Rafael Dussan y Raúl Ballesteros, dibujando a Cartagena “Entre líneas”

Al poco tiempo de ingresar a la sala alterna de exposiciones del Centro de Formación de la Cooperación Española, en Cartagena de Indias, se puede leer, en letras negras y sobre los cuatro lados de una de las columnas blancas que componen la estructura de este lugar, fragmentos del texto que define el trasfondo de la muestra artística actualmente allí instalada: “El frágil equilibrio de la vida está en juego: una constante lucha entre la presencia humana y las silenciosas fuerzas de la naturaleza, cada vez más vulnerables y en riesgo / En ese juego se acrecientan las brechas sociales y se perfilan los excluidos y marginados en tanto emergen algunos depredadores urbanísticos, entre otros / Desde el lenguaje del dibujo construido con gestos, líneas y trazos, hemos querido manifestar / Esa conexión innegable que nos une a todos con todo, en donde tanto lo ambiental como lo socioeconómico están profundamente entrelazados”.

Al poco tiempo de ingresar a la sala alterna de exposiciones del Centro de Formación de la Cooperación Española, en Cartagena de Indias, se puede leer, en letras negras y sobre los cuatro lados de una de las columnas blancas que componen la estructura de este lugar, fragmentos del texto que define el trasfondo de la muestra artística actualmente allí instalada: “El frágil equilibrio de la vida está en juego: una constante lucha entre la presencia humana y las silenciosas fuerzas de la naturaleza, cada vez más vulnerables y en riesgo / En ese juego se acrecientan las brechas sociales y se perfilan los excluidos y marginados en tanto emergen algunos depredadores urbanísticos, entre otros / Desde el lenguaje del dibujo construido con gestos, líneas y trazos, hemos querido manifestar / Esa conexión innegable que nos une a todos con todo, en donde tanto lo ambiental como lo socioeconómico están profundamente entrelazados”.

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“Entre líneas” es el nombre de la intervención artística (dibujos sobre muros) que realizaron Rafael Dussan y Raúl Ballesteros en este espacio en el que, podría decirse, no por arte de magia, si no por la magia del arte, crearon una especie de cueva de Altamira moderna: una invitación a la contemplación y a la reflexión a través de diferentes paisajes del entorno que habitan; dos visiones con un mismo sustento conceptual: la protección y la conservación del medio ambiente, en todas las acepciones que éste encierra. Para conocer más sobre las motivaciones y el proceso creativo de este trabajo, El Espectador charló con sus autores.

¿Cómo nació el proyecto para intervenir algunos de los muros del Centro de Formación de la Cooperación Española (CFCE) en Cartagena de Indias?

Rafael Dussan: Sofía Mata, la directora, junto con Patricia Giraldo, la encargada de la parte Cultural del centro histórico, nos hicieron la propuesta centrada en el lenguaje artístico fundamental nuestro: el dibujo. Un trabajo que fuera, además, a cuatro manos; trabajo suelto y expresivo, un diálogo artístico y creador con un tema común, nuestra lectura de Cartagena de Indias.

Raúl Ballesteros: Este proyecto también contaba con la idea de inaugurar un nuevo espacio expositivo o una sala alterna de exhibiciones en el Centro de Formación de la Cooperación Española.

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¿Cuál es, a grandes rasgos, la temática de la obra Entre líneas?

Raúl Ballesteros: La temática principal de la obra Entre-Líneas es la ciudad de Cartagena y sus complejidades.

Rafael Dussan: Raúl y yo decidimos centrarnos en dos temas fundamentales que sustentan el tema general de la intervención. Por un lado, Raúl viene trabajando desde hace unos años el tema urbano de una “Cartagena Parapeto”, de una Cartagena marginada y separada del resto privilegiado: un Apartheid claramente palpable. Es así como desde el dibujo de cada uno, generamos un encuentro de estilos y sensibilidades, con ese lenguaje de la línea, la mancha, el trazo, en donde lo urbano y lo natural se entremezclan lanzando gritos de denuncia y emergencia.

¿Cuáles fueron los elementos comunes que les facilitó ejecutar una obra en conjunto?

Rafael Dussan: Básicamente la pasión por el dibujo y el amor hacia Cartagena.

Raúl Ballesteros: Uno de los elementos en común para la realización de este proyecto fue el interés mutuo por reflejar la ciudad misma y el trabajo previo que veníamos realizando en nuestra obra sobre Cartagena de Indias. Otro elemento que facilitó la realización fue el lenguaje y técnica soportada en el dibujo con materiales como lápices y carboncillo.

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¿Qué diferencia fundamental encontraron entre desarrollar un trabajo individual y uno colectivo?

Rafael Dussan: Lograr una afinidad en los elementos de la composición y armonía del trabajo en medio de las variantes de calidad de línea y trazo con la fuerza de las intensidades de las mismas. Esto determina que en un trabajo individual es mas cómodo permanecer en un mismo lenguaje, trabajar con otro artista implica ser flexible, permeable, humilde, exige movimientos aún más creativos, ya que la tendencia no siempre afortunada de ‘repetirse a sí mismo’ se ve removida y trastocada.

Raúl Ballesteros: Creo más bien que en este proyecto se fundieron los dos procesos, se comenzó por hacer una propuesta que se pensó desde lo colectivo, y en dicha propuesta se vinculó el ideal de ciudad que tenemos Rafael Dussan y yo. Luego, en el proceso de ejecución de la obra, se partió desde lo individual con el sello de cada uno, para luego fusionar los estilos y formas en un solo espacio y en un dialogo conceptual.

¿Qué mencionarían como una dificultad a la hora de ejecutar esta obra? Y en caso tal ¿cómo lo superaron?

Rafael Dussan: La única dificultad que tuvimos en este trabajo fue la intensidad y los valores en negro, que fueron más fuertes de una parte que de otra. Yo trabajé solo con carboncillo y pigmentos naturales (negro) mientras Raúl usó técnicas como vinilo y acrílico que daba una intensidad más fuerte a su composición en contraste con la parte que yo ejecuté.

Raúl Ballesteros: No sé si llamarlo dificultad, pero personalmente tuve una duda de incluir en mi proceso y obra, mensajes contundentes y directos al público, demasiado politizados pensaba yo, pero en conversación con Rafael Dussan llegábamos a conclusiones unánimes como, por ejemplo, que el arte está para cuestionar y asimismo invitar a la reflexión en torno a un contexto y así dejar un documento visual para la posteridad.

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El contexto, precisamente, en el que surge y se lleva a cabo una obra es muy importante. ¿Qué es para ustedes Cartagena de Indias?

Rafael Dussan: Cartagena es un ámbito urbano y cultural maravilloso, que ha sido vital para el desarrollo de nuestro trabajo artístico. Coincidimos en mirarla más allá de estereotipos e idealizaciones. Cartagena para mí es explosión de vida, de sensualidad, de luz, de humedad; es mestizaje maravilloso de pueblos y etnias, es música, danza, aves, peces, mar, ciénaga, cruce de caminos donde se dan, también, enormes abusos para perversas jugadas del narcotráfico y el turismo sexual.

Raúl Ballesteros: Como cartagenero de a pie, que recorre y percibe la ciudad me surgen muchas emociones encontradas, entre amor y odio. Cartagena para mí en este momento sería una olla de presión a punto de estallar, una fachada de cara a la galería, un potrero mal oliente. Pero, por el otro lado de la balanza, encontramos una cultura inmaterial rica en múltiples expresiones propias de una identidad cultural que se ha enriquecido y mezclado a lo largo del tiempo.

¿Cómo ha sido la interacción, hasta donde han podido percibir, del público con la obra?

Rafael Dussan: La obra ha impactado mucho, tanto por lo que percibimos el día de la inauguración como con las visitas guiadas y pedagógicas que hemos realizado. Siento que el público reconoce Cartagena en esta intervención.

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Raúl Ballesteros: Desde un comienzo creo que esta obra se pensó para ese público cartagenero que se encuentra muchas veces desconectado del lugar donde se encuentra la obra: el centro histórico de la ciudad. Desde la experiencia misma de las visitas guiadas que hemos hecho con público joven, adolescentes, niños y niñas de diferentes sectores y barrios populares de la ciudad, hemos sentido la conexión inmediata con la temática de la obra, teniendo en cuenta que son niños y niñas que tienen reflexiones más genuinas y espontaneas, llevándonos a hacer nuevas lecturas conceptuales de nuestra propia obra.