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Hace cuatro años la novela “Patria”, de Fernando Aramburu, se convirtió en un éxito internacional. Su adaptación televisiva, presentada en el Festival de San Sebastián 2020 no pretende hacer cambiar de opinión a los que siguen pensando que los asesinatos de ETA estuvieron bien.
“Cada persona es un mundo, las circunstancias son complejas. Lo último que quisiera yo es sentar cátedra con una serie de ficción”, afirma el impulsor y guionista de esta serie, Aitor Gabilondo.
No se plantea Gabilondo si los ocho capítulos que conforman la serie servirán para desterrar la idea romántica de lo que fue ETA que pueda persistir en algunas personas o sectores fuera de España. Tampoco si ayudará a cambiar de opinión a los que siguen pensando que matar por Euskadi (País Vasco) estuvo bien.
Lo dice tras la proyección en el festival donostiarra de los primeros capítulos de un proyecto de HBO que llegará a la plataforma este 27 de septiembre pero de la que ya se suceden las reacciones en las redes sociales, donde se habla de ella como la serie española del año.
Proyectados los primeros capítulos de “Patria” en el Festival de San Sebastián, las redes sociales hablan de ella como de la serie española del año. “Mejor eso que lo contrario”, dice la actriz Elena Irureta sobre este proyecto de HBO, con el que sus creadores no pretenden “sentar cátedra”.
Irureta y Ane Gabarain, extraordinarias como las dos grandes protagonistas de la historia, comentan la acogida que están teniendo las primeras proyecciones de “Patria” y aseguran que están preparados para oír “un poco de todo”.
Se toman con humor que haya quien hable ya de este historia sobre los duros años de terrorismo y violencia en Euskadi como de la serie del año, admiten que es “bonito escucharlo”, pero son partidarias de no creerse nada.
También hay quien ha puesto pegas a esta serie que se acerca a dos familias que sufrieron las consecuencias de la violencia, la de la víctima y la del verdugo, la de Bittori (Irureta) y Miren (Gabarain).
Gabilondo asegura que fue la tímida reconciliación entre las dos amigas que se separan lo que le movió a adaptar el texto de Aramburu.
En la sociedad vasca real cree que “se van acercando posturas”. “Estamos mejor y estaremos mejor”, asegura. Y Gabarain apostilla: “Estaremos mejor, pero todavía queda recorrido”
Irureta, no obstante, advierte de que “Patria” es “una visión” de esos años convulsos, pero no “la visión”. “La serie tiene un final esperanzador. Ojalá fuera así, la vida dirá lo que pasa con la sociedad vasca”.
Gabilondo pensó en un elenco de actores vascos para llevar a la pantalla la novela y las dos actrices están de acuerdo por el plus que otorga el haber sido testigos de ese tiempo y de conocer más a fondo el tipo de personajes que interpretan, su forma de ser y expresarse.
“El conocer nos ayuda a acercarnos más a los personajes que lo que puede ser una actriz alemana”, dice Irureta. “Al final, haces que desprenda verdad, que coja otra textura”, señala su compañera.
“Bien elegido está el reparto y no lo digo por nosotras. Lo digo como visión, cuenta con todos los actores vascos porque quiere contar una historia de aquí y le da credibilidad. No somos actores muy conocidos, con lo que ya no ves al actor, ves al personaje directamente”, añade la intérprete de Bittori.
Aitor Gabilondo recalca que no tuvo dudas sobre la elección de un elenco vasco “por la aportación y matices” que iban a imprimir a los personajes. “No tenían que construir nada, ya vienen construidos de casa”, bromea.
Las dos protagonistas son dos mujeres con carácter, en el caso de Miren un personaje que elige ser madre por encima de todo, que canaliza su dolor abrazando el fanatismo.
Gabarain no cree que haya maniqueismo en un personaje tan extremo. “Elige vivir en modo madre, lo elige así, y la llena de dolor y de amargura”, dice la actriz. Señala que, de hecho, existen esas madres como también existen de otro tipo.
“Miren es una mujer que está muy sola y es torpe en la gestión de las emociones y comete muchas torpezas. Se enroca en su amor de madre. Al final, es aquello de ser más papista que el papa”, agrega.
Irureta destaca que “son dos bombones de personajes para interpretar”. “Tienen un registro tan amplio que te da todos los colores de una persona y eso ha sido un lujo para nosotras”, asevera.