Un “Macbeth” colombiano en un lugar de La Mancha
A partir del texto de William Shakespeare, el Teatro Colón y la compañía Estable, bajo la dirección de Pedro Salazar, exhibieron con éxito su montaje en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, en España.
Juan Carlos Piedrahíta B.*
El Macbeth colombiano llegó hasta un lugar de La Mancha y se estableció en la tarima de la Antigua Universidad Renacentista en Almagro (España). El montaje, dirigido por Pedro Salazar, condensa los esfuerzos artísticos del Teatro Colón y de la compañía Estable, y fue uno de los platos fuertes de la delegación nacional, cuya presencia este 2018 ha marcado varios momentos ilustres.
La tarima es inmejorable, por tratarse de un texto basado en la obra de William Shakespeare, mientras que la puesta en escena tiene el suficiente riesgo, pero al mismo tiempo un respeto mayúsculo, como para resultar altamente aplaudida.
Las localidades no son consecutivas, por lo que las boleterías par e impar ingresan por costados opuestos. Las gradas ascendentes se van cubriendo con espectadores ansiosos, que a su vez deben limpiarse a cada instante el polvo que desprende una construcción de varios siglos atrás, como es la Antigua Universidad Renacentista. Sin duda, el escenario óptimo para albergar esta adaptación especial de Macbeth, estrenada en 2016 para conmemorar un centenario más de la muerte del genio inglés.
Pedro Salazar es el responsable de esta versión singular que se basa, según manifiesta el colombiano, en la esencia onírica del texto. Shakespeare ha sido una de las piedras angulares para el director; de ahí que ya haya elaborado piezas teatrales a partir de las creaciones del autor. No fue gratuito que su montaje de Macbeth tuviera pasaporte expreso hasta el viejo continente, para llamar la atención del público asistente a un certamen cultural que realiza su edición número 41, en la que Colombia es el invitado de honor.
“Creo que en este tipo de obras siempre puede haber relación entre la realidad objetiva que vivimos y el texto de Shakespeare. Cuando hice Otelo, buscamos las estructuras de poder en el contexto colombiano entre el gobierno central y lo que se vive en la costa Caribe. Para Macbeth nos concentramos en la fantasía que sale del texto. Él es un hombre que alucina y tiene visiones todo el tiempo y que, de alguna manera, está confrontando una realidad un poco distorsionada y por eso nos llamó la atención centrarnos en ese universo que viviera la pesadilla y que el tiempo no fuera lineal, racional ni objetivo, y en ese sentido generamos un universo propio con elementos de época”, aseguró Salazar.
El número de programas fue insuficiente, lo que causó algo de malestar en los espectadores internacionales, convocados en un recinto con arcos originales, que lo convierten en el lugar con la escenografía ideal para el desarrollo del teatro clásico en el aprovechamiento de los relatos anclados en el denominado “siglo de oro”.
Más de 15 actores en escena, un vestuario a veces gótico y lleno de elementos de fantasía y algunos efectos sonoros comandaron la infraestructura de un Macbeth de ida y vuelta, porque se originó en Europa, se consolidó en América y regresó al Viejo Mundo para abordar en imágenes buena parte de las problemáticas de los seres humanos.
“Para mí no hay dramaturgo con la profundidad humana de Shakespeare. Él toca lo más complejo del ser humano, que es su esencia y elementos que aún siguen vigentes, a pesar de los cambios en el mundo. Plantea algo más allá de la filología, la ética y las concepciones de la moda. Además tiene una trama muy entretenida, que leí por primera vez de pequeño, pero que estudié mucho en el Shakespeare and Company, en Massachusetts”, cuenta Salazar, quien además ha sido un apasionado del teatro musical.
Macbeth es un referente universal. Les habla al oído a los seres humanos sin importar su geografía o su época. Por eso, sobre esta versión colombiana se ha dicho: “No es la historia de Escocia; es la historia de un hombre que para aferrarse al poder se convierte en un abusador del mismo, coleccionando enemigos y destruyéndolos por todos los medios posibles: sobornándolos, chantajeándolos, confiscando sus tierras, aniquilando a sus familias, generando un régimen de horror desde lo que parecería ser la legitimidad. Pero el terror real de la obra va más allá de las acciones de Macbeth; está en que cualquiera de nosotros podría ser él”.
El Teatro Colón y la compañía Ensamble, con Pedro Salazar a la cabeza, mostraron su versión de Macbeth en un lugar de La Mancha que se llama Almagro, muy cerca de Madrid.
* El periodista viajó a España por invitación del Ministerio de Cultura de Colombia.
El Macbeth colombiano llegó hasta un lugar de La Mancha y se estableció en la tarima de la Antigua Universidad Renacentista en Almagro (España). El montaje, dirigido por Pedro Salazar, condensa los esfuerzos artísticos del Teatro Colón y de la compañía Estable, y fue uno de los platos fuertes de la delegación nacional, cuya presencia este 2018 ha marcado varios momentos ilustres.
La tarima es inmejorable, por tratarse de un texto basado en la obra de William Shakespeare, mientras que la puesta en escena tiene el suficiente riesgo, pero al mismo tiempo un respeto mayúsculo, como para resultar altamente aplaudida.
Las localidades no son consecutivas, por lo que las boleterías par e impar ingresan por costados opuestos. Las gradas ascendentes se van cubriendo con espectadores ansiosos, que a su vez deben limpiarse a cada instante el polvo que desprende una construcción de varios siglos atrás, como es la Antigua Universidad Renacentista. Sin duda, el escenario óptimo para albergar esta adaptación especial de Macbeth, estrenada en 2016 para conmemorar un centenario más de la muerte del genio inglés.
Pedro Salazar es el responsable de esta versión singular que se basa, según manifiesta el colombiano, en la esencia onírica del texto. Shakespeare ha sido una de las piedras angulares para el director; de ahí que ya haya elaborado piezas teatrales a partir de las creaciones del autor. No fue gratuito que su montaje de Macbeth tuviera pasaporte expreso hasta el viejo continente, para llamar la atención del público asistente a un certamen cultural que realiza su edición número 41, en la que Colombia es el invitado de honor.
“Creo que en este tipo de obras siempre puede haber relación entre la realidad objetiva que vivimos y el texto de Shakespeare. Cuando hice Otelo, buscamos las estructuras de poder en el contexto colombiano entre el gobierno central y lo que se vive en la costa Caribe. Para Macbeth nos concentramos en la fantasía que sale del texto. Él es un hombre que alucina y tiene visiones todo el tiempo y que, de alguna manera, está confrontando una realidad un poco distorsionada y por eso nos llamó la atención centrarnos en ese universo que viviera la pesadilla y que el tiempo no fuera lineal, racional ni objetivo, y en ese sentido generamos un universo propio con elementos de época”, aseguró Salazar.
El número de programas fue insuficiente, lo que causó algo de malestar en los espectadores internacionales, convocados en un recinto con arcos originales, que lo convierten en el lugar con la escenografía ideal para el desarrollo del teatro clásico en el aprovechamiento de los relatos anclados en el denominado “siglo de oro”.
Más de 15 actores en escena, un vestuario a veces gótico y lleno de elementos de fantasía y algunos efectos sonoros comandaron la infraestructura de un Macbeth de ida y vuelta, porque se originó en Europa, se consolidó en América y regresó al Viejo Mundo para abordar en imágenes buena parte de las problemáticas de los seres humanos.
“Para mí no hay dramaturgo con la profundidad humana de Shakespeare. Él toca lo más complejo del ser humano, que es su esencia y elementos que aún siguen vigentes, a pesar de los cambios en el mundo. Plantea algo más allá de la filología, la ética y las concepciones de la moda. Además tiene una trama muy entretenida, que leí por primera vez de pequeño, pero que estudié mucho en el Shakespeare and Company, en Massachusetts”, cuenta Salazar, quien además ha sido un apasionado del teatro musical.
Macbeth es un referente universal. Les habla al oído a los seres humanos sin importar su geografía o su época. Por eso, sobre esta versión colombiana se ha dicho: “No es la historia de Escocia; es la historia de un hombre que para aferrarse al poder se convierte en un abusador del mismo, coleccionando enemigos y destruyéndolos por todos los medios posibles: sobornándolos, chantajeándolos, confiscando sus tierras, aniquilando a sus familias, generando un régimen de horror desde lo que parecería ser la legitimidad. Pero el terror real de la obra va más allá de las acciones de Macbeth; está en que cualquiera de nosotros podría ser él”.
El Teatro Colón y la compañía Ensamble, con Pedro Salazar a la cabeza, mostraron su versión de Macbeth en un lugar de La Mancha que se llama Almagro, muy cerca de Madrid.
* El periodista viajó a España por invitación del Ministerio de Cultura de Colombia.