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Desde que concediera su primera entrevista al programa 'Good Morning Britain', las apariciones -pagadas- del padre de Meghan Markle se han convertido en un dolor de cabeza para la siempre rígida monarquía británica y, aún peor, parece que se van intensificando según pasa el tiempo. (Lea: Papá de Meghan Markle dice estar muy "preocupado" por ella)
Esta semana Reino Unido se despertaba con la noticia de que el suegro del príncipe Enrique había hablado largo y tendido con The Sun acerca de cómo la flamante duquesa de Sussex ya no respondía sus llamadas telefónicas y de su preocupación ante la presión a la que sospechaba que estaba siendo sometida su hija. Unos días después, el padre de Meghan volvió a hablar, pero en esta ocasión con el portal TMZ, un medio célebre por destapar los escándalos de las celebridades, para defender su comportamiento hasta la fecha y lanzar un claro mensaje: solo se callará cuando reciba el trato que cree merecer. (Lea: El padre de Meghan Markle no asistirá a la boda real, ¿Quién la llevará al altar?)
"Estuve callado durante todo un año y la prensa me destrozó a diario diciendo que era una especie de ermitaño que se escondía en México, así que conté mi historia. Al parecer esa entrevista hizo que la familia real se pusiera en silencio. Así que concedí otra para romper ese silencio", se justifica ahora el antiguo director de fotografía. "Lo único que deben hacer es hablar conmigo". (Lea: Meghan Markle y el príncipe Enrique devuelven regalos de boda por valor de siete millones de libras)
Creer que se convertirá en el mayor dolor de cabeza al que la monarquía británica se ha enfrentado en muchos años es una idea que divierte a Thomas Markle, quien en sus últimas declaraciones se quejaba de no haber sido invitado a conocer a la reina Isabel II, como sí tuvo oportunidad de hacerlo su exmujer y madre de Meghan.
"Mañana es mi cumpleaños, cumpliré 74 años. Y la verdad es que estoy disfrutando del hecho de que pueda callar a toda la monarquía y puede que incluso le arranque una carcajada a la Duquesa", ha bromeado con cierta amargura, quizá porque es consciente de que las probabilidades de que su hija elija precisamente ese día para retomar el contacto son escasas.