante.
Gao Xingjian es un referente al que vuelvo constantemente; estudio los Textos de estética taoísta de Luis Racionero, y Vacío y Plenitud, de Francois Cheng. Esos textos son una fuente inagotable de poesía y conceptos.
La obra
Es un híbrido entre algunas premisas del arte de Oriente y Occidente, gritos y silencios; el ruido que traigo de Occidente contrastado con las ausencias de Oriente. Apenas estoy empezando a entender el Tao en la pintura, me gusta ser humilde ante las enseñanzas que este tipo de pintura trae, intento aclarar tanto bullicio, sustraer, dejar sólo un indicio, pero siento que estoy apenas en un proceso inicial, faltan aún silencios, todavía siento que en mi obra hay mucho ruido, excesos.
La búsqueda técnica
He pasado muchos momentos en cuanto a lo pictórico. Estudios de color y de composición abstracta me han concentrado varios años, los cuales dejo reposar, pero vuelvo siempre a ellos. Después de la experiencia de vivir en China me enamoré de la tinta y las escalas de grises, el dibujo con agua y la importancia del espacio vacío en el soporte.
La Feria del Millón
Fue una experiencia muy bella, me encantó ver esa dinámica de coleccionismo de arte que se les enseña a los niños, la feria es visitada por toda la familia y en mi caso eran los chicos quienes pedían a sus padres que querían alguna de mis obras. Para mí era muy significativo que fueran los chicos quienes decidieran las obras que querían llevar a sus casas, considero que los niños tienen un ojo seguro y descontaminado para el arte, los curadores más honestos que podemos encontrar.
Tiempo de pandemia
La verdad, no he estado muy productiva. Me he preguntado mucho por la cantidad de basura que producimos, en todos los sentidos, incluso en el arte. Me he dedicado a reciclar soportes y materiales descartados, y estoy trabajando en un proyecto de terrarios eternos. Tuve la suerte de estar en el campo durante este tiempo difícil y la naturaleza me ha formulado otras preguntas. De otro lado, me he estado formando como tutora de resiliencia y en pedagogía de emergencia, para poder realizar talleres de artes en comunidades y poblaciones posconflicto de la mano del equipo La Paz, que es una obra de arte de la Universidad de Antioquia, en el cual me encuentro trabajando como docente e investigadora.
La docencia
Me gusta mucho, aunque no deseo serlo de tiempo completo. Aprendo mucho de los chicos y de alguna manera me obligo a mantenerme actualizada. Me encanta presenciar procesos creativos que van en crecimiento y darme cuenta de que puedo aportar en sus procesos. Es muy gratificante ver estudiantes que hoy en día llevan carreras en ascenso y sentir que he puesto un granito de arena allí.
Vengo participando en unos talleres en el departamento del Cauca que hacen parte de un proyecto de Minciencias y la Universidad de Antioquia. Se busca llevar el arte y su efecto transformador a zonas que se han visto afectadas por el conflicto armado. Es un proceso de investigación-creación en el que se quiere implementar la creación artística, que a su vez se apoya en el modelo de resiliencia, y que busca mostrar nuevos caminos transformadores a través del arte.
Los inicios, la madre artista
Mi madre ha caminado de la mano del arte desde que tengo memoria: pintura y tejido han sido sus expresiones durante toda la vida. Tengo un recuerdo muy bonito de ella trabajando en una obra de gran formato sobre la lavadora, la cual hacía las veces de caballete. Era un collage enorme, recuerdo que nos dejaba ayudarle a recortar y pegar segmentos… Me encanta aún lo que hace, siento que inconscientemente fue una influencia importante para mí.
La formación
Hice mi pregrado en la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, y creo que fueron los años más felices de mi vida. Recuerdo que en principio decía que quería “aprender a pintar bien”. Para este objetivo estuve rodeada de grandes maestros como Fredy Serna y Armando Montoya, entre otros. La técnica heredada de estos maestros empezaba a generar frutos verdes, ahora faltaba trabajar mucho. Después vinieron preguntas más profundas de investigación, de silencios, preguntas espirituales, me di cuenta de que el camino del arte no se fundamenta en la técnica, que es un camino espiritual más profundo por el que se puede trasegar.
El río
En 2009 decidí interrumpir mis estudios de arte y me fui a Guangzhou, China, en donde tuve la posibilidad de estudiar en un instituto pequeño llamado Fei Tian Arts Academy, de pintura china tradicional (no pude vincularme a una universidad allí, debido a mi mandarín tan deficiente). Entendía poco, pero me las arreglaba con compañeros que hablaban inglés y con una traductora que a veces me acompañaba a clases particulares de pintura china.
Mi trabajo de investigación-creación se focalizó en el río La Perla y las actividades que allí se realizaban diariamente. Sentía que en este sitio se daban gritos por no perder aspectos muy importantes de su cultura ancestral: la caligrafía con agua sobre el asfalto, los elevadores de cometas, los pescadores entusiastas en un río muy contaminado, los practicantes de tai chi, etc. Energías que se condensaban como respuesta al capitalismo salvaje que ya se respiraba en las nuevas generaciones. Fruto de esta investigación fue mi primera exposición individual allí, llamada Río La Perla efímero.
El arte, ¿qué es?
Yo creo que es una herramienta espiritual. Todos somos artistas, es innato en la especie humana. El 70 % de nosotros se “frustra” aproximadamente a los once años cuando somos conscientes de la perspectiva, y se nos empieza a insistir sobre otras cuestiones (nada más nocivo que la clase de dibujo técnico). Creo que el arte es una necesidad urgente a la que hay que volver para “palear” lo que la sociedad de consumo quiere imponernos; el humano necesita expresarse, crear, volver a ser niños, no necesita bienes materiales, necesita volver a conectarse con lo primario: crear, tejer, escribir, tocar y amasar la tierra, dibujar, esculpir, cosas simples que te hacen más feliz a todas las edades, es muy simple.
Las fuentes
Estudio mucho los pintores de oriente, el Tao en la pintura: hacer silencios más que gritos compulsivos. Me gusta dejar pistas e indicios más que mensajes completos, una invitación a que el espectador termine la obra. Pensar en el espacio en blanco y en lo que se calla como lo más importante.
Gao Xingjian es un referente al que vuelvo constantemente; estudio los Textos de estética taoísta de Luis Racionero, y Vacío y Plenitud, de Francois Cheng. Esos textos son una fuente inagotable de poesía y conceptos.
La obra
Es un híbrido entre algunas premisas del arte de Oriente y Occidente, gritos y silencios; el ruido que traigo de Occidente contrastado con las ausencias de Oriente. Apenas estoy empezando a entender el Tao en la pintura, me gusta ser humilde ante las enseñanzas que este tipo de pintura trae, intento aclarar tanto bullicio, sustraer, dejar sólo un indicio, pero siento que estoy apenas en un proceso inicial, faltan aún silencios, todavía siento que en mi obra hay mucho ruido, excesos.
La búsqueda técnica
He pasado muchos momentos en cuanto a lo pictórico. Estudios de color y de composición abstracta me han concentrado varios años, los cuales dejo reposar, pero vuelvo siempre a ellos. Después de la experiencia de vivir en China me enamoré de la tinta y las escalas de grises, el dibujo con agua y la importancia del espacio vacío en el soporte.
La Feria del Millón
Fue una experiencia muy bella, me encantó ver esa dinámica de coleccionismo de arte que se les enseña a los niños, la feria es visitada por toda la familia y en mi caso eran los chicos quienes pedían a sus padres que querían alguna de mis obras. Para mí era muy significativo que fueran los chicos quienes decidieran las obras que querían llevar a sus casas, considero que los niños tienen un ojo seguro y descontaminado para el arte, los curadores más honestos que podemos encontrar.
Tiempo de pandemia
La verdad, no he estado muy productiva. Me he preguntado mucho por la cantidad de basura que producimos, en todos los sentidos, incluso en el arte. Me he dedicado a reciclar soportes y materiales descartados, y estoy trabajando en un proyecto de terrarios eternos. Tuve la suerte de estar en el campo durante este tiempo difícil y la naturaleza me ha formulado otras preguntas. De otro lado, me he estado formando como tutora de resiliencia y en pedagogía de emergencia, para poder realizar talleres de artes en comunidades y poblaciones posconflicto de la mano del equipo La Paz, que es una obra de arte de la Universidad de Antioquia, en el cual me encuentro trabajando como docente e investigadora.
La docencia
Me gusta mucho, aunque no deseo serlo de tiempo completo. Aprendo mucho de los chicos y de alguna manera me obligo a mantenerme actualizada. Me encanta presenciar procesos creativos que van en crecimiento y darme cuenta de que puedo aportar en sus procesos. Es muy gratificante ver estudiantes que hoy en día llevan carreras en ascenso y sentir que he puesto un granito de arena allí.
Vengo participando en unos talleres en el departamento del Cauca que hacen parte de un proyecto de Minciencias y la Universidad de Antioquia. Se busca llevar el arte y su efecto transformador a zonas que se han visto afectadas por el conflicto armado. Es un proceso de investigación-creación en el que se quiere implementar la creación artística, que a su vez se apoya en el modelo de resiliencia, y que busca mostrar nuevos caminos transformadores a través del arte.