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¿Cómo seleccionó el material para el concierto que realizará este 31 de agosto?
Estoy en un proyecto de salsa electrónica. Estamos enfocados en un público joven, ya que muchos están entrando al mundo de la salsa y la idea con este proyecto es devolverlos a los grandes artistas de la salsa y sus éxitos con nuevos elementos musicales.
¿Qué tanto se parece la salsa electrónica a la salsa computarizada de la que usted habló hace unos años?
La salsa computarizada nace a raíz de un violín que se podía conectar a un computador y podía dar el sonido que se quisiera; pero la salsa electrónica es otra cosa, la idea es cambiar algunos sonidos de la salsa tradicional. En este caso no es agregarle bits, porque es algo diferente.
¿Encuentra elementos novedosos en la salsa después de más de cuarenta años de trayectoria?
Les tengo un gran respeto a mis compañeros, pero ahora estamos en una era visual; la tecnología y las redes sociales tienen gran importancia. Por eso considero que debemos apostarle a lo visual y eso hace falta en la salsa.
¿Cómo se mezcla el sonido con lo visual?
La parte musical es muy importante, porque es la esencia de la salsa, que hace que la gente baile. No se puede abandonar la esencia, pero sí se puede experimentar con otras cosas.
¿Se siente, de alguna manera, responsable de la consolidación de la charanga?
La primera vez que vi un violín fue en la televisión en Cuba, en una presentación de charanga. Yo entré a la música por la charanga y soy charanguero, además ayudé a consolidarla, darle color y fuimos parte de la creación y evolución de la charanga.
¿Se considera uno de los precursores de la inclusión de los instrumentos eléctricos en la salsa?
Fui la primera persona que se interesó en coger los pedales de los instrumentos eléctricos e incorporar el violín. Siempre estuve en la búsqueda de cosas distintas y eventualmente me convertí en un violinista electrónico. Siempre he estado en esa búsqueda de transmitirle a la gente, porque se trata de subirse a un escenario y dar amor a través de la música.
¿Aparte de la música realiza alguna otra actividad?
Me gusta ayudar a adictos, porque sufrí mucho con la adicción y todavía sufro, aunque ya no consumo. Uno como adicto tiene una cantidad de formas de ser y muchas cosas de las que se tiene que liberar. Dejar de consumir no lo es todo, debido a que se tiene una vida ingobernable y es en eso en lo que hay que trabajar todos los días.
¿Cuándo tomó la decisión de salir de ese mundo de la drogadicción?
Empecé a consumir cuando tenía doce años. Era un joven que estaba buscando mis sueños, entonces la adicción siguió en aumento y se convirtió en una bola de nieve que fue creciendo hasta arrastrar todo. Me enteré que venía el papa Juan Pablo II y comencé a prepararme para cantarle, pero un día antes me enrumbé y no fui, eso fue lo que hizo que me despertara para dejar de consumir. Sigue siendo difícil y sigo buscando ayuda.
¿Siempre ha tenido ese espíritu explorador?
Sí. Mi padre llevó un violín sin cuerdas a casa, entonces cogí un gancho de ropa, le quité una varilla y comencé a jugar que tocaba un violín. Siempre me he visto haciendo cosas diferentes y Celia Cruz, que fue mi madrina, antes de irse de Cuba me dejó las cuerdas para el violín.
¿Cómo fue su formación musical?
Estudié en el Conservatorio de La Habana, en Polonia y en Nueva York, pero desde que descubrí la improvisación y la salsa, mi mundo cambió totalmente. Ahora no soy capaz de tocar música clásica, porque soy un timbalero.
La salsa tuvo un gran cambio musical desde la salsa dura a la romántica, ¿cómo vivió esos cambios un salsero?
La música evoluciona a lo largo de los años, entonces siento que hay dos tipos de música: buena y mala, por eso no podemos negar que hay grandes salseros y considero que todos los cambios del género son buenos y que no podemos tener la última palabra en la música.
¿Hay violinistas haciendo salsa?
Sí, hay violinistas que están tratando de hacer salsa. Hay una chica que es violinista de Gilberto Santa Rosa, que está haciendo salsa. Considero que para ser un buen violinista de salsa se deben dejar a un lado los clásicos y muchos violinistas no quieren hacerlo.
¿Le gusta lo que está pasando con la música latina?
Sí. Y considero que están haciendo buena música. Uno tiene que trabajar en equipo para hacer que todo funcione.
¿La salsa y el son cubano son lo mismo?
No. La raíz de la salsa es Cuba, pero la salsa es patria y cada país lo expresa a su forma, además crea evoluciones distintas de la salsa.
¿Qué proyectos vienen?
Estamos en muchos proyectos y la idea es no quedarse quieto.