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Usted fue una de las fotógrafas que formó parte de “Rapsodia Nacional”, ¿cómo nació esta idea?
Esta realmente fue una idea de Camilo Rozo, él ha trabajado con diferentes marcas y artistas desde principios de los 2000, así que tiene un recorrido bastante largo que le ha permitido conocer a muchos de los fotógrafos que empezamos poco después, pero que nos hemos mantenido haciendo un buen trabajo en este oficio. Camilo me llamó hace unos tres años y me propuso participar en este proyecto y acepté sumarme.
¿Cuál fue su aporte en esta exposición?
Rapsodia Nacional es el resumen de 15 años de memorias musicales en fotografías. Ya llevo 12 años trabajando, y en todo mi proceso, desde la universidad hasta lo que es mi trabajo profesional, me he dedicado 100 % a la fotografía musical, más que todo conciertos y festivales. Pasando por el Poli, que fue donde estudié, logré encontrarme con personas específicas que me dirigieron por esta escena, y ya de vernos las caras muchas veces en los fosos de Rock al Parque, Estéreo Picnic, eventos, conciertos privados, El Campín, Movistar Arena, etc., se empezó a crear un colectivo y a partir de eso Camilo hizo una curaduría visual de la que salimos los 10 fotógrafos que hacen parte de este proyecto.
Usted ha sido testigo de conciertos a lo largo de esta década, ¿cómo ha visto la evolución musical desde que comenzó a trabajar?
Quiero aclarar que esta exposición no habla específicamente de rock, veremos también fotos de Systema Solar, Bomba Estéreo y otros artistas que no son necesariamente rockeros. Esta es una prueba de lo ambiguos y fluidos que se han vuelto los géneros musicales, todo tiene de todo un poco. La evolución que yo puedo percibir en cuanto a esta industria es que los escenarios se han profesionalizado mucho, siento que llegué en un punto de inflexión porque empecé a hacer fotos desde el 2010 y recuerdo que un año antes vino Green Day a un evento, luego volvieron en 2017 con otras condiciones tecnológicas y de producción mucho más avanzadas. La profesionalización desde la logística, los productores y los equipos que hacen los montajes de escenarios ha sido lo que más ha evolucionado, desde mi punto de vista.
¿Es decir que lo que verán los asistentes a “Rapsodia Nacional” serán las fotografías de los conciertos que hemos presenciado a lo largo de una década y media?
Correcto. Las personas se van a dar cuenta, sobre todo en las fotos de Rozo, que son de hace mucho tiempo, y muestra cómo el país ha ido evolucionando y ha hecho mejores espacios para que los artistas tengan lugares donde presentarse, monetizar su arte y que se den a conocer. Nosotros somos parte de esos testigos, y quisimos contar estas historias a través de fotografías.
¿Por qué cree que es importante contar estas historias en este formato?
Eso es lo más lindo y curioso de Rapsodia Nacional, porque podemos ir los mismos 10 fotógrafos a un concierto, pero no van a salir las mismas fotos. Son perspectivas diferentes que ayudan a que un fan que hizo la fila desde temprano y logró quedar de primeras, luego pueda ver las fotos y darse cuenta de lo lleno que estaba el lugar, si había gente llorando, si puede detallar mejor el vestuario del artista, todo esto es importante y merece ser rescatado. Por ejemplo, la semana pasada se presentó Alicia Keys en el Movistar Arena, obviamente verla es hermoso, pero para que ella esté ahí y se escuche bien hay muchas cosas detrás que merecen ser retratadas.
¿Cada fotógrafo que hace parte de “Rapsodia Nacional” cuenta una historia diferente a través de sus imágenes?
Exacto, la idea de esta exposición es mostrar cómo la unión de todos nosotros nos hace contar una gran historia. Quisimos hacer esa iniciación a ese gran resumen de cosas que pasan en la música, porque Rapsodia Nacional muestra desde grabaciones de música del Pacífico hasta artistas internacionales en el escenario.