Aerosmith y el recuerdo de una noche de ensueño en Bogotá
“Los chicos malos de Boston” se presentaron por primera vez en Colombia en el Parque Simón Bolívar el 20 de mayo de 2010. Una fecha inolvidable para los fanáticos que vieron a Steven Tyler con el sombrero vueltiao puesto, y al resto de la banda cantar las canciones que quedarán para siempre en sus corazones.
Daniela Suárez Zuluaga
Era las seis de la mañana del jueves 20 de mayo de 2010. No era un día cualquiera, no para los fanáticos de Aerosmith. Ese día, el Simón Bolívar recibió a una de las bandas de rock más icónicas de la historia. Era la primera vez que Steven Tyler y su banda aterrizaban en el país, y lo hicieron con su gira “Cocked, Locked, Ready to Rock”.
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Era las seis de la mañana del jueves 20 de mayo de 2010. No era un día cualquiera, no para los fanáticos de Aerosmith. Ese día, el Simón Bolívar recibió a una de las bandas de rock más icónicas de la historia. Era la primera vez que Steven Tyler y su banda aterrizaban en el país, y lo hicieron con su gira “Cocked, Locked, Ready to Rock”.
Los fanáticos de la banda estadounidense tenían una cita a las 8:00 p.m., pero varios no pudieron conciliar el sueño la noche anterior. La ansiedad les ganó. Lucía Velandia se levantó a las 6:00 a.m., se bañó, se puso la camiseta de Aerosmith, comió un sándwich mientras preparaba otros para ella y sus amigos, y salió de su casa directo al Simón Bolívar para hacer la fila.
La espera duró horas, hasta que a eso de las 5:00 p.m. comenzaron a dar ingreso. Bogotá no falló con la lluvia. El día estaba gris y así lo recuerda Lucía. “Nos vamos a pegar una lavada tremenda, ojalá no cancelen el concierto por eso”, comentaba con sus amigos mientras unas gotas leves comenzaban a golpear el pavimento.
Lloviera o no, nada opacó la emoción. Entre las filas, la llovizna y la montonera, llegó el momento del show. Eran las 8:00 p.m. y el telón gigante del escenario se abrió. Lucía y sus amigos gritaron como nunca cuando vieron a Tyler saludar al público con un sombrero vueltiao y su pinta rockera. El concierto comenzó con “Toys in the Attic”, una descarga de energía para el público que se movía y agitaba su cabeza sin parar.
La incertidumbre del “setlist” fue generalizada. Antes del concierto eran muy pocas las personas que sabían las canciones que Aerosmith iba a tocar, cuántas eran y su orden. No era como ahora, que esa información se encuentra fácil en internet, pero esa incertidumbre le dio una magia distinta al concierto.
El concierto siguió con “Love in the Elevator”, “Walking the Dog”, “Dream On”, “Crying” y “Living on the Edge”. Steven Tyler, Joe Perry, Tom Hamilton, Joey Kramer y Brad Whitford eran Dios, y los cientos de fanáticos, sus fieles discípulos. “Tuve el privilegio de asistir a ese concierto. Ni los más de 14 años que han pasado, ni los inconvenientes que siempre se presentan en el Simón Bolívar han borrado de mi memoria ese mágico regalo que nos brindó una de las mejores bandas que ha existido jamás”, recuerda Constanza Plata que, como Lucía, consideran esa como una de las mejores noches de sus vidas.
La voz de Tyler, los solos de guitarra de Perry y la batería de Kramer quedaron grabados para siempre en la mente de Constanza, que cantó su canción preferida “Hole in my Soul” con los ojos aguados y el corazón arrugado de felicidad. Estaba extasiada. Igual que Lucía cuando tocaron “Dream On”.
“Yo no podía creer lo que estaba viendo, no pensé que a mis 45 años en ese momento iba a sentir ese nivel de adrenalina. Gritaba como una loca ‘¡dream on, dream on, dream on, dream until your dreams come true!’ En español eso significa “sueña hasta que tus sueños se hagan realidad”, y eso era justo lo que estaba haciendo, viviendo un sueño que se me volvió real”.
Los momentos de euforia duraron todo el concierto. Las lágrimas de felicidad humedecían los rostros de los asistentes mientras cantaban abrazados “I Don’t Want to Miss a Thing”, “Angel” y “Crazy”. Lucía recuerda cómo las parejas se besaban, se miraban y se dedicaban las canciones más románticas del setlist. Vio a los jóvenes compartiendo con sus papás, fue testigo del legado que estaba dejando la banda esa noche en Bogotá, y hacer parte de esa magia, como la denomina, es un recuerdo que se llevará a la tumba.
Luego de tocar “Jaded”, el baterista Joey Kramer le regaló al público un solo de batería que duró varios minutos. Fue nostálgico para el público el momento en el que Tyler se acercó a Kramer y comenzó a tocar con él. Fue como viajar al pasado, porque les recordó a los más fanáticos que antes de ser el vocalista de la banda, fue su baterista.
La noche terminó con un éxito rotundo y las canciones “Walk This Way” y “Train Kept A-Rollin’”. Todos se fueron a sus casas emparamados por la lluvia, pero con un recuerdo eterno de una banda histórica que la semana pasada anunció su retiro definitivo de los escenarios. Afortunadamente, miles tuvieron la oportunidad de verlos en vivo en el país.
“Sentí mucha tristeza cuando vi la noticia, sobre todo por la pérdida de la voz de Steven Tyler, un vocalista y un frontman irreemplazable”, me dijo Orlando Plata González, un melómano fanático de Aerosmith que no contó con la misma suerte de Constanza y Lucía. No los vio en vivo, pero es una de sus bandas favoritas. “Aunque los apodan los ‘Chicos Malos de Boston’, Steve es un grandioso ser humano al que todos parecen querer, porque es un tipo sencillo, cálido y agradable. Nosotros, como melómanos, queremos mucho a los artistas, pues les debemos tanto. Nos han hecho tan felices sin conocernos, que son nuestros amigos imaginarios”.
Le pregunté a Orlando por su canción favorita de la banda. Me dijo que era “Dream On”, igual que Lucía, porque desde la primera vez que la escuchó, en 1974, se convirtió en una de esas canciones que lleva en el alma. “Tenía once años. Es entrañable, hermosa y perfecta. Me fijo mucho en las letras, y ese tema se luce en ese aspecto porque es una invitación a luchar por los sueños y no desistir”.
Así como Orlando, Constanza y Lucía, millones de personas lamentaron la decisión de la banda, pero entendieron los motivos. Steven Tyler venía presentando problemas de salud hace un tiempo y eso hizo que aplazaran varias fechas de su gira “Peace Out”. El viernes 2 de agosto dieron la noticia a través de un comunicado que publicaron en sus redes sociales.
“Ha sido un honor para nuestras vidas que la música de Aerosmith formara parte de la suya. En cada club, en cada gira masiva y en momentos grandiosos y privados, nos han dado un lugar en la banda sonora de sus vidas. Siempre hemos querido dejarlos boquiabiertos al actuar”. Así se despidieron después de más de cinco décadas, pero el adiós es solo físico, porque en los corazones de sus fanáticos seguirán vivos para siempre.