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La segunda temporada de la serie "Divorce" comienza con la firma del divorcio entre Frances (Sarah Jessica Parker) y Robert Dufresne (Thomas Haden). Si los primeros capítulos del programa estrenado hace dos años sumergían al espectador en la rabia, el fracaso y demás sentimientos que vive una pareja cuando se enfrenta a la separación, esta vez el televidente será testigo cómo ambos siguen adelante.
Sarah Jessica Parker, quien también es productora de la serie, asegura que la nueva temporada es "más esperanzadora", aunque comienza con la firma de los papeles, una escena poco alentadora. Esta decisión en parte se debe a que en plena preproducción cambiaron de guionista, así que el nuevo integrante sólo tuvo seis semanas para organizar las historias de ocho episodios que se emiten cada domingo en la noche por HBO. (Leer Sharon Stone y Amy Adams, la apuesta de HBO ante la ausencia de "Game of Thrones").
"Normalmente tienes entre cuatro y cinco meses para armar una temporada de televisión y eso significa que perdimos dos capítulos. Solo hicimos ocho episodios esta temporada, lo que es duro. No tenemos un capítulo de sobra. Entonces nos zambullimos de cabeza", dijo Parker en una entrevista ofrecida en enero de este año a la producción de HBO.
Para la artista, la primera temporada era muy dolorosa de ver, algo que curiosamente gustó al público.
"No puedes sacrificar y traicionar todo lo que hiciste en la primera temporada en un intento de construir buenas relaciones. Así que espero que lo hayamos hecho correctamente", explicó sobre los cambios de guion a los que se enfrentaron.
Tras haber enfrentado una separación por un romance que tuvo, esta vez el personaje de Sarah Jessica Parker afronta a la construcción de una nueva vida sin pareja y con dos hijos adolescentes. No hay que olvidar que la pareja protagonista estaba junta desde la universidad, así que el camino que experimenta Frances es mucho más que un divorcio, es un reconocimiento personal.
Ahora que decide salir con otros hombres, Frances debe enfrentar otra vez el tema de la infidelidad y confesar que fue ella quien tuvo la aventura.
"Supongo que para algunas mujeres, en particular, sería difícil admitirlo, porque ese no es el terreno en el que se supone que operan, lo cual es muy extraño para mí, todavía lucho con eso. No estoy perdonando ni defendiendo que las personas tengan aventuras. Solo digo, ¿por qué eso es tan problemático para las personas? ¿Por qué es tan tabú?", reflexionó la artista.
Las cosas se complican cuando su exesposo Robert consigue una novia y ella vuelve a ver en él cosas que durante mucho tiempo estuvieron ocultas.
Sobre la decisión de incluir este nuevo personaje en la serie, Parker comentó que eso es lo que hacen normalmente los hombres.
"Escuché que eso es lo que hacen los hombres. Eso es lo que realmente he escuchado… Diría que es probable, especialmente los hombres que están acostumbrados a tener una relación. Y estoy segura de que se sintió competitivo para Frances, pues de alguna manera también tuvo que encontrar una relación", aseguró.
"Pero creo que, tal vez, al final del día, las mujeres son más como los gatos, más independientes. Especialmente, creo que para las mujeres que han sido independientes de otras maneras y lo han expuesto en sus vidas de otras formas, es más fácil", agregó.
El nuevo personaje aporta una nueva tensión entre Frances y Robert, pues hace que ella lo vuelva a ver como un hombre.
"Él tiene a esa persona en su vida y lo ves mostrar cosas que eran atractivas y que habían estado inactivas, porque su relación con Jackie repentinamente resalta todas las cosas que ella había olvidado y descartado. Es aquello de ver a través de los ojos de otra persona", dijo la artista.
Así que si Robert Dufresne fue presentado en la primera temporada como un tonto; esta vez el personaje de Thomas Haden desarrolla y exhibe otros aspectos.
Frances, quien en los primeros episodios se mostró fría y enojada, ahora vive el divorcio de manera más calmada, aunque triste. También acepta explorar el amor con otros hombres, aunque se resiste a usar la aplicación Tinder.
"Ya sabemos que el teléfono juega un gran rol. Y no me gustan los teléfonos. Ya no me gustan los celulares en películas o en la televisión. Me gustaban las llamadas telefónicas, las llamadas telefónicas en serio, cuando no sabías quién llamaba. Así que estaba en contra de Tinder porque pensé que era un desperdicio de bienes raíces", concluyó.