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Poesía “Al desnudo”: Fermina Ponce

Fermina Ponce lleva los versos en las venas. Para ella, cada publicación es como desnudarse ante su lector, pero principalmente someterse a las críticas que hoy la consideran una de las escritoras más representativas del país en el exterior.

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26 de abril de 2016 - 04:41 a. m.
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¿Cómo nació su interés por la poesía?

Cuando alguien tiene interés en la música, en el teatro o en lo que sea, simplemente lo expresa, siente un impulso más fuerte que sí mismo que lo lleva hacia esa dirección. El tiempo, la práctica, la constancia, el estudio demuestran si ese interés es real o no. La pasión no aparece de la noche a la mañana, como un antojo o un capricho. La poesía nació en Fermina el día que Fermina nació en ella. Es algo sin fecha ni hora, simplemente las palabras se unieron.

¿Desde un comienzo tuvo claro que el tema que quería abordar era el de la desnudez?

Cuando la organización de los poemas tomó forma de manuscrito, recuerdo que sentí un frío que me recorrió la espalda. La sola idea de compartir algo tan íntimo como “mis poemas” era como parir en público, en la mitad de la calle y sin nada puesto. Por eso siempre digo que se necesita valentía y estupidez, al mismo tiempo, para escribir. El proceso mismo me llevó a esa desnudez del “aquí estoy” y por otro lado a ese “exorcizarme” y mostrar algo de lo que soy.

Precisamente, ¿cómo lo aborda?

Hablo de la desnudez, no sólo la física, la cual requiere gran valentía, pues una vez en cueros te enfrentas a ti mismo, a muchas ideas preconcebidas, a miedos, a las imperfecciones, a momentos placenteros y otros no tanto. Al desnudo habla de quitarse las máscaras por un instante e invitarse a uno mismo a mirarse en el espejo, tal cual, desde su realidad humana y dual. Es autodescubrimiento, redescubrimiento,, es la evocación de historias de amantes que extraemos de la literatura, de las calles, de instantes que pasan por ahí vestidos de color o blanco negro. Es eso.

¿Qué tanto hay de Fermina Ponce en su último libro, “Al desnudo”?

Todo, porque es contado desde mi perspectiva poética. Lo mismo que hay todo de Gabriel García Márquez en “Memorias de mis putas tristes” o todo hay en cada libro de su autor. Ahora, ¿qué tanto hay de mi vida en este libro? Algo, de lo contrario estaría vacío. No es lo mismo escribir desde lo que uno imagina que se pensaría o sentiría, a escribir algo que uno crea, pero sabe cómo es en realidad. Son dos cosas totalmente distintas.

¿Qué es lo más difícil de escribir?

Sacar las primeras hojas del manuscrito del cajón. Ese sí es un trago dulce y amargo que se toma a palo seco. Y eso fue lo que hice: bebérmelo desde la botella de vino tinto que tenía al lado. Y así lo empecé a parir a versos. En el proceso de escribir y editar se requieren cuatro cosas: leer, escribir, borrar y repetir. Voy a confesarme, sufro de impaciencia, perfeccionismo y a veces de querer controlar muchas cosas. Eso me hizo pelear con Fermina varias veces. Dejé de escribir por unos meses hasta que me reconcilié con mis fisuras y decidí ser más generosa conmigo misma.

¿Y de publicar?

Es otra historia. Hay que ser valiente, persistente, arrojado y tocar muchas puertas. Siempre he creído que cuando te dicen no significa “vaya al siguiente”. Eso sí, antes de considerar mi manuscrito listo para ser publicado lo sometí a la crítica de personas objetivas, exigentes, de mi absoluto respeto y que sabía no me iban a dorar la píldora. Enviar “Al desnudo” a que fuera leído y criticado fue, realmente, estar al desnudo y empelota.

¿Qué comentarios ha recibido?

Hasta el momento me siento halagada y sin palabras con los comentarios que “Al desnudo” ha recibido. En Colombia, Juan Gossaín, el expresidente Belisario Betancur y su esposa, Dalita Navarro, y el periodista Javier Contreras. En España, el escritor y filólogo Santiago López Navia y mi prologuista, el dramaturgo Carlos García Ruiz. Esto me pone en una posición de gran compromiso literario, pues cada uno de ellos, a quienes admiro y respeto, se ha tomado el tiempo para leerme, quiere decir que mi camino de aprendizaje apenas comienza y sólo puedo seguir exigiéndome cada vez más. Ese es el nombre del juego.

¿Qué significado tiene para usted la desnudez?

Desnudar… ¡qué cosa más bella!, ¿verdad? Desde todo punto de vista, la desnudez es el estado más puro del ser humano, en su esencia. Nada más valiente y vulnerable que la desnudez, desde el punto de vista que la quieras ver, porque está llena de imperfecciones y eso la hace bella.

“nos desnudamos, nos

anudamos, cerramos los ojos para negarnos y en límite entre su piel y la noche puse mi mano”.

José Manuel Arango.

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