Paula Castaño y los fragmentos de una vida en la actuación

La actriz nos cuenta en primera persona su historia: se subió de colegiala a un teatro y desde entonces supo que de eso y para eso quería vivir el resto de sus días.

Giancarlo Calderón
07 de noviembre de 2019 - 02:00 a. m.
Paula Castaño ha actuado en películas como “El arriero” y ahora participa en la segunda temporada de la serie “Distrito salvaje”. / Mariana Reyes
Paula Castaño ha actuado en películas como “El arriero” y ahora participa en la segunda temporada de la serie “Distrito salvaje”. / Mariana Reyes

Flashback

Siempre me gustó el arte. Me gustaban la pintura, la literatura, la música, pero no me sentía del todo segura en ninguno de esos oficios. El último año del colegio lo cursé en el Montessori de Cartagena. Allí tenía cuatro horas de teatro a la semana. ¿Adivina a quién le dieron el personaje principal de la obra de fin de curso? La obra se llamaba La hoja rasca, inspirada en La hojarasca de Gabriel García Márquez. Tuve el privilegio de interpretar a Isabel en el teatro Adolfo Mejía de Cartagena y una vez me subí al escenario supe que quería vivir de esto.

Luego llegó a mi vida la película El cielo, dirigida por Alessandro Basile, donde yo interpretaba, con apenas 18 años, a una prostituta del barrio Getsemaní. En la película trabajaban actores como Jairo Camargo, Carmenza Gómez, Salvo Basile, Adriana Ricardo, Ramiro Meneses y una persona muy especial que me enseñó muchísimo: Yolanda García. Una eminencia de la actuación y de la historia de las artes escénicas de nuestro país. Esas dos experiencias me llevaron a tomar la decisión de estudiar actuación.

España

Estudié actuación en España en el Tai (Centro Universitario de Artes) y en la escuela La Cuarta Pared, ambas en Madrid. Luego me especialicé en dirección de actores con el director catalán Jaume Nadal, en Barcelona. Pienso que el talento hay que alimentarlo. Si uno se queda solo con el talento, entonces luego no tendrá herramientas para trabajar ni construir los personajes y llevarlos mas allá. Pero esta búsqueda es individual, de cada actor. Trabajamos con nuestro cuerpo y nuestras emociones y todos somos seres humanos diferentes. Y el arte dramático tiene la habilidad de lograr que la humanidad haga catarsis en relación a los acontecimientos de su vida y la posibilidad de experimentar cosas que no nos atreveríamos a vivir en nuestras propias vidas.

Pantalla grande, pantalla chica

El cine y la televisión son diferentes. Cada uno se aborda de forma distinta, pero sin duda comparten algo en común: contar una historia. Personalmente, más allá del lenguaje, como actriz siempre busco ser honesta en ambas pantallas, la chica y la grande. También pienso que el mismo formato te va mostrando la técnica con la que lo vas a afrontar y, por supuesto, la experiencia y el oficio te van facilitando las cosas…

“El arriero”

Virginia es el personaje con el que comencé mi vida profesional como actriz. Aún vivía en España y en unas vacaciones a Colombia la vida me terminó llevando a trabajar en esta película dirigida por Guillermo Calle. Me sorprende el perrenque con el que, siendo muy joven, afronté esta película que tenía muchas exigencias de todo tipo a nivel actoral.

Nunca regresé a España, así que se puede decir que El arriero me devolvió a mi país después de estar siete años por fuera. La filmación de esta película fue exigente en todos los sentidos. El personaje de Virginia es de un carácter muy fuerte, pero todos los seres humanos tenemos matices y este era el objetivo que yo tenía como actriz para interpretarlo. Y sin duda debo resaltar al gran ser humano y director que fue Guillermo Calle, quien me enseñó muchísimo. Un director encantador que siempre iba a lo concreto, sin pelos en la lengua.

Milagros

Debo decir que Chepe Fortuna fue un regalo en mi vida. Fue, por así decirlo, una entrada suave a la televisión. Tuve muchos maestros, como Margalida Castro, Consuelo Luzardo, Carlos Muñoz, Kristina Lilley y Adriana Ricardo, quienes me acogieron con muchísimo amor y me dieron los mejores consejos. Y para rematar tuve la fortuna de trabajar con el director Mario Ribero, que, con su gran dulzura y sentido del humor, me ayudó a construir paso a paso mi personaje. Me divertí tanto haciendo esa novela que minimizó cualquier susto y me llenó de ganas de continuar trabajando en este medio.

“Niche”

Si hay una novela que disfruté hacer fue sin duda Niche. Era mi primera vez en Caracol y conocí mucha gente nueva. Todos los que trabajamos en esa novela podemos decir que lo pasamos muy bien. La música tuvo mucho que ver. El sabor del Pacífico y la música del Grupo Niche generaron un ambiente de puro goce cada día de grabación. Los que hicimos Niche nos bailamos la novela.

“Diomedes”

Betsy Liliana es el papel con el que mas cómoda me he sentido en mi vida actoral… Hubo mucha improvisación y mucho juego, pues el personaje lo permitía y fue un código que creamos con el director Herney Luna. Lo que el personaje de Betsy transmitió fue maravilloso: una mujer que logra ir mas allá del machismo instaurado, no solo en la Costa, sino en el mundo en general. Fue liberador interpretarla y sé que muchas mujeres se sintieron identificadas y vivieron a través del personaje el hecho de ser una mujer empoderada y rebelde que le pusiera el tatequieto a un hombre mujeriego. De todos modos es un personaje que merece mucho respeto, no solo por su complejidad sino porque está inspirado en alguien de la vida real.

“Antes de la fiesta”

Es una serie para un canal público dirigida por Iván Wild. Tiene una apuesta audiovisual diferente e impecable. Enmarca a Barranquilla como telón de fondo de un thriller de acción durante el Carnaval. Un placer para mí como costeña mostrarle al mundo que tenemos muchas historias que contar y que somos mucho más profundos y complejos, que la Costa tiene muchos puntos de vista y que también suceden cosas de las cuales nadie debe sentirse orgulloso. Los canales públicos son nuestros y espero que cada día tengan más audiencia y sean un espacio ideal para contar nuestras historias.

Teatro

La primera vez que pisé el teatro La Castellana del Teatro Nacional fue con una obra que se llama No sé si cortarme las venas o dejármelas largas. Una obra escrita por el mexicano Manolo Caro (creador y director de la famosa serie La casa de las flores), que Johanna Morales produjo en Colombia, dirigida por el director Pedro Salazar. La obra duraba alrededor de dos horas y era una comedia. Fui una actriz antes y otra después de interpretar casi 100 funciones de esa obra. Me enseñó el verdadero significado de estar presente, contar una historia casi un centenar de veces como si fuera la primera vez.

Las otras dos obras que puedo destacar son más recientes, escritas y dirigidas por dos artistas alucinantes. SuperPasito, de Julio Escallón, una obra interpretada en su totalidad en susurros. La otra es Las mujeres de Lorca, de Víctor Quesada, con la que tuve el placer de actuar en el Teatro Colón junto a Consuelo Luzardo, Diana Ángel y Denisse Hergett. Todas las obras de estos dos artistas son imperdibles.

Soy mamá

Soy mamá de un niño. Mi amiga, la actriz Adriana Ricardo, siempre me decía que tuviera un hijo y que no lo pensara dos veces. La inestabilidad de esta profesión y el proceso del embarazo lo atemorizan a uno, pues piensas que no podrás trabajar durante la gestación y que el hijo será un obstáculo para tu carrera. Pero, afortunadamente, Adriana tenía toda la razón. Claro, ella ya lo había vivido. No solo trabajé antes, durante y después del embarazo sin ningún problema, sino que acertó en su veredicto más importante: “Serás una actriz completamente diferente”. Y es totalmente cierto. Tengo más seguridad y confianza en mí misma, me importa menos lo que piensan los demás, tengo más herramientas y, sobre todo, mi ventana de emociones se triplicó.

Por Giancarlo Calderón

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar