Foto: Viviana Velásquez
En los años ochenta la fiesta en Bogotá estuvo marcada por los ritmos latinos. El merengue y la salsa eran los géneros que reinaban en las discotecas de la capital del país y poco espacio había para ritmos nuevos. Algunos viajes a Europa y Estados Unidos lograron que tímidamente se empezaran a escuchar algunos sonidos electrónicos; sin embargo, no había consciencia o mayor interés del gran público por este tipo de música.
Por Samuel Sosa Velandia
Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia. Apasionado por las historias entrelazadas con la cultura, los movimientos sociales y artísticos contemporáneos y la diversidad sexual. Además, bailarín de danza folclórica en formación.@sasasosavssosa@elespectador.com