Juanes: volver a casa
La forma de hacer música también cambió y dejó lecciones: la importancia de invertir en cultura y en educación para las nuevas generaciones.
Juanes
Han sido días de profunda reflexión, de replantear los valores y de realmente apreciar lo que es importante de verdad.
Nadie contaba con este tiempo, con estos momentos para mirarnos hacia dentro, para reflexionar, para estar en familia, para estar en casa y cuidarnos los unos a los otros de una manera especial, para tener ansiedad, calma, para ir de 0 a 100.
Esta cuarentena me ha dado la oportunidad de atesorar instantes que normalmente no puedo, cotidianidades que me pierdo por mi trabajo alrededor de tantos viajes.
De alguna manera, y en lo personal, ha sido especial ver cómo volvimos a “casa” a darles valor a la maternidad, a la paternidad, a lo simple y libre de opulencia.
Soy consciente de lo difícil que esto ha sido para todos, tantas personas que hoy sufren, lo que me lleva a entender que solo nos queda ser más solidarios que nunca, desde lo personal, como país, como sociedad y como ciudadanos del mundo.
Ojalá esta pandemia nos reafirme la necesidad de replantear las maneras de hacer negocios, de vivir, de cambiar nuestros hábitos, la verdadera generación de riqueza es cuando a todos nos va bien.
A diferencia de la acumulación de dinero, generar empleo es generar riqueza, es transformar vidas.
Nuestro ecosistema está en permanente evolución. Estamos llamados a ser conscientes de esto. El cambio climático afectará significativamente la humanidad y esta pandemia nos debe servir de experiencia para entender nuestra relación con el sistema, porque esas consecuencias sí son irreversibles.
Cuando nos encontramos tan vulnerables frente a una situación de estas invisible, silenciosa, nos obliga a pensar en el orden de los valores. Hoy todos miramos a los doctores, las enfermeras, los científicos, los maestros... nos lleva a entender la importancia real de cómo se ha ido transformando el mundo de una manera que no nos habíamos dado cuenta hasta que vemos pasar grandes cambios ante nuestros ojos.
Es el momento para llamar a los líderes a entender la importancia de la inversión en la educación y en la cultura. Una educación que se reimagine: preparar a los jóvenes para las competencias que el mundo actual reclama.
Que sea esta la oportunidad para que reconozcamos el valor de la cultura en la sociedad, el arte aporta a la formación del sentido crítico, a ser empáticos, a entender los otros puntos de vista, eso contribuye con la no violencia. Los líderes del mundo tienen que poner la cultura en los rubros de primera línea en sus políticas públicas.
Hay que convocar a los jóvenes de hoy, muchos quieren participar, son menos apáticos, guiarlos a ser líderes transformadores y a ser parte de la construcción del tejido de la sociedad.
Todos estamos pasando por una situación de total incertidumbre frente al futuro, pero vamos a salir adelante porque el ser humano es resiliente, desde el principio lo ha sido y esta no va a ser una excepción, hemos superado muchas crisis y vendrán otras peores. Prepararse para la incertidumbre puede ser abrumador, no poder planear a mediano plazo es estresante, pero, ¿quién dijo que viviríamos para siempre? Esa es la realidad de la vida, solo se nos había olvidado.
Han sido días de profunda reflexión, de replantear los valores y de realmente apreciar lo que es importante de verdad.
Nadie contaba con este tiempo, con estos momentos para mirarnos hacia dentro, para reflexionar, para estar en familia, para estar en casa y cuidarnos los unos a los otros de una manera especial, para tener ansiedad, calma, para ir de 0 a 100.
Esta cuarentena me ha dado la oportunidad de atesorar instantes que normalmente no puedo, cotidianidades que me pierdo por mi trabajo alrededor de tantos viajes.
De alguna manera, y en lo personal, ha sido especial ver cómo volvimos a “casa” a darles valor a la maternidad, a la paternidad, a lo simple y libre de opulencia.
Soy consciente de lo difícil que esto ha sido para todos, tantas personas que hoy sufren, lo que me lleva a entender que solo nos queda ser más solidarios que nunca, desde lo personal, como país, como sociedad y como ciudadanos del mundo.
Ojalá esta pandemia nos reafirme la necesidad de replantear las maneras de hacer negocios, de vivir, de cambiar nuestros hábitos, la verdadera generación de riqueza es cuando a todos nos va bien.
A diferencia de la acumulación de dinero, generar empleo es generar riqueza, es transformar vidas.
Nuestro ecosistema está en permanente evolución. Estamos llamados a ser conscientes de esto. El cambio climático afectará significativamente la humanidad y esta pandemia nos debe servir de experiencia para entender nuestra relación con el sistema, porque esas consecuencias sí son irreversibles.
Cuando nos encontramos tan vulnerables frente a una situación de estas invisible, silenciosa, nos obliga a pensar en el orden de los valores. Hoy todos miramos a los doctores, las enfermeras, los científicos, los maestros... nos lleva a entender la importancia real de cómo se ha ido transformando el mundo de una manera que no nos habíamos dado cuenta hasta que vemos pasar grandes cambios ante nuestros ojos.
Es el momento para llamar a los líderes a entender la importancia de la inversión en la educación y en la cultura. Una educación que se reimagine: preparar a los jóvenes para las competencias que el mundo actual reclama.
Que sea esta la oportunidad para que reconozcamos el valor de la cultura en la sociedad, el arte aporta a la formación del sentido crítico, a ser empáticos, a entender los otros puntos de vista, eso contribuye con la no violencia. Los líderes del mundo tienen que poner la cultura en los rubros de primera línea en sus políticas públicas.
Hay que convocar a los jóvenes de hoy, muchos quieren participar, son menos apáticos, guiarlos a ser líderes transformadores y a ser parte de la construcción del tejido de la sociedad.
Todos estamos pasando por una situación de total incertidumbre frente al futuro, pero vamos a salir adelante porque el ser humano es resiliente, desde el principio lo ha sido y esta no va a ser una excepción, hemos superado muchas crisis y vendrán otras peores. Prepararse para la incertidumbre puede ser abrumador, no poder planear a mediano plazo es estresante, pero, ¿quién dijo que viviríamos para siempre? Esa es la realidad de la vida, solo se nos había olvidado.