Sergio Ospina: un coleccionista de LEGO a quien armar un juguete le salvó la vida
Así fue como, con un juego, este periodista de profesión domó a un monstruo que crecía en su mente. Con 26 años descubrió que armar figuras de LEGO era la mejor salida para enfrentar la ansiedad y la depresión. En su hobbie ha invertido unos $25 millones.
Heylen Valentina González Argüello
En redes sociales es Brick Collector CO y en la cotidianidad es Sergio Ospina, un comunicador social y periodista que encontró en los LEGO una solución a los pensamientos negativos que abrumaban su vida.
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En redes sociales es Brick Collector CO y en la cotidianidad es Sergio Ospina, un comunicador social y periodista que encontró en los LEGO una solución a los pensamientos negativos que abrumaban su vida.
Aunque antes ya se había acercado a la magia de los sets de LEGO, solo fue hasta la pandemia del COVID-19 cuando decidió que esa sería la forma de afrontar eso que él describe como un “monstruo gigante, negro, peludo y con ojos blancos”. Esos pequeños bloques de construcción, que al ponerlos juntos pueden crear edificios, carros, aviones, barcos y ciudades completas, hicieron un cambio en su forma de ver el poder de las redes sociales.
“Llegó un momento en el que consideré tomarme algún veneno o hacer algo para quitarme la vida”, afirma Ospina, quien sufrió los efectos de la pandemia debido a sus traumas y a un duelo por la muerte de su abuela que en su momento no pudo procesar de la mejor manera.
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Acudió a un psiquiatra después de pensar en el suicidio. El profesional le sugirió buscar un pasatiempo, un refugio en algo que lo distrajera de las malas noticias por las muertes del COVID, y del encierro. Su solución fue construir LEGOs. “Para demostrarme a mí mismo que sí podía”, dice en entrevista para El Espectador. Hace seis meses dejó de asistir a terapia. “Los servicios de salud mental son muy costosos, y la EPS da citas cada 3 o 4 meses”. Armar piecillas de plástico hasta darle alguna forma real, es su terapia.
De periodista a creador de contenido
Ospina quiso ser periodista de guerra. Estuvo nominado a la mejor fotografía periodística en los Premios Simón Bolívar en 2015 por la imagen de una profesora haciendo un cacerolazo con un mico de juguete. Cubrió marchas, eventos políticos, desmanes en Bogotá e incluso, fue parte del equipo de trabajo para la campaña política a la presidencia de Humberto de la Calle con quien recorrió Colombia. Tras estar inmerso en el frenesí del mar informativo y después de cerrar un ciclo como reportero, incursionó en mundo del marketing digital.
El dueño de El Reino del Coleccionista, como fue constituida legalmente su empresa en Colombia, cuenta que su primer LEGO, un Bugatti Chiron, era un carro de 3.599 piezas. Fue su primer impulso: “Dije: “si puedo con esto, puedo con lo que sea” y lo armé en tres días”.
“Mis conocimientos en marketing digital los complementé con el uso de las herramientas. Que, finalmente, eso es lo que son las redes sociales: herramientas”, agrega Ospina, quien explotó sus capacidades para crear una comunidad única en Colombia.
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Su casa, que comparte con su pareja y su mascota, es un territorio lleno de detalles. En dos habitaciones guarda sus construcciones, Su colección tiene una granja, una ciudad, una montaña rusa y hasta una versión del Titanic hecha completa en piezas de construcción.
Entrar y conocer su mundo, para quien no es cercano a la magia de estos juguetes, puede reducirse es ver un montón de piezas con colorcitos, una encima de la otra, que ocupan un espacio, pero Sergio Ospina tiene inventariada en su mente conoce cada parte de su colección. Reconoce cada parte de sus sets e imagina y crea algo nuevo, siempre que puede, para añadir a la sociedad que está construyendo encima de dos mesas plegables.
Los juguetes son más que diversión, son una salvación
Las críticas nunca estuvieron alejadas de su realidad y aunque incluso, su mamá tuvo dudas de su afición a las piezas de construcción, fue él quien demostró que era más que un pasatiempo. En redes sociales le han dicho que es un desocupado, que no conseguiría novia por jugar con LEGOs, que no trabaja o que está perdiendo el tiempo, y aunque al inicio se tomaba personal cada comentario, decidió, tras un año de ser creador de contenido, que nada lo iba a afectar.
“La solución es vacilarlos el doble de como ellos me vacilan a mí. Tengo dos opciones, responderles o bloquearlos y mandarlos a la basura, y he optado por seguir la segunda opción”.
Su vida personal no se ha visto afectada. Trabaja de 7:00 a.m. a 5:00 p.m. en una empresa en el área de marketing y de 6:00 p.m. a 2: 00 a.m. trabaja en el Reino del Coleccionista. Los sábados estudia para prepararse como piloto de aviones comerciales, otra de sus aficiones.
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La inversión que va más allá del tiempo
En números, Sergio Ospina ha invertido alrededor de $ 25 millones en su colección completa, en la que reúne LEGOs, carros y aviones a escala y funkos, una versión cabezona y animada de personajes de series y películas.
Para armar una sección de su granja gigante, tiene que invertir un poco más de $300 mil y usar todo su ingenio y conocimiento para crear una pieza única en su casa. Una pequeña figura, que no mide más de 1 centímetro, podría costar $100 mil, dependiendo de la complejidad y exclusividad de la pieza. Un edificio para añadir a su ciudad de juguete podría valer hasta $4 millones. “Empecé a ver en esto, no como una forma de gastar plata, sino un nuevo hobbie que me gustaba muchísimo”.
Aún lo abruma ser reconocido en la calle como “el de TikTok”, pues la fama es un territorio desconocido. Empezó a ver los frutos de su trabajo en noviembre de 2023. Ese monstruo negro y de ojos blancos, ya no es tan gigante como lo era en 2020, pero lo sigue acompañando, la diferencia es que ahora, permanece en una jaula.
“Soy consciente de la felicidad que esto me causa, pero a veces los problemas de la vida tratan de hacer olvidar esos detalles bonitos”.
El Reino del Coleccionista se convirtió en la comunidad embajadora reconocida por LEGO en Colombia, un título que recibió entre cientos de personas que se postulan a diario.
Su abuela, quien no lo pudo ver graduarse, es su mayor inspiración. Ella y su mamá, afirma, lucharon tenazmente por verlo triunfar y lograr sus sueños. Hoy lo está logrando. Hasbro, Pepe Ganga, Lego Colombia y McDonald’s han sido algunas de las marcas con las que ha podido trabajar.