“Tajo a tajo”, una lucha trans escrita por Juan Sebastián Gaviria
En 239 páginas el escritor narra la dualidad de Adam, que en la búsqueda de su identidad sexual perderá su trabajo como camionero, su sitio en la sociedad, y la custodia de su hijo.
Juan Sebastián Gaviria, novelista y escritor de “Tajo a tajo”, relata la historia de Adam, quién necesita conseguir, a toda costa, dinero para su cirugía de reasignación de sexo. Sin embargo, un terrible accidente en un cruce fronterizo de narcotráfico le gana una prolongada estadía en la cárcel.
(Lea también: “Las horas más oscuras de mi vida”: Shakira sobre su separación de Piqué)
Además de tener una fuerte pasión por la escritura, Juan Sebastián Gaviria también posee un gran amor y conocimiento por forjar cuchillos desde que era niño. Participó y fue ganador en la quinta temporada del reality, “Desafío sobre fuego Latinoamérica”.
Más allá de querer mostrar una lucha por el reconocimiento de los derechos LGBTIQ, el autor también hace un gran énfasis en el desarrollo de la individualidad del ser humano.
En entrevista con El Espectador, Juan Sebastián habla acerca de qué lo inspiró para escribir esta historia de una lucha trans, cuáles son sus próximos proyectos y cómo fue su experiencia en el reality de History Channel.
¿Qué lo motivó a escribir “Tajo a tajo”?
Cuando comencé a diagramar esa historia, las personas transgénero apenas empezaban a ocupar un espacio en la cultura, y sentí una urgencia por comprender a fondo la psicología de quienes se rebelan contra su anatomía. Más adelante me di cuenta de que no estaba escribiendo una novela LGTBIQ, sino un himno al individualismo.
(Le recomendamos: César Mora, en escena en un montaje sui géneris)
¿Cómo se concibe el libro? (el proceso de investigación)
Investigué muchísimo. Leí artículos médicos sin parar, hasta tener una comprensión básica de los pasos que una persona trans debe seguir para llevar a cabo su transición total. También leí algunos manuales sobre peleas a cuchillo, y algunos documentos sobre el funcionamiento del cartel de Juárez en la frontera con Estados Unidos.
¿Cómo define su literatura?
Como literatura honesta. Al escribir, no trato de denunciar, sino de comprender. Sé que mis libros son honestos, porque encuentro en ellos verdades que me duelen y me afectan mucho, pero que deben ser mencionadas. Y quizás, hasta celebradas.
¿Quién es Adam?
Adam somos todos. Más que la heroína transgénero de “Tajo a tajo”, es esa parte de nosotros que desea transformarse, evolucionar, y que se estrella de frente con un mundo que demanda obediencia.
¿Por qué se dice que “Tajo a tajo” es tan afilado como los cuchillos que fabrica?
Porque jamás he escrito un libro que no sea peligroso. Para valer algo, la literatura debe cortar.
¿Por qué lo llamó “Tajo a tajo”?
El título Tajo a tajo funciona en dos planos. Por un lado, es tajo a tajo que el mundo, nuestros enemigos, las adversidades y tropiezos nos van quitando pedazos, y por el otro, también es tajo a tajo que nos desprendemos de esas partes de nosotros que nos pesan, y así nos liberamos.
(Lea también: Claudia López se pronuncia frente a negociaciones de Harry Styles al Campín)
Ya está preparando otro libro, ¿Puede adelantarnos algo?
Saldrá el próximo año con la editorial Planeta, y es la crítica más fuerte que he escrito contra el cristianismo y sus ideales de perdón y compasión. En un tiempo de delicadezas e idealismos como en el que vivimos, creo que va a causar un par de terremotos.
Otra de sus grandes pasiones aparte de escribir es el arte de la forja, ¿De dónde nace esta afición?
Desde que era niño comencé a coleccionar navajas. Hay algo en las armas blancas que me fascina. Su silencio, su estética, su brillo. Desde hace cinco años fabrico cuchillos, y lo hago bajo el principio de que el cuchillo debe ser una forma de expresión humana.
Acaba de ganar “Desafío sobre fuego” ¿Por qué decidió meterse en este reality?
Porque estoy demasiado loco, y quería someterme a pruebas que, sinceramente, jamás pensé que podría superar.
¿Cómo describe esa experiencia?
Forjar en “Desafío sobre fuego Latinoamérica” es como hacer cuchillos en medio de un tiroteo. La presión es absurda. El set de ese programa solo puede ser descrito como el lejano oeste de la cuchillería.
¿Cuál es su técnica?
Luchar a muerte para habitar el instante presente. Tanto en la escritura como en la forja. Todo es una batalla por existir plenamente, aunque sea por un corto instante.
(Le recomendamos: Elton John dará concierto en la Casa Blanca)
Usted es un escritor empírico, que jamás fue a una facultad de literatura, y va por su séptimo libro publicado. Jamás recibió clases de forja, y se ganó el “Desafío sobre fuego” LATAM. ¿Qué dice esto sobre su relación con la academia?
Mi relación con la academia es inexistente. No los necesito, y eso ya quedó probado. Los profesores son intermediarios prescindibles, y si uno quiere aprender a escribir, o a forjar cuchillos, sólo tiene que hacerlo con pasión, y como si fuese cuestión de vida o muerte. Porque, a la larga, lo es.
Cuando uno piensa en un escritor que hace cuchillos, la imagen que viene a la mente es bien salvaje. ¿Cómo es su día a día?
Mi vida diaria gira en torno a mis hijas y mi esposa, que son quienes me mantienen en pie, casi cuerdo, y feliz de estar vivo. No concibo encerrarme a escribir o ir a forjar sin tenerlas a ellas a mi lado.
Juan Sebastián Gaviria, novelista y escritor de “Tajo a tajo”, relata la historia de Adam, quién necesita conseguir, a toda costa, dinero para su cirugía de reasignación de sexo. Sin embargo, un terrible accidente en un cruce fronterizo de narcotráfico le gana una prolongada estadía en la cárcel.
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Además de tener una fuerte pasión por la escritura, Juan Sebastián Gaviria también posee un gran amor y conocimiento por forjar cuchillos desde que era niño. Participó y fue ganador en la quinta temporada del reality, “Desafío sobre fuego Latinoamérica”.
Más allá de querer mostrar una lucha por el reconocimiento de los derechos LGBTIQ, el autor también hace un gran énfasis en el desarrollo de la individualidad del ser humano.
En entrevista con El Espectador, Juan Sebastián habla acerca de qué lo inspiró para escribir esta historia de una lucha trans, cuáles son sus próximos proyectos y cómo fue su experiencia en el reality de History Channel.
¿Qué lo motivó a escribir “Tajo a tajo”?
Cuando comencé a diagramar esa historia, las personas transgénero apenas empezaban a ocupar un espacio en la cultura, y sentí una urgencia por comprender a fondo la psicología de quienes se rebelan contra su anatomía. Más adelante me di cuenta de que no estaba escribiendo una novela LGTBIQ, sino un himno al individualismo.
(Le recomendamos: César Mora, en escena en un montaje sui géneris)
¿Cómo se concibe el libro? (el proceso de investigación)
Investigué muchísimo. Leí artículos médicos sin parar, hasta tener una comprensión básica de los pasos que una persona trans debe seguir para llevar a cabo su transición total. También leí algunos manuales sobre peleas a cuchillo, y algunos documentos sobre el funcionamiento del cartel de Juárez en la frontera con Estados Unidos.
¿Cómo define su literatura?
Como literatura honesta. Al escribir, no trato de denunciar, sino de comprender. Sé que mis libros son honestos, porque encuentro en ellos verdades que me duelen y me afectan mucho, pero que deben ser mencionadas. Y quizás, hasta celebradas.
¿Quién es Adam?
Adam somos todos. Más que la heroína transgénero de “Tajo a tajo”, es esa parte de nosotros que desea transformarse, evolucionar, y que se estrella de frente con un mundo que demanda obediencia.
¿Por qué se dice que “Tajo a tajo” es tan afilado como los cuchillos que fabrica?
Porque jamás he escrito un libro que no sea peligroso. Para valer algo, la literatura debe cortar.
¿Por qué lo llamó “Tajo a tajo”?
El título Tajo a tajo funciona en dos planos. Por un lado, es tajo a tajo que el mundo, nuestros enemigos, las adversidades y tropiezos nos van quitando pedazos, y por el otro, también es tajo a tajo que nos desprendemos de esas partes de nosotros que nos pesan, y así nos liberamos.
(Lea también: Claudia López se pronuncia frente a negociaciones de Harry Styles al Campín)
Ya está preparando otro libro, ¿Puede adelantarnos algo?
Saldrá el próximo año con la editorial Planeta, y es la crítica más fuerte que he escrito contra el cristianismo y sus ideales de perdón y compasión. En un tiempo de delicadezas e idealismos como en el que vivimos, creo que va a causar un par de terremotos.
Otra de sus grandes pasiones aparte de escribir es el arte de la forja, ¿De dónde nace esta afición?
Desde que era niño comencé a coleccionar navajas. Hay algo en las armas blancas que me fascina. Su silencio, su estética, su brillo. Desde hace cinco años fabrico cuchillos, y lo hago bajo el principio de que el cuchillo debe ser una forma de expresión humana.
Acaba de ganar “Desafío sobre fuego” ¿Por qué decidió meterse en este reality?
Porque estoy demasiado loco, y quería someterme a pruebas que, sinceramente, jamás pensé que podría superar.
¿Cómo describe esa experiencia?
Forjar en “Desafío sobre fuego Latinoamérica” es como hacer cuchillos en medio de un tiroteo. La presión es absurda. El set de ese programa solo puede ser descrito como el lejano oeste de la cuchillería.
¿Cuál es su técnica?
Luchar a muerte para habitar el instante presente. Tanto en la escritura como en la forja. Todo es una batalla por existir plenamente, aunque sea por un corto instante.
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Usted es un escritor empírico, que jamás fue a una facultad de literatura, y va por su séptimo libro publicado. Jamás recibió clases de forja, y se ganó el “Desafío sobre fuego” LATAM. ¿Qué dice esto sobre su relación con la academia?
Mi relación con la academia es inexistente. No los necesito, y eso ya quedó probado. Los profesores son intermediarios prescindibles, y si uno quiere aprender a escribir, o a forjar cuchillos, sólo tiene que hacerlo con pasión, y como si fuese cuestión de vida o muerte. Porque, a la larga, lo es.
Cuando uno piensa en un escritor que hace cuchillos, la imagen que viene a la mente es bien salvaje. ¿Cómo es su día a día?
Mi vida diaria gira en torno a mis hijas y mi esposa, que son quienes me mantienen en pie, casi cuerdo, y feliz de estar vivo. No concibo encerrarme a escribir o ir a forjar sin tenerlas a ellas a mi lado.