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“Plantillas que absorben el impacto explosivo”

Mauricio Betancur, joven investigador antioqueño, inventó unas plantillas antiminas “quiebrapatas” y acaba de obtener el premio al innovador de Colombia, avalado por el Massachusetts Institut of Technology. Cuenta cómo su uso en zapatos o botas de cualquier diseño puede salvar a los habitantes de zonas en conflicto, de perder la vida o sus piernas como les ha sucedido a centenares de campesinos y soldados.

Cecilia Orozco Tascón
24 de mayo de 2015 - 02:00 a. m.
Mauricio Betancur explicando los sistemas de protección que ofrece su empresa en Medellín. EFE
Mauricio Betancur explicando los sistemas de protección que ofrece su empresa en Medellín. EFE
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¿Cuál novedad tienen sus plantillas?

Cuentan con un sistema de protección para los miembros inferiores del cuerpo que permite flexibilidad al caminar y, simultáneamente, tiene suficiente resistencia para controlar el daño de la detonación de una mina antipersonal. Su espesor promedio es de 6 milímetros y puede insertarse, con espacio suficiente, en cualquier tipo de zapato aunque están diseñadas y probadas en botas ‘pantaneras’ porque este es el tipo de calzado que usan, en su vida diaria, los campesinos para realizar sus labores.

Justamente la pregunta es si las plantillas permiten las labores del campo que, por definición, se ejecutan a pie y de pie.

Son perfectamente viables por la combinación de materiales duros y flexibles y porque la parte de absorción de impactos es blanda. Esta es la que tiene contacto con el pie. Otros miembros del grupo de investigación y yo las hemos usado durante varios días seguidos para probar su ergonomía. Por eso estamos seguros de que funcionan. Las primeras que elaboramos eran incómodas pero fuimos refinando el modelo hasta lograr la fórmula adecuada.

¿Permitirán que quien las use, haga caminatas largas?

Sí. Se han realizado ensayos de esfuerzo con sujetos de prueba que no registran pérdida de movilidad. También se han probado luego de ser sometidas a ciclos que simulan el uso continuo durante el cual se doblan y enderezan de manera repetida para ver cómo sería su envejecimiento en el equivalente a años de uso. Y se ha encontrado que no se reducen los niveles de protección objetivo, por debajo del necesario para cumplir su finalidad.

Un niño ¿las puede usar con la misma efectividad aun siendo pequeño de estatura y peso? Se lo pregunto por el lamentable hecho ocurrido hace unos días cuando una pequeña pisó una de estas minas y perdió la vida en Cauca...

Los niños más chicos son muy vulnerables a las minas antipersonales. Para su caso específico buscamos limitar al máximo el impacto debido a su cercanía – por la escasa estatura - con el centro de la detonación que incrementa los daños, no solo de los miembros inferiores sino también de la caja torácica y la cabeza. Por factores como este, nuestra investigación no se centra en tener un material rígido que resista la onda sino en conseguir uno flexible que la absorba tanto como sea posible.

Entonces, siendo la población infantil la más vulnerable a las minas antipersonal, ¿también es la que menos protección tendrá aún usando las plantillas?

Debemos ser sinceros: el caso de los niños es muy complejo y, si bien tratamos de mitigar el daño tanto como sea posible, no siempre va a ser efectivo, sobre todo cuando un ser tan frágil se encuentre con una carga de alto poder que, bajo los estándares internacionales, no se podría catalogar como antipersonal. Esto fue lo que le sucedió, infortunadamente, a la pequeña del Cauca: ni un adulto con la mejor protección o calzado disponible en el mercado, hubiera sobrevivido a una carga de semejante poder. Cuando la onda explosiva es muy potente, impacta la caja torácica y el corazón se detiene de inmediato.

¿Cuál es la potencia explosiva máxima que resisten sus plantillas?

Alcanzan a detener la explosión de una mina antipersonal convencional que contienen entre 50 y 60 gramos de TNT (explosivo trinitrotolueno). En el caso colombiano, tiene una equivalencia, en potencia relativa, al peso de una carga de entre 200 y 300 gramos de explosivo casero tipo ‘relaca’ (versión casera del anfo). Comúnmente se le llama mina quiebrapatas. Las plantillas reducen el impacto pero pueden presentarse fracturas o amputaciones parciales dependiendo de la cantidad de explosivo que contengan.

Es decir, ¿el uso de la plantilla no puede garantizar el 100% de efectividad?

No. Como le digo, depende de la potencia y cantidad del explosivo. Una mina antipersonal convencional está diseñada para mutilar el pie con el que se pisa el artefacto. Desafortunadamente, en Colombia también se utilizan artefactos improvisados con un contenido que puede variar entre unos cientos de gramos y decenas de kilos de explosivos, con lo que pueden producirse desde amputaciones parciales o amputaciones totales, hasta la desaparición total de la víctima por efecto de la carga. La plantilla está diseñada para atender el problema que aqueja a la mayor cantidad de víctimas civiles de las minas antipersonales con carga promedio, en el mundo.

Ahora, pensando en la efectividad de su invento, ¿cómo puede una simple plantilla detener una explosión que genera ondas destructivas hacia arriba y alrededor del cuerpo humano, y que se expande en un área que supera la del cuerpo?

Las plantillas tienen tres funciones: 1. Detener el fogonazo térmico, de cerca de 1.000 grados centígrados pero que puede sobrepasar los 2.000 dependiendo del explosivo. 2. Contener la fragmentación primaria y secundaria de la mina. 3. Controlar la onda explosiva y los gases que se producen con la detonación y que pueden viajar a varias veces la velocidad del sonido. Las plantillas poseen dos atributos: absorber el impacto de manera que este no se transfiera al pie, y retener la mayor parte de la fragmentación y de las partículas de la explosión. Este es un factor de especial interés en Colombia puesto que los grupos armados ilegales mezclan, a veces, heces fecales con las minas para producir gangrena.

¡No conocía la intención de inducir gangrena, además de cercenar piernas! ¿Cómo supo usted ese detalle tan escabroso siendo un investigador de ciudad, lejos de los campos en donde se desarrolla la guerra?

Lo supe porque desde hace muchos años trabajamos con el apoyo del Ejército y sus integrantes conocen los casos particulares que se presentan. Ellos nos cuentan que es común encontrar los efectos de esa combinación. Pero hay algo peor: minas a las que les agregan veneno para ratas que impide la coagulación de la sangre. Los heridos mueren desangrados.

¡Qué horror! ¿Conoció alguna víctima que haya padecido, además de cercenamiento, infección por heces, o que se haya desangrado por veneno?

Sí. He conocido personas que sufrieron infección por heces y por cuya causa tuvieron que ser amputadas más arriba de la rodilla, en lugar de debajo de ella, debido a la gangrena. He visto a las víctimas porque cuando voy a trabajar al Centro de Investigación contra Minas de la Escuela de Ingenieros militares del Ejército, debo pasar por el dispensario en donde están recluidas las víctimas. Me parte el corazón cuando encuentro decenas y, a veces, cientos de heridos por esta causa.

Supongo que ha habido pruebas de efectividad ¿Dónde, cómo y quiénes las han probado?

Las pruebas se han hecho con la colaboración y asesoría del Ejército. Desde cuando iniciamos las investigaciones en materiales absorbentes de impactos de explosivos hace cuatro años, hemos hecho más de 120 pruebas y más de veinte series de pruebas en el último año y medio, hasta cuando logramos encontrar la combinación que produjo el resultado que buscábamos. Esas pruebas incluyen: medición del impacto que recibe una pierna de simulación en la que se pone un peso de 40 kilogramos (medio peso corporal promedio); deformación que se produciría si se recibe el impacto sin ninguna protección; fractura o rotura de la sección que simula el hueso; filmación con cámara de alta velocidad de la explosión; análisis de deformaciones plásticas en elementos medidores de presión y, finalmente, análisis de laboratorio de la respuesta a los materiales de la plantilla. Tanto las pruebas como las validaciones fueron puntualmente estudiadas por los evaluadores del premio que solicitaron información específica sobre nuestros protocolos y métodos.

Cuando salgan al mercado ¿estarán disponibles para todos los tipos de zapatos, pesos corporales y edades, desde los jóvenes a los viejos, época de la vida en que las personas caminan con poca agilidad física?

Las plantillas se diseñaron pensando en que puedan usarse con cualquier calzado y en que su resistencia a la explosión no dependa, en ninguna medida, del zapato en el que se encuentran. Se construyeron para que un hombre o mujer promedio las pueda usar. Obviamente, hay casos de personas con una fragilidad superior, como las de la tercera edad, que debido a que tienen una densidad ósea menor, son proclives a sufrir fracturas severas como producto de una explosión.

¿Con cuál material o materiales están hechas y cuál es su peso?

No puedo revelar la combinación de los materiales debido a que no hemos obtenido, aún, la patente. El peso varía entre 80 y 100 gramos por par, dependiendo de la talla.

¿Sabe si ha habido intentos de creación de aparatos similares en el mundo?

Del análisis del estado de este arte, hemos encontrado que los investigadores se han concentrado en hacer botas con una protección contra minas ya integrada a ellas. También en la confección de sobrebotas que se ponen por encima del zapato. En ambos casos, las creaciones se orientaron a usuarios militares. Es más rentable el precio de las botas que el de las plantillas. Por eso, los esfuerzos de las empresas que se dedican a este campo, se concentran en la elaboración de ese tipo de calzado. Hasta el momento no hemos encontrado productos que se comercialicen en forma de plantilla con este mismo objetivo.

¿Cuánto tiempo, investigaciones y dinero le costó llegar a esta fórmula innovadora?

Realicé mis primeras investigaciones en blindajes en 2007 y ejecuté los primeros desarrollos con materiales absorbentes de impacto, en 2011. En este lapso, he diseñado blindajes para detener municiones y explosivos para vehículos y personas. Los recursos invertidos por la universidad EAFIT, Tecnologías Marte con la ayuda de Colciencias, la Gobernación de Antioquia e Innpulsa (organización gubernamental) sobrepasan los $500 millones. Hemos obtenido paneles para helicópteros que resisten disparos de munición 0.50, chalecos antibalas, trajes antiexplosivos, trajes EOD (para bombas de alto poder), mantas de antiexplosivos, sobrebotas y, por supuesto, las plantillas.

Veo que usted se ha dedicado a todo tipo de materiales de blindaje para impedir daños de explosivos ¿De dónde surge esta vena investigadora con una línea tan específica?

Es una pasión personal. Tuve la oportunidad de hacer mi tesis de pregrado en Ingeniería Mecánica con un robot antiminas. Después estudié una maestría también en Ingeniería. Afortunadamente ninguna persona de mi familia ha sido afectada por una mina antipersonal, pero amigos militares que he conseguido durante estos años de investigación, han resultado muertos y heridos por minas.

He oído que usted se dedicó a desarrollar este tipo de elementos por ser oriundo de un municipio (Rionegro, Antioquia) que está en una zona “sembrada” con minas antipersonales ¿Es cierto?

Sí. Rionegro está ubicado en el oriente antioqueño que fue una zona de disputa, por mucho tiempo, de todo tipo de actores ilegales lo que la condujo a ser la región más minada de Antioquia; este departamento, a su vez, es el más minado de Colombia con más del 22% de las víctimas reportadas.

¿Cómo es posible que las plantillas antiminas hayan sido confeccionadas aquí y no en los grandes centros de investigación del mundo desarrollado?

Creo que esto se debe a que Colombia vive, de manera más directa, el problema y a que tenemos una urgencia mayor de encontrar defensas. Si se fija en un mapa de territorios minados, ninguno de los países desarrollados padece este problema.

Resulta paradójico que el hallazgo de las plantillas antiminas ocurra cuando se está negociando un proceso de paz en el cual uno de los puntos de acuerdo es el de la suspensión de la plantación de ese tipo de armas y otro, el desminado ¿Su invento llega cuando su utilidad será limitada en el tiempo?

El desminado humanitario en Colombia lleva cerca de una década y hasta el momento no se ha suspendido la plantación de minas por parte de las guerrillas. Por ahora, hay un plan piloto para que unos miembros de las Farc señalen en dónde se encuentran algunos campos ‘sembrados’. Ojalá las plantillas no fueran necesarias pero, lastimosamente, estos inventos son necesarios en países como Colombia. Un ejemplo del grado de dificultad de este tipo de problemas, es el de Vietnam donde hace más de 40 años se acabó el conflicto y todavía siguen cayendo personas víctimas de las minas.

Minas, desminado y plantillas antiminas

Esta semana el país se conmovió cuando Ingrid, una pequeña de apenas siete años falleció, destrozado su cuerpo, al pisar una mina antipersonal que estaba ‘sembrada’ en el camino de la escuela a su vivienda, en la vereda Aguaclara, municipio Buenos Aires, de uno de los departamentos que más ha sufrido la guerra: Cauca. Ingrid era alumna de segundo de primaria y encontró la muerte a unos pocos metros de la casa en donde vivía con sus padres y sus tres hermanos. Por una paradójica y dolorosa coincidencia, esta semana también ocurrieron otros dos hechos relacionados con las minas quiebrapatas: el anuncio del inicio del plan piloto de desminado humanitario, por acuerdo entre el gobierno y las Farc en el marco del proceso de paz, en la vereda El Orejón del municipio de Briceño, al norte de Antioquia. Y el premio Innovador del año en Colombia al joven investigador de la universidad Eafit, de Medellín, Mauricio Betancur, por su invento de unas plantillas con blindaje antiminas que evitarán muchas muertes o cercenamientos de piernas. El anuncio de las Farc en el sentido de que suspenden el cese unilateral del fuego, hará, tal vez, imposible, la activación del desminado y, en cambio, le dará mayor utilidad al producto de Betancur.

“Se entregarán cien pares de plantillas”

¿Cuál premio ganó y cuáles eran las condiciones para obtenerlo?

Recibí el premio innovador del año para Colombia por las plantillas. Es un reconocimiento a una trayectoria de investigación y, en particular, a un producto que sea innovador en un campo específico. La recompensa de obtener este premio es la visibilidad pública que logra el proyecto y no tiene estímulos económicos. Participan menores de 35 años que presenten una creación de impacto global y que demuestren la seriedad de su trabajo. Se recibieron 200 postulaciones. Hubo una selección de las diez mejores y escogieron dos para otorgar galardones en diferentes categorías: uno fue para innovación en temas sociales y, otro, el que me dieron.

¿Cuánto costarán en el mercado nacional e internacional?

El precio es único y se ha fijado en $50 dólares.

¿Cuándo estarán disponibles en el mercado?

El segundo semestre de 2016.

¿Cuándo se comercializarán?

Por ahora está financiado un plan piloto en Antioquia. Junto con la Gobernación, vamos a entregar cien pares de plantillas a personas que viven en zonas ‘sembradas’ con minas. La Gobernación sabe dónde están las víctimas potenciales y dónde pueden presentarse estos casos. Por eso, les dará prioridad.

Por Cecilia Orozco Tascón

 

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