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Tras el final de la Guerra Civil de Guatemala, un violento conflicto entre las fuerzas del gobierno y los grupos rebeldes de izquierda, el activista por los derechos humanos, el obispo Juan Gerardi, presenta un informe condenatorio que describe las atrocidades cometidas por el ejército. Bajo el nombre “Guatemala Nunca Jamás”, el documento surgió como resultado de un ambicioso proyecto de investigación realizado durante tres años y movilizando a más de seiscientos voluntarios. “El horror con nombre y apellido”, lo llamaría la prensa local, aludiendo a las más de cincuenta mil víctimas de la Guerra Civil que identificaba. Dos días después de presentar la investigación, Gerardi es brutalmente asesinado en su garaje.
Su asesinato prepara el escenario para una poderosa batalla entre la justicia y la corrupción en este thriller de crímenes políticos. Un grupo de jóvenes investigadores conocido como “Los Intocables” se hacen cargo del caso. Comienzan a desenterrar engaños y malas conductas que llegan a los más altos niveles del poder y del gobierno. Veinte años después, la historia es llevada a la pantalla de HBO, a través de un documental, basado en el libro El arte del asesinato político. ¿Quién mató al obispo Gerardi? Del escritor estadounidense Francisco Goldman. Bajo la dirección de Paul Taylor, el documental desentraña la verdad detrás del brutal asesinato del obispo guatemalteco Juan Gerardi en 1998, que conmocionó a un país devastado por décadas de violencia política.
Un trabajo que contó con varios años de investigación, aún cuando Paul Taylor se basó en el reportaje que realizó Francisco, que lo convirtió en un hecho histórico para Guatemala. El libro devela corrupciones que tocan a las más altas líneas del poder. Este escritor no es ajeno a la producción, por el contrario, “Francisco fue parte de la compañía, para decir si la historia estaba bien. El libro es fantástico y los documentos en los que se basó fue realmente lo que pasó”, afirma Paul Taylor. (Le recomendamos: HBO GO presenta el catálogo de novedades para 2021).
Para Francisco Goldman “la serie se basó en los documentos del libro y el desarrollo fue la llave para el primer gran round por nueve años. El complejo proceso de investigación fue un repique de una dependiente por encontrar la verdad”, comenta.
Aunque, este trabajo audiovisual está inspirado en el libro, resumir 536 páginas en casi una hora, es un trabajo que les exigió un gran reto para incorporar todos los elementos sin perder la esencia, aún cuando quedan partes por fuera.
“The art of political murder” tuvo las puertas abiertas para contar la historia detrás de la muerte de Juan Gerardi en la búsqueda de los derechos humanos; a lo largo de las grabaciones volvieron a encontrarse con los nervios de grabar en las zonas de la violencia, los mismos nervios a los que se enfrentan los que todavía luchan en pro de los derechos humanos en Guatemala. A lo largo de los 89 minutos diferentes personas van narrando la historia. “Era un poco que las personas se abrieran y entendieran las características de lo que pasó en Guatemala. Aunque me enfoqué más probablemente en la investigación y en cómo pasó todo”. Relata Taylor.
El documental entrelaza imágenes de archivo y fotografías con entrevistas actuales de quienes participaron en la exposición de la verdad sobre el asesinato de Gerardi, Ronalth Ochaeta, director de la Oficina de Derechos Humanos de la Iglesia Católica (ODHA); Edgar Gutiérrez, director del Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), que trabajó en estrecha colaboración con Gerardi; la activista de derechos humanos Helen Mack; la periodista Claudia Méndez Arriaza; los ex investigadores de derechos humanos de la ODHA Rodrigo Salvadó, Arturo Aguilar, Fernando Penados; los exfiscales especiales del Ministerio Público de Guatemala Otto Ardón y Leopoldo Zeissig; el investigador privado y abogado Jack Palladino; Mynor Melgar, ex jefe del equipo jurídico de la ODHA; y el testigo ocular Rubén Chanax, cuyo testimonio en el juicio cambió el curso del caso; hasta el mismo Francisco Goldman.
Este escritor conoció el caso en 1998. Fue el único periodista que estuvo presente en muchos de los momentos importantes, dentro de las que cabe la exhumación del cuerpo del obispo. A partir de entonces, sintió un compromiso de contar la historia. (Le puede interesar: “Sex and the City” regresará a la televisión con nueva temporada en HBO Max).
“Contar el caso era muy peligroso para todos, habían muchas campañas de desinformación, difamación. Los que estaban involucrados vivieron en esos años un infierno a lo largo de toda la investigación. Es algo que nunca olvidaré, incluso hubo apelación para callar y silenciar. Nueve años después Arturo Aguilar Aguilar me llamó por teléfono y me dijo: ¡ganamos, ganamos! Fue cuando dije que ya podía terminar el libro. Después cuando escuché la idea de una producción me pareció fantástica”, añade Goldman.
Un compromiso que también sintió Taylor, quien encuentra en las historias latinoamericanas una gran capacidad de para poder compartirlas al público. “Las historias constantemente las hay, pero las de Latinoamérica en ningún otro lugar pasan”, comenta el director.