Atercipelados: relucientes, rechinantes y renovados
Aterciopelados sigue celebrando más de 20 años de una exitosa vida musical, ahora con una nueva intención en mente: publicar un nuevo disco del que ya tocan algunas canciones.
Mónica Rivera Rueda / @Yomonriver
El 18 de agosto de 2014, en la tarima principal de Rock al parque, se dio el regreso de una de las bandas más grandes del país. En medio de la conmemoración de los 20 años del festival, también se quiso celebrar los 20 de Aterciopelados y que mejor que un concierto de reencuentro. Su retorno sirvió para recordar que sus integrantes, con proyectos por separado, seguían activos haciendo canciones igual de contestatarias que cuando comenzó la banda, ahora con temáticas a favor de la naturaleza y de los derechos de las mujeres, pero además fue uno de los momentos más especiales para su público y para ellos: sus canciones seguían igual de vivas que hace 24 años cuando publicaron su primera éxito, “Mujer gala”; que hace 17 cuando salió “El álbum” o que hace nueve, cuando presentaron “Río”, su último disco.
Esa reaparición marcó la reconciliación musical entre Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, los dos integrantes de la banda que han permanecido desde el comienzo -cuando decidieron llamarse primero “Delia y los Aminoácidos”- y por eso desde allí comenzaron a fraguarse además de distintas presentaciones, un DVD con sus más grandes éxitos y un libro con parte del camino que recorrieron por dos décadas, con “El corazón en la mano”.
“Ha sido una temporada bonita. Creo que sobretodo ha dejado conciencia de lo valioso del recorrido, porque pienso que cuando estas adentro la cosa es más de supervivencia y de competencia, pero los que están afuera te dicen que ese recorrido ha valido la pena o que esas cosas por las que luchas de alguna manera han hecho eco sobre las personas. Eso es súper bonito en un momento de recuperar todo eso y de replantear un futuro”, asegura Andrea Echeverri refiriéndose a estos últimos tres años en que ha vuelto a tocar con Aterciopelados y con el que ahora preparan un nuevo disco.
No ha sido fácil, vuelven de la mano de una disquera grande y con la creencia de que deben tomar con conciencia y alegría este nuevo trabajo, que quieren que sea como un juego, bailable, espontáneo y con algo muy claro, “lo único que hay que respetar es nuestro bagaje musical, que es valioso, en un momento cultural y social tan raro como el de ahora, tan superficial, tan volcado hacia la imagen y lo sexual, entonces creemos que es chévere mantener esas causas ecológicas, feminista y de derechos humanos en nuestras canciones”.
Hasta ahora todo es una reestructuración. El trabajo de tocar, ensayar y tocar, ha redefinido sus roles, mientras Andrea se enfoca en clases y terapias para entrenar su voz, así como en actividades para entender su cuerpo, Héctor se encarga del ensamblaje y los arreglos de la banda, “es el que de alguna manera canaliza la cosa, y hasta este momento ha fluido muy bien”, cree Echeverri.
Componen y tocan al mismo tiempo. Comenzaron el año pasado una gira que los ha llevado por México, Panamá y Guatemala, y que los encaminará por Europa el otro mes. Por estos días andan tocando en el país y tienen previsto presentarse este sábado, junto a Superlitio y Salsangroove en la “Fiesta Reluciente Rechinante”, en la que además estrenarán vestuario hecho con telas que encontraron en Panamá y a las que le agregaron su toque con tejidos kunas, según Echeverri, fue un proceso colaborativo “yo pensaba que lo bonito eran las telas, luego Héctor dijo que quería incluirles algo étnico pero moderno y después la costurera, Paula Pérez, nos dio su idea y ahí quedó el uniforme”.
Además, tienen previsto presentar canciones nuevas que aún no están grabadas, pero que han ido incluyendo en sus presentaciones “hay una que se llama “Amo mis piernas” que está muy chévere y que siempre tiene un efecto muy fuerte sobre la gente y hay otro que se llama “Manifiesto colibrí” que llevamos cantando un rato”, explica Echeverri.
Otra de las canciones que se destacan de su show es “He venido a pedirte perdón”, una canción que grabaron en homenaje a Juan Gabriel. A pesar de que Andrea no tuvo como referente musical al cantante mexicano, en especial porque le molestaba la idea de que lo llamaran “El divo de Juarez”, en el momento en el que la disquera BMG le propuso hacer el homenaje, escuchando su música se dio cuenta que había varias canciones que se sabía de memoria, “este man cantó mucho tiempo y muchas canciones muy hits, que tengo metidas en el disco duro y que entre más oía me daba cuenta que era supremamente iluminado. Me fascina sobretodo su manera de escribir las canciones como una conversación, ahí cambio mi óptica de “El divo de Juarez”.
Por ahora el trabajo está centrado en grabar y tocar al tiempo. No quieren limitarse y ya se embarcaron en la aventura de componer sin limitaciones. Aunque es innegable que estando junto a una gran disquera tienen responsabilidades comerciales, Echeverri cree que “un disco puede tener muchas cosas raras y muy personales y luego tener otras que lleguen a un target y que si se comuniquen más a mucha gente”. Se siguen luciendo, pero es innegable que Aterciopelados esta renovándose.
El 18 de agosto de 2014, en la tarima principal de Rock al parque, se dio el regreso de una de las bandas más grandes del país. En medio de la conmemoración de los 20 años del festival, también se quiso celebrar los 20 de Aterciopelados y que mejor que un concierto de reencuentro. Su retorno sirvió para recordar que sus integrantes, con proyectos por separado, seguían activos haciendo canciones igual de contestatarias que cuando comenzó la banda, ahora con temáticas a favor de la naturaleza y de los derechos de las mujeres, pero además fue uno de los momentos más especiales para su público y para ellos: sus canciones seguían igual de vivas que hace 24 años cuando publicaron su primera éxito, “Mujer gala”; que hace 17 cuando salió “El álbum” o que hace nueve, cuando presentaron “Río”, su último disco.
Esa reaparición marcó la reconciliación musical entre Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, los dos integrantes de la banda que han permanecido desde el comienzo -cuando decidieron llamarse primero “Delia y los Aminoácidos”- y por eso desde allí comenzaron a fraguarse además de distintas presentaciones, un DVD con sus más grandes éxitos y un libro con parte del camino que recorrieron por dos décadas, con “El corazón en la mano”.
“Ha sido una temporada bonita. Creo que sobretodo ha dejado conciencia de lo valioso del recorrido, porque pienso que cuando estas adentro la cosa es más de supervivencia y de competencia, pero los que están afuera te dicen que ese recorrido ha valido la pena o que esas cosas por las que luchas de alguna manera han hecho eco sobre las personas. Eso es súper bonito en un momento de recuperar todo eso y de replantear un futuro”, asegura Andrea Echeverri refiriéndose a estos últimos tres años en que ha vuelto a tocar con Aterciopelados y con el que ahora preparan un nuevo disco.
No ha sido fácil, vuelven de la mano de una disquera grande y con la creencia de que deben tomar con conciencia y alegría este nuevo trabajo, que quieren que sea como un juego, bailable, espontáneo y con algo muy claro, “lo único que hay que respetar es nuestro bagaje musical, que es valioso, en un momento cultural y social tan raro como el de ahora, tan superficial, tan volcado hacia la imagen y lo sexual, entonces creemos que es chévere mantener esas causas ecológicas, feminista y de derechos humanos en nuestras canciones”.
Hasta ahora todo es una reestructuración. El trabajo de tocar, ensayar y tocar, ha redefinido sus roles, mientras Andrea se enfoca en clases y terapias para entrenar su voz, así como en actividades para entender su cuerpo, Héctor se encarga del ensamblaje y los arreglos de la banda, “es el que de alguna manera canaliza la cosa, y hasta este momento ha fluido muy bien”, cree Echeverri.
Componen y tocan al mismo tiempo. Comenzaron el año pasado una gira que los ha llevado por México, Panamá y Guatemala, y que los encaminará por Europa el otro mes. Por estos días andan tocando en el país y tienen previsto presentarse este sábado, junto a Superlitio y Salsangroove en la “Fiesta Reluciente Rechinante”, en la que además estrenarán vestuario hecho con telas que encontraron en Panamá y a las que le agregaron su toque con tejidos kunas, según Echeverri, fue un proceso colaborativo “yo pensaba que lo bonito eran las telas, luego Héctor dijo que quería incluirles algo étnico pero moderno y después la costurera, Paula Pérez, nos dio su idea y ahí quedó el uniforme”.
Además, tienen previsto presentar canciones nuevas que aún no están grabadas, pero que han ido incluyendo en sus presentaciones “hay una que se llama “Amo mis piernas” que está muy chévere y que siempre tiene un efecto muy fuerte sobre la gente y hay otro que se llama “Manifiesto colibrí” que llevamos cantando un rato”, explica Echeverri.
Otra de las canciones que se destacan de su show es “He venido a pedirte perdón”, una canción que grabaron en homenaje a Juan Gabriel. A pesar de que Andrea no tuvo como referente musical al cantante mexicano, en especial porque le molestaba la idea de que lo llamaran “El divo de Juarez”, en el momento en el que la disquera BMG le propuso hacer el homenaje, escuchando su música se dio cuenta que había varias canciones que se sabía de memoria, “este man cantó mucho tiempo y muchas canciones muy hits, que tengo metidas en el disco duro y que entre más oía me daba cuenta que era supremamente iluminado. Me fascina sobretodo su manera de escribir las canciones como una conversación, ahí cambio mi óptica de “El divo de Juarez”.
Por ahora el trabajo está centrado en grabar y tocar al tiempo. No quieren limitarse y ya se embarcaron en la aventura de componer sin limitaciones. Aunque es innegable que estando junto a una gran disquera tienen responsabilidades comerciales, Echeverri cree que “un disco puede tener muchas cosas raras y muy personales y luego tener otras que lleguen a un target y que si se comuniquen más a mucha gente”. Se siguen luciendo, pero es innegable que Aterciopelados esta renovándose.