Una “Balita” por la paz
El escritor paisa León Octavio Osorno creó, hace 41 años, una caricatura que, hasta el día de hoy, invita a reflexionar sobre la tolerancia y el respeto en tiempos de reconciliación.
Jorge Consuegra, Libros y Letras
“Balita” cumplió, el pasado 9 de diciembre, 41 años de haber sido publicada. ¿Cómo surgió la caricatura?
Un día me encontré en la calle una bala sin disparar y allí sentí que esa bala se había escapado, porque no quería cumplir con la labor para la que había sido creada. Me había escogido, porque yo hacía historietas que publicaba en el diario Occidente de Cali.
A raíz de esa experiencia, “Balita” se publica en 1973 en el diario El País de Cali...
Sí, por gestión de Timmy Ashe, quien presentó algunos dibujos de la caricatura a Rodrigo Lloreda, el director del periódico. Desde ese tiempo la caricatura ha trabajado por una cultura de paz y convivencia.
Y cómo referente de buenas prácticas de convivencia. ¿Cómo ha sido la respuesta de los seguidores de “Balita”?
Ha sido maravillosa. En algunos colegios comenzaban clase leyendo el mensaje de “Balita” porque ella comenzó a salir en el año 88 como viñeta en la página editorial, por solicitud de Julio Riascos, quien había sido alcalde de Cali y pasó a dirigir la parte editorial del periódico.
Y además, ha trascendido al teatro...
Sí, en Manizales montaron una obra de teatro “Toda bala es perdida” dirigida por el médico pediatra Carlos Montoya, basada en uno de los libros de “Balita”. Me dijeron que en Ecuador también hicieron algo parecido, pero no la vi.
En época de Diálogos de Paz, ¿qué le aporta “Balita” al proceso?
No tanto, porque no ha sido invitada, pero sí al postconflicto donde puede retomar su campaña “Eduquémonos para la paz”, que comenzó en solitario hace más de 40 años.
Encontrarse una bala en la calle lo impulsó a hacer el personaje ¿Pero hubo otro motivo más literario?
Después que me encontré la bala en la calle, que todavía conservo, que fue el germen y el que me inspiró el personaje, conocí la crónica de Luis Tejada Cano “La canción de la bala” que me ayudó a redondear la filosofía de “Balita”.
¿La caricatura es, principalmente, una historieta para adultos?
Sí, porque son los adultos los principales agentes de la violencia. Entonces, a través de la caricatura se puede llevar un mensaje de solidaridad, convivencia pacífica, tolerancia. Esas son las mejores armas de las balas para construir una sociedad mejor. El cambio por las armas es un anacronismo.
En 41 años, ¿ha tenido algún tipo de restricción en la producción de “Balita”?
Sí y por decir algo que iba en contra de los interés del dueño del medio, fue expulsada del mismo donde había nacido a la luz pública. Por suerte “Balita” tiene más amigos que enemigos.
¿Cómo ha logrado que el personaje se mantenga vigente durante tanto tiempo?
Este personaje a pesar de que hace tantos años no sale en la prensa diaria, poco “mediática” como dicen ahora, se mantiene en el imaginario colectivo de la ciudad de Cali, que me acogió porque no soy nacido aquí.
¿Podría considerarse como un logro?
Sí, estar viva en medio de tanta violencia, pregonando por la necesidad de una cultura de paz.
¿Cómo descubrió esa vocación para dibujar?
Mi interés por la historieta nació en 1964, en Medellín, cuando cayó en mis manos una revista de Condorito, que todavía no salía en Colombia. Tuve un personaje con una estructura parecida que publiqué en el diario Occidente en el año 68 hasta el 72.
¿Quiénes son sus mayores referentes?
Por el tipo de historieta de reflexión, Quino, como también Rius. He sido admirador del trazo de Fontanarrosa y de Tabaré. En Colombia, mi maestro ha sido Calarcá, a quien le debo mucho.
“Balita” cumplió, el pasado 9 de diciembre, 41 años de haber sido publicada. ¿Cómo surgió la caricatura?
Un día me encontré en la calle una bala sin disparar y allí sentí que esa bala se había escapado, porque no quería cumplir con la labor para la que había sido creada. Me había escogido, porque yo hacía historietas que publicaba en el diario Occidente de Cali.
A raíz de esa experiencia, “Balita” se publica en 1973 en el diario El País de Cali...
Sí, por gestión de Timmy Ashe, quien presentó algunos dibujos de la caricatura a Rodrigo Lloreda, el director del periódico. Desde ese tiempo la caricatura ha trabajado por una cultura de paz y convivencia.
Y cómo referente de buenas prácticas de convivencia. ¿Cómo ha sido la respuesta de los seguidores de “Balita”?
Ha sido maravillosa. En algunos colegios comenzaban clase leyendo el mensaje de “Balita” porque ella comenzó a salir en el año 88 como viñeta en la página editorial, por solicitud de Julio Riascos, quien había sido alcalde de Cali y pasó a dirigir la parte editorial del periódico.
Y además, ha trascendido al teatro...
Sí, en Manizales montaron una obra de teatro “Toda bala es perdida” dirigida por el médico pediatra Carlos Montoya, basada en uno de los libros de “Balita”. Me dijeron que en Ecuador también hicieron algo parecido, pero no la vi.
En época de Diálogos de Paz, ¿qué le aporta “Balita” al proceso?
No tanto, porque no ha sido invitada, pero sí al postconflicto donde puede retomar su campaña “Eduquémonos para la paz”, que comenzó en solitario hace más de 40 años.
Encontrarse una bala en la calle lo impulsó a hacer el personaje ¿Pero hubo otro motivo más literario?
Después que me encontré la bala en la calle, que todavía conservo, que fue el germen y el que me inspiró el personaje, conocí la crónica de Luis Tejada Cano “La canción de la bala” que me ayudó a redondear la filosofía de “Balita”.
¿La caricatura es, principalmente, una historieta para adultos?
Sí, porque son los adultos los principales agentes de la violencia. Entonces, a través de la caricatura se puede llevar un mensaje de solidaridad, convivencia pacífica, tolerancia. Esas son las mejores armas de las balas para construir una sociedad mejor. El cambio por las armas es un anacronismo.
En 41 años, ¿ha tenido algún tipo de restricción en la producción de “Balita”?
Sí y por decir algo que iba en contra de los interés del dueño del medio, fue expulsada del mismo donde había nacido a la luz pública. Por suerte “Balita” tiene más amigos que enemigos.
¿Cómo ha logrado que el personaje se mantenga vigente durante tanto tiempo?
Este personaje a pesar de que hace tantos años no sale en la prensa diaria, poco “mediática” como dicen ahora, se mantiene en el imaginario colectivo de la ciudad de Cali, que me acogió porque no soy nacido aquí.
¿Podría considerarse como un logro?
Sí, estar viva en medio de tanta violencia, pregonando por la necesidad de una cultura de paz.
¿Cómo descubrió esa vocación para dibujar?
Mi interés por la historieta nació en 1964, en Medellín, cuando cayó en mis manos una revista de Condorito, que todavía no salía en Colombia. Tuve un personaje con una estructura parecida que publiqué en el diario Occidente en el año 68 hasta el 72.
¿Quiénes son sus mayores referentes?
Por el tipo de historieta de reflexión, Quino, como también Rius. He sido admirador del trazo de Fontanarrosa y de Tabaré. En Colombia, mi maestro ha sido Calarcá, a quien le debo mucho.