13 de marzo de 2015 - 08:54 p. m.
Viviendo de la actuación
Carlos Muñoz será reconocido hoy en la 31ª versión de los Premios India Catalina. El actor recuerda la poesía que le enseñó su padre a los 12 años, con la que ganó un concurso de televisión.
Un Chat con..
El santandereano Carlos Muñoz es recordado por sus personajes en novelas como “El encantador” y “Caballo viejo”. /Cortesía: Caracol TV
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Ha recibido muchos reconocimientos, pero ¿por qué pensó que nunca recibiría el Víctor Nieto?
Porque, aunque tengo muchos premios a toda una vida, este tiene un significado muy especial porque Víctor Nieto fue mi amigo desde que fundó el Festival de Cine de Cartagena, hace 55 años.
¿Cuál es el momento que recuerda con mayor alegría junto a Víctor Nieto?
De esos 55 años he estado en 45. Me sentía casi parte del inventario del festival, y lo más grato era reencontrarnos, darnos un fuerte abrazo y ver su sonrisa transparente.
Su padre, el también actor José Antonio Muñoz, Muñocito, le inculcó esta profesión. ¿Cuál fue la mejor lección que le dejó?
Él me daba indicaciones y me corregía. A los 12 años me gané un concurso nacional de televisión realizado por el Ministerio de Educación Nacional por una poesía que me enseñó. Recuerdo que me paraba encima de una mesa y me decía cómo debía hacerlo.
¿Qué poesía era?
No recuerdo el nombre, era una épica sobre la entrada de Simón Bolívar a la capital después de ganar la batalla de Boyacá. Decía: “Es Bolívar el que viene, ha vencido en Boyacá y loca la gente está...”. ¡Qué memoria! Aún recuerdo ese pedacito.
Con 70 años de carrera artística, ¿cuál ha sido el momento más difícil?
Que esta profesión no tiene una continuidad laboral. Por ejemplo, desde que terminé la novela ¿Dónde carajos está Umaña? llevo dos años sin hacer nada.
Ha trabajado en teatro, televisión y cine. ¿Con cuál se queda?
Los actores debemos estar preparados para enfrentar cualquier modalidad. Además, no podría decir que me quedo con tal porque me muero de hambre (risas).
¿Qué extraña de la televisión que hacía antes?
Las novelas familiares que se hacían hace 20 o 25 años, y que no saliera tanto capo. Es bueno volver a hacer esas novelas donde todos se sentaban a disfrutar. Ahora no se puede ver televisión en familia porque son muerte, sangre, dolor y sicarios.
¿Qué les diría a las nuevas generaciones de actores?
Que si toman con seriedad esta profesión llegarán a ser maravillosos, pero si lo hacen solamente por buscar fama o popularidad están en el lugar equivocado. La esencia de esta profesión es sacrificio, estudio, trabajo y dedicación.
Aparte de la actuación, ¿qué otro arte lo ha acompañado en la vida?
Me encantan todas las expresiones artísticas porque la sensibilidad es la materia prima de mi trabajo. Pero aunque he tenido que cantar para algunos personajes, la verdad no tengo mucha facilidad. Mi dicho es que desafino hasta dando una razón.
De no haber sido actor, ¿qué le hubiera gustado ser?
Aunque he incursionado eventualmente en la política, porque la vida me ha llevado por ese camino, siempre he dicho que nací siendo actor y voy a morir siendo actor.
¿Qué lo pone de mal humor?
Soy muy tranquilo y analítico, pero lo que me pone de mal genio es la intransigencia de la gente.
El santandereano Carlos Muñoz es recordado por sus personajes en novelas como “El encantador” y “Caballo viejo”. /Cortesía: Caracol TV
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Ha recibido muchos reconocimientos, pero ¿por qué pensó que nunca recibiría el Víctor Nieto?
Porque, aunque tengo muchos premios a toda una vida, este tiene un significado muy especial porque Víctor Nieto fue mi amigo desde que fundó el Festival de Cine de Cartagena, hace 55 años.
¿Cuál es el momento que recuerda con mayor alegría junto a Víctor Nieto?
De esos 55 años he estado en 45. Me sentía casi parte del inventario del festival, y lo más grato era reencontrarnos, darnos un fuerte abrazo y ver su sonrisa transparente.
Su padre, el también actor José Antonio Muñoz, Muñocito, le inculcó esta profesión. ¿Cuál fue la mejor lección que le dejó?
Él me daba indicaciones y me corregía. A los 12 años me gané un concurso nacional de televisión realizado por el Ministerio de Educación Nacional por una poesía que me enseñó. Recuerdo que me paraba encima de una mesa y me decía cómo debía hacerlo.
¿Qué poesía era?
No recuerdo el nombre, era una épica sobre la entrada de Simón Bolívar a la capital después de ganar la batalla de Boyacá. Decía: “Es Bolívar el que viene, ha vencido en Boyacá y loca la gente está...”. ¡Qué memoria! Aún recuerdo ese pedacito.
Con 70 años de carrera artística, ¿cuál ha sido el momento más difícil?
Que esta profesión no tiene una continuidad laboral. Por ejemplo, desde que terminé la novela ¿Dónde carajos está Umaña? llevo dos años sin hacer nada.
Ha trabajado en teatro, televisión y cine. ¿Con cuál se queda?
Los actores debemos estar preparados para enfrentar cualquier modalidad. Además, no podría decir que me quedo con tal porque me muero de hambre (risas).
¿Qué extraña de la televisión que hacía antes?
Las novelas familiares que se hacían hace 20 o 25 años, y que no saliera tanto capo. Es bueno volver a hacer esas novelas donde todos se sentaban a disfrutar. Ahora no se puede ver televisión en familia porque son muerte, sangre, dolor y sicarios.
¿Qué les diría a las nuevas generaciones de actores?
Que si toman con seriedad esta profesión llegarán a ser maravillosos, pero si lo hacen solamente por buscar fama o popularidad están en el lugar equivocado. La esencia de esta profesión es sacrificio, estudio, trabajo y dedicación.
Aparte de la actuación, ¿qué otro arte lo ha acompañado en la vida?
Me encantan todas las expresiones artísticas porque la sensibilidad es la materia prima de mi trabajo. Pero aunque he tenido que cantar para algunos personajes, la verdad no tengo mucha facilidad. Mi dicho es que desafino hasta dando una razón.
De no haber sido actor, ¿qué le hubiera gustado ser?
Aunque he incursionado eventualmente en la política, porque la vida me ha llevado por ese camino, siempre he dicho que nací siendo actor y voy a morir siendo actor.
¿Qué lo pone de mal humor?
Soy muy tranquilo y analítico, pero lo que me pone de mal genio es la intransigencia de la gente.
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