16 de julio de 2023 - 12:04 p. m.
Alcolirykoz Sinfónico: la sinceridad sí llena estadios
Las ‘neas’ de Aranjuez protagonizaron en el Movistar Arena un concierto histórico para el Hip Hop colombiano. Más de 14.000 personas gritaron al unísono: “todo lo bueno tarda”.
Kevin Stiven Ramírez Quintero
Periodista sección Deportes
Este sábado fue saldada una deuda con la historia. Alcolirykoz, junto a la sinfónica Nueva Filarmonía y un coro de más de 14.000 personas, escribieron con letras doradas un triunfo legendario para el Hip Hop colombiano.
Oscar Daniel Güesguán
El Movistar Arena dejó de ser un simple escenario para convertirse en un templo que no solo vivió una misa de sanación, sino el milagro hecho. Gambeta, Kaztro y Fazeta ganaron en Bogotá como lo hacían de niños cuando jugaban en la escuela de fútbol Real La 52 en barrios como Aranjuez y Villa del Socorro en Medellín.
Oscar Daniel Güesguán
No solo se trató de ver un coliseo repleto con las espadas en el aire, sino también de sentir el aprecio por el trabajo duro, honesto y hasta terco del talento de barrio. Entre violines, flautas, trombones y timbales hicieron un homenaje de honor a las noches en vela escribiendo canciones, a los trabajos mal pagos y a los sacrificios de una familia de amigos que saborearon la victoria como propia. En la foto: Carlos Andrés Fonnegra, a.k.a Kaztro.
Oscar Daniel Güesguán
“Si ganamos hoy nosotros, gana el hip hop colombiano”, reconoció Gambeta justo antes de honrar a dos de los grupos de rap que abrieron trocha en el país: La Etnnia y Laberinto. El antiguo y el nuevo testamento se unieron en tarima para profesar una religión que reza que “los mejores homenajes son en vida”.
Oscar Daniel Güesguán
La conexión entre la calle y la carrera significó el encuentro musical de dos mundos musicales, pero también de una verdad: bajo el hip hop, que cumple 50 años, no importa si sé es nea o gomelo. Todos cabemos en la ‘callecita estrecha’ de Kaztro festejando con salsa, boleros y hasta con los temas más ‘chirretudos’. “No pasa nada”, como dicen las abuelas. En la foto: Gustavo Adolfo Pérez, a.k.a Fazeta.
Oscar Daniel Güesguán
Hablar del barrio no es generar lástima, sino generar orgullo. Como decía Gambeta, crecer en un barrio no es un talento especial, es solo aprender en un lugar donde "pa' donde mires, tienes que subir". El Movistar Arena, agotado desde hace meses, fue una celebración de luces, música e historia producido por Get Down Producciones y Sound Trip.
Oscar Daniel Güesguán
Lo verdaderamente especial es lo que la gente hace para reivindicar, con justicia y rap, el orgullo del barrio. Ese lugar de callejones estrechos y calles empinadas donde florece el amor y la ternura en cada esquina, cada abrazo o cada texto de pensadores como Gilmer Mesa, quien sosteniendo una hoja de papel, se dejó contagiar de la emoción de un cielo de luciérnagas al que le demostró que él no solo es del barrio, sino que es el barrio. En la foto: Gilmer Mesa (der.).
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La presencia de las mamás de Gambeta y Kaztro fue vital para un mar de emociones que se movió entre la nostalgia y la gratitud al recordar a la abuela Margara. Entre aplausos, cantos y algunas lágrimas, más de 14.000 personas enviaron un mensaje de amor al más allá, al son de 'Estetograma', como esperaba ‘Carlitos’.
Oscar Daniel Güesguán
La noche se convirtió en inolvidable para siempre al ver los abrazos y las sonrisas de tres raperos en letras mayúsculas. Gambeta, Kaztro y Fazeta, quienes fueron testigos del tiempo y mantuvieron la fe intacta en la música durante años, se convirtieron en legendarios ante una gigantesca familia que gritó al unísono: "todo lo bueno tarda". En la foto: Gambeta (izq), Fazeta (cent.) y Kaztro (der.)
Oscar Daniel Güesguán
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