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“Es muy valioso ver la representatividad de la diversidad en las pantallas”, dice Yalitza Aparicio, quien este domingo conduce, junto a Lety Sahagún, la pregala de TNT de los Globo de Oro (7:00 p.m en Colombia), la ceremonia que abre la temporada de premios 2021 de la industria del cine, la televisión y, de paso, la música.
* Recordar: Globos de Oro 2021: “Mank” y “The Crown” lideran las nominaciones.
“Creo que, más allá de dónde eres o qué facciones tienes, estas oportunidades como las que da TNT sirven para demostrar la diversidad que hay y las habilidades que existen más allá de los estereotipos”, agrega la artista mexicana que se dio a conocer tras protagonizar Roma, la película de Alfonso Cuarón, a finales de 2018.
En una entrevista ofrecida a El Espectador en diciembre de 2018, Yalitza Aparicio comentó que no sabía cuál sería su futuro ni a qué se iba a dedicar. En aquel entonces recién había terminado su licenciatura en Educación Preescolar, pero no alcanzó a ejercer su profesión por embarcarse en la aventura de la actuación que, hoy por hoy, sigue ejerciendo. Sin embargo, ahora disfruta el trabajo de una manera diferente. Antes, Aparicio era una mujer sumisa, por decirlo de alguna forma, porque pensaba que no encajaba con los estándares de belleza que se destacan en la industria audiovisual.
“Era un medio del que me mantenía totalmente alejada, porque creía que era un medio irreal, al que no podía aspirar. Eso fue lo que siempre me hizo creer la sociedad”, comenta la artista, que ha podido ser parte del cambio político y social respecto a la diversidad racial.
Pero el camino no ha sido fácil. Muchos no compartieron su nominación al Óscar (por ser actriz natural, no profesional) y otros tantos la criticaron cuando protagonizó la portada de Vogue México.
El discurso colonialista y eurocéntrico está tan pegado, incluso en América Latina, que no todos celebraron que, aprovechando la ola actual que reclama la presencia en medios de comunicación de “mujeres reales”, la revista le diera portada, espacio en el que lució trajes de alta costura que, para muchos, no eran adecuados para ella. Pero Yalitza tenía claro lo que era la discriminación, así que esas críticas no la opacaron ni le quitaron las ganas de seguir en la industria.
Al contrario, pensó que era una gran oportunidad para, más allá de ser actriz, recalcar el mensaje de que “somos diversos, pero eso no quiere decir que todos no tengamos derechos a tener las mismas oportunidades”.
Su trabajo es de doble vía porque también está convencida de que toda la sociedad debe abrazar la diversidad y por eso les explica a las comunidades indígenas que la rodean que es importante no olvidar la lengua materna, no perder las costumbres ni avergonzarse por las raíces, porque “siempre hemos formado parte de este sistema, pero no sé qué pasaba, no se nos tenía en cuenta”.
Precisamente, fue en este aspecto que enfocó su trabajo como embajadora de Buena Voluntad de la Unesco, una labor que quedó suspendida por la pandemia, pero que seguirá desarrollando.
“Siempre he pensado que cuando uno rechaza algo es porque no se tiene suficiente información, y la discriminación también puede ser por el temor a abordar los temas”, sostiene.
En estos años, Yalitza Aparicio también ha aprendido, por ejemplo, sobre el valor de decisión que una mujer tiene sobre su cuerpo.
Dice que antes no se consideraba feminista ni compartía la lucha, hasta que entendió que se pide equidad de género y empatía. Actualmente, la mexicana es una de las voces más fuertes en la conversación sobre los derechos de la mujer, pues, recalca una y otra vez, “no significa que todas vinimos al mundo a tener hijos o que ahora ninguna quiera tener hijos y solo quiera dedicarse al trabajo. No. Lo bueno de la libertad de hoy es que como mujer puedes decidir lo que quieres ser o hacer, y no es la sociedad la que te debe obligar a hacer lo que debes”.
Casi tres años después de su debut en Hollywood, Yalitza Aparicio mira en retrospectiva y cree que Cleo, la mujer que encarnó en Roma, se reiría de ella por haber rechazado el papel.
“Recuerdo muy bien cuando rechacé el personaje porque conocía a la verdadera Cleo, a Libo [Liboria Rodríguez, niñera de Cuarón], y no éramos nada iguales”, dice.
Gracias a esa experiencia aprendió a amar el cine y, sobre todo, a ponerse en los zapatos del otro hasta enamorarse del personaje y abrazarlo.
“Aprendí también a aceptar las cosas que te llegan en el camino, solo hay que aprender a sobrellevarlo”, argumenta.
Entre sus próximos proyectos, además de actuar, está terminar de visualizar las películas candidatas de los Premios Óscar 2021, pues desde el año pasado es integrante de la Academia de Hollywood.
Por respeto a sus compañeros no habla de favoritos, pues bien sabe que los Globo de Oro son una previsión de lo que sucederá el resto de la temporada de premios.
La pandemia le ha facilitado la tarea de ser jueza, porque tiene el tiempo para ver tranquilamente las películas y repetirlas cuando no comprende algo, pues siempre tiene presente la responsabilidad de votar.
Y así, aceptando los retos y los cambios, Yalitza Aparicio fortalece su presencia en la industria audiovisual. Si bien no fue maestra de preescolar, usa su carrera para invitar a reflexionar y dar la bienvenida a los cambios sociales y laborales que, desde su punto de vista, se refuerzan con las palabras y los actos.