Absalón y Afropacífico: una “Fiesta” actual con sonido ancestral
La agrupación liderada por Absalón Sinisterra lanza “Fiesta”, un álbum en homenaje a su raza, su esencia y un encuentro en canoa con las tradiciones musicales de la región del Pacífico colombiano.
Tatiana Gómez Fuentes
Absalón Sinisterra siempre ha ido al son de su inspiración. Acompañado por su guitarra y sus raíces de Timbiquí ha logrado adentrarse en el mundo musical con esfuerzo y disciplina. La música corre por sus venas, y lo que a muchos no les ha costado nada de trabajo, a Sinisterra le ha llevado décadas. Luego de empezar su proyecto en la música en el año 2010, y de estar en la búsqueda constante de la exaltación de los ritmos de su tierra, asegura que tuvo momentos muy difíciles, desde la concepción de su grupo hasta la inclusión de los sonidos del Pacífico en la industria. Uno de los años que recuerda con más amor y entusiasmo es 2013, fue entonces cuando su banda empezó a sonar y a ser reconocida, y como él lo dice: “Se fue metiendo donde no cabía”.
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Y es que este músico es una fiel representación de lo que significa ser un colombiano “echao pa lante”. Salió desplazado de su tierra natal por la situación que estaba viviendo el país en aquella época, obligándolo a recorrer caminos desconocidos. Su primera parada la hizo en Cali, llegó a la capital del Valle del Cauca con la esperanza de construir una vida más serena y tranquila, pero contrario a esto tuvo que enfrentarse a la pérdida de su primer trabajo por no tener libreta militar.
Con este panorama, y con la esperanza derrumbada, sacó lo mejor de sí para hacer lo que verdaderamente es su esencia: la música. Aunque sabía cantar, pero no tocar la guitarra, emprendió su rumbo, comenzó a animar con su canto a los pasajeros en buses y encontró la dupla perfecta en su primo Ezequiel, con quien comenzó la historia de su primer registro.
Un día como hoy fue el álbum de boleros que le permitió a Sinisterra explorar mejor su conexión con la música. Gracias a esta producción se dio a conocer en las emisoras, otro trago amargo que tuvo que pasar para conseguir lo que siempre había soñado. En 2009 viajó a Bogotá con la certeza de que en la capital tendría más oportunidad para sobresalir, así que cantó en restaurantes, y aunque ya algunos lo reconocían, no era suficiente para él.
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Su deseo por continuar el disco que había empezado desde hacía un tiempo seguía tan latente, que decidió viajar de nuevo a Cali. En ese proceso conoció a Gustavo Escobar, y es con él con quien sacó el proyecto adelante, pero esta vez transformado en su totalidad. El productor insistió en que tenía que ser música del Pacífico, una “inyección” que hoy por hoy le ha llenado el alma y la vida, y que, traducida a la actualidad, es la misma fórmula que lo impulsó para rodearse con personas que lo motivaron a afinar mejor sus ideas sonoras y así surgió el colectivo Afropacífico.
Su relación con la música es como la frase de una de las letras de sus más recientes composiciones: “Hoy te quiero más que ayer, mañana más que hoy”. Absalón Sinisterra asegura que es gracias al arte que ha encontrado paz, tranquilidad y especialmente calma, y no es propiamente porque su vida haya sido complicada, sino porque hay momentos que lo llevaron a tener una actitud de rebeldía con su propio ser.
La música, como él lo describe, le ha dado más aguante y soporte para salir victorioso en los retos de su cotidianidad. “Gracias a Dios que cuento con instrumentos armónicos y muy melódicos de percusión, porque se han transformado en mi verdadero corazón”.
Y aunque ahora Absalón y Afropacífico están estrenando producción, es importante resaltar que en 2020 fue el verdadero trampolín para cautivar el oído de quienes hasta ahora se estaban acercando a su propuesta. La canción Tu sonrisa se transformó en un himno para el amor, en una motivación a pesar de los tiempos extraños del confinamiento y sonreírle a la vida.
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“Siempre trabajamos pensando en la tradición, pero esta canción la hicimos mirando a lo contemporáneo, con este trabajo les apostamos a esos sonidos en los que la mezcla de otros instrumentos, como el piano, los timbales, la guitarra rockera, el bajo y los vientos, nos llevan a todo tipo de público”, asegura con convicción Sinisterra.
De Fiesta es su nuevo lanzamiento discográfico, un homenaje que nació a manera de “reencauche”, como él lo define, de uno de sus discos más tradicionales, Qué bonito, que grabó en 2009 y publicó un año después. Como si se tratara de una canoa canaleteando, Absalón y Afropacífico hacen un viaje por la transformación de un proyecto raizal a uno orquestado, y aunque ya habían dado pistas con canciones como Memoria llena y Tu sonrisa, el artista decidió lanzar su producción, después de un tiempo atípico, con la intención de no desaparecer del radar de su audiencia.
“El sonido del disco está basado en los aires rítmicos tradicionales de la música del Pacífico sur y del Pacífico norte colombianos. Acompañado de porro, aguabajo, rumba, juga, currulao y la mezcla de instrumentos de la academia con el reggae, el rock, la salsa, el jazz y el zuku, que nos dan ese toque rumbero internacional que la música pide”.
Este álbum es la exposición de lo que sus músicos siempre han querido transmitir, una Colombia llena de sabor. Sus composiciones tienen el ritmo de los instrumentos de viento, el bajo, el piano y la batería, que se sincronizan con las historias que cuenta Absalón Sinisterra, exaltando al amor, el territorio, la preocupación social, el respeto y la tristeza.
La agrupación colombiana cuenta con músicos de distintas partes del país, entre ellos César Quitián, quien con su guitarra convenció a Sinisterra de llevar los sonidos del Pacífico a una onda un poco más rockera, sin perder su esencia. El músico afirma que el descubrimiento de estos sonidos ancestrales lo han llevado a una exploración interna de emociones y sensaciones que no ha encontrado en otros géneros. “En este disco las cuerdas son las protagonistas, son la raíz de la banda y el mejor instrumento para componer”.
Este proceso de vida no se hizo realidad únicamente por la tenacidad de Absalón Sinisterra y el compromiso de su grupo de músicos, hay dos cuotas importantes en esta construcción sonora producto de la herencia africana: Manuel Ricardo Zambrano, el director musical del grupo; y Matthias Kriegger, un colombofrancés que le apostó a este disco, dándole la oportunidad a Afropacífico de grabar con la mejor calidad teniendo pocos recursos económicos. De fiesta se estrenó en todas las plataformas digitales el 30 de julio, y es una invitación a viajar en canoa por el Pacífico, reconociéndolo y resaltando todo su valor. “Cuando de alegría y bailar se trata, la música del Pacífico dice ‘presente’ en medio de la tormenta, y las expresiones culturales se hacen sentir con su vaivén de melodías. Estamos orgullosos de acercarnos una vez más al público con un trabajo para gozar, más maduro y responsable”, concluye enfático el artista.
Absalón Sinisterra siempre ha ido al son de su inspiración. Acompañado por su guitarra y sus raíces de Timbiquí ha logrado adentrarse en el mundo musical con esfuerzo y disciplina. La música corre por sus venas, y lo que a muchos no les ha costado nada de trabajo, a Sinisterra le ha llevado décadas. Luego de empezar su proyecto en la música en el año 2010, y de estar en la búsqueda constante de la exaltación de los ritmos de su tierra, asegura que tuvo momentos muy difíciles, desde la concepción de su grupo hasta la inclusión de los sonidos del Pacífico en la industria. Uno de los años que recuerda con más amor y entusiasmo es 2013, fue entonces cuando su banda empezó a sonar y a ser reconocida, y como él lo dice: “Se fue metiendo donde no cabía”.
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Y es que este músico es una fiel representación de lo que significa ser un colombiano “echao pa lante”. Salió desplazado de su tierra natal por la situación que estaba viviendo el país en aquella época, obligándolo a recorrer caminos desconocidos. Su primera parada la hizo en Cali, llegó a la capital del Valle del Cauca con la esperanza de construir una vida más serena y tranquila, pero contrario a esto tuvo que enfrentarse a la pérdida de su primer trabajo por no tener libreta militar.
Con este panorama, y con la esperanza derrumbada, sacó lo mejor de sí para hacer lo que verdaderamente es su esencia: la música. Aunque sabía cantar, pero no tocar la guitarra, emprendió su rumbo, comenzó a animar con su canto a los pasajeros en buses y encontró la dupla perfecta en su primo Ezequiel, con quien comenzó la historia de su primer registro.
Un día como hoy fue el álbum de boleros que le permitió a Sinisterra explorar mejor su conexión con la música. Gracias a esta producción se dio a conocer en las emisoras, otro trago amargo que tuvo que pasar para conseguir lo que siempre había soñado. En 2009 viajó a Bogotá con la certeza de que en la capital tendría más oportunidad para sobresalir, así que cantó en restaurantes, y aunque ya algunos lo reconocían, no era suficiente para él.
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Su deseo por continuar el disco que había empezado desde hacía un tiempo seguía tan latente, que decidió viajar de nuevo a Cali. En ese proceso conoció a Gustavo Escobar, y es con él con quien sacó el proyecto adelante, pero esta vez transformado en su totalidad. El productor insistió en que tenía que ser música del Pacífico, una “inyección” que hoy por hoy le ha llenado el alma y la vida, y que, traducida a la actualidad, es la misma fórmula que lo impulsó para rodearse con personas que lo motivaron a afinar mejor sus ideas sonoras y así surgió el colectivo Afropacífico.
Su relación con la música es como la frase de una de las letras de sus más recientes composiciones: “Hoy te quiero más que ayer, mañana más que hoy”. Absalón Sinisterra asegura que es gracias al arte que ha encontrado paz, tranquilidad y especialmente calma, y no es propiamente porque su vida haya sido complicada, sino porque hay momentos que lo llevaron a tener una actitud de rebeldía con su propio ser.
La música, como él lo describe, le ha dado más aguante y soporte para salir victorioso en los retos de su cotidianidad. “Gracias a Dios que cuento con instrumentos armónicos y muy melódicos de percusión, porque se han transformado en mi verdadero corazón”.
Y aunque ahora Absalón y Afropacífico están estrenando producción, es importante resaltar que en 2020 fue el verdadero trampolín para cautivar el oído de quienes hasta ahora se estaban acercando a su propuesta. La canción Tu sonrisa se transformó en un himno para el amor, en una motivación a pesar de los tiempos extraños del confinamiento y sonreírle a la vida.
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“Siempre trabajamos pensando en la tradición, pero esta canción la hicimos mirando a lo contemporáneo, con este trabajo les apostamos a esos sonidos en los que la mezcla de otros instrumentos, como el piano, los timbales, la guitarra rockera, el bajo y los vientos, nos llevan a todo tipo de público”, asegura con convicción Sinisterra.
De Fiesta es su nuevo lanzamiento discográfico, un homenaje que nació a manera de “reencauche”, como él lo define, de uno de sus discos más tradicionales, Qué bonito, que grabó en 2009 y publicó un año después. Como si se tratara de una canoa canaleteando, Absalón y Afropacífico hacen un viaje por la transformación de un proyecto raizal a uno orquestado, y aunque ya habían dado pistas con canciones como Memoria llena y Tu sonrisa, el artista decidió lanzar su producción, después de un tiempo atípico, con la intención de no desaparecer del radar de su audiencia.
“El sonido del disco está basado en los aires rítmicos tradicionales de la música del Pacífico sur y del Pacífico norte colombianos. Acompañado de porro, aguabajo, rumba, juga, currulao y la mezcla de instrumentos de la academia con el reggae, el rock, la salsa, el jazz y el zuku, que nos dan ese toque rumbero internacional que la música pide”.
Este álbum es la exposición de lo que sus músicos siempre han querido transmitir, una Colombia llena de sabor. Sus composiciones tienen el ritmo de los instrumentos de viento, el bajo, el piano y la batería, que se sincronizan con las historias que cuenta Absalón Sinisterra, exaltando al amor, el territorio, la preocupación social, el respeto y la tristeza.
La agrupación colombiana cuenta con músicos de distintas partes del país, entre ellos César Quitián, quien con su guitarra convenció a Sinisterra de llevar los sonidos del Pacífico a una onda un poco más rockera, sin perder su esencia. El músico afirma que el descubrimiento de estos sonidos ancestrales lo han llevado a una exploración interna de emociones y sensaciones que no ha encontrado en otros géneros. “En este disco las cuerdas son las protagonistas, son la raíz de la banda y el mejor instrumento para componer”.
Este proceso de vida no se hizo realidad únicamente por la tenacidad de Absalón Sinisterra y el compromiso de su grupo de músicos, hay dos cuotas importantes en esta construcción sonora producto de la herencia africana: Manuel Ricardo Zambrano, el director musical del grupo; y Matthias Kriegger, un colombofrancés que le apostó a este disco, dándole la oportunidad a Afropacífico de grabar con la mejor calidad teniendo pocos recursos económicos. De fiesta se estrenó en todas las plataformas digitales el 30 de julio, y es una invitación a viajar en canoa por el Pacífico, reconociéndolo y resaltando todo su valor. “Cuando de alegría y bailar se trata, la música del Pacífico dice ‘presente’ en medio de la tormenta, y las expresiones culturales se hacen sentir con su vaivén de melodías. Estamos orgullosos de acercarnos una vez más al público con un trabajo para gozar, más maduro y responsable”, concluye enfático el artista.